lunes, 11 de febrero de 2013


General Joseph Dunford asume fuerzas de la OTAN en Afganistán

KABUL (Reuters) - El general estadounidense Joseph Dunford se encargará de supervisar el retiro de la mayoría de las tropas extranjeras de Afganistán tras tomar el domingo el mando de fuerzas internacionales de la OTAN, en una ceremonia en la que se hizo hincapié en la soberanía afgana.
Dunford se hizo cargo de la Fuerza Internacional de Asistencia a Seguridad (ISAF) en lugar de su compatriota John Allen, quien estuvo 19 meses en el cargo.
"Hoy no hay un cambio, se trata de continuidad. Lo que no ha cambiado es la voluntad de esta coalición (...) Lo que no ha cambiado es nuestro éxito inevitable", dijo Dunford ante una multitud de funcionarios extranjeros y afganos reunidos en un gimnasio.
Altos cargos militares se sentaron en un estrado mientras una banda tocaba los himnos nacionales de Estados Unidos y Afganistán. Varios cientos de personas se ubicaron en sillas alrededor de la vieja cancha de baloncesto del gimnasio.
El presidente afgano, Hamid Karzai, estuvo ausente de la ceremonia a pesar de recibir una invitación de la ISAF. Un portavoz del mandatario declinó hacer comentarios sobre esta ausencia.
El general Martin Dempsey, el militar de más alto rango de Estados Unidos, dijo posteriormente que la representación de Afganistán en la ceremonia fue la apropiada.
Allen dio un emotivo discurso en el que hizo hincapié en la soberanía de la nación, un tema que ha sido un problema en las relaciones entre Karzai y sus aliados occidentales.
Dunford asume el control de la ISAF en un momento en que el Ejército y la policía afgana, cuyos efectivos alcanzan los 350.000, han tomado el principal rol en materia de seguridad en el país, y está previsto que ellos asuman plenamente el liderazgo dentro de unos meses.
Los funcionarios de la ISAF asistirán, asesorarán y entrenarán a las fuerzas afganas.
Allen y Dempsey dijeron que el mayor desafío para Dunford hasta fines del 2014 será equilibrar el retiro de las fuerzas internacionales con la continua necesidad de ayudar y entrenar a las tropas afganas, presionando al mismo tiempo a Al Qaeda.
Las autoridades dijeron que si bien la insurgencia sigue siendo un reto, la corrupción en el Gobierno plantea cada vez más una mayor amenaza a largo plazo para la viabilidad de Afganistán.
"La amenaza estratégica a largo plazo no es la insurgencia, es el grado de corrupción y criminalidad que existe en el Gobierno", dijo un alto funcionario de la ISAF bajo condición de anonimato.
(Escrito por Amie Ferris-Rotman)

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