lunes, 13 de mayo de 2013


Urkullu busca de acuerdos que le permitan gobernar

BILBAO (Reuters) - El lehendakari, Iñigo Urkullu, reunirá esta semana en Ajuria Enea a representantes de todos los partidos políticos de la oposición en busca de un pacto de estabilidad que le permita gobernar y sacar adelante sus propuestas legislativas.
Cinco meses después de su investidura, Urkullu ha visto cómo la decisión de gobernar en minoría en base a acuerdos puntuales se le ha vuelto en contra y su fracaso en la negociación de los presupuestos, que finalmente debieron ser prorrogados, le obliga más que nunca a buscar el acuerdo.
La soledad del Gobierno del Partido Nacionalista Vasco quedó patente en el último pleno del Parlamento vasco, en el que el lehendakari presentó un esbozo de los 16 proyectos de ley que incluye su calendario legislativo hasta 2016.
"¿Cómo piensa sacarlas adelante si está más sólo que la una en el Parlamento Vasco", le preguntó el parlamentario de UpyD, Gorka Maneiro. La misma pregunta se repitió entre el resto de parlamentarios.
A esta nueva cita que convoca el lehendakari con el objetivo de buscar "un mínimo acuerdo de base" han sido invitadas todas las formaciones, aunque en un primer momento no fue así.
Su primer ofrecimiento a finales de abril, una semana después de retirar el proyecto presupuestario ante la ausencia de apoyos, fue dirigido sólo a Partido Popular y Partido Socialista de Euskadi, descartando a los independentistas de EHBildu por su defensa de un modelo socioeconómico "radicalmente distinto al que defiende el PNV".
A priori también UPyD quedó excluido, argumentando que sus planteamientos cuestionan "la esencia del autogobierno vasco".
Pero la respuesta del ex lehendakari y secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, a este ofrecimiento descolocó a Urkullu y sorprendió a todos, incluidos algunos socialistas, obligándole a optar o por el PSE o por los populares.
"Ahí no vamos a estar nunca", dijo López en sede parlamentaria y en relación a un acuerdo en el que también estuviera el PP.
Detrás de esta actitud de Patxi López, que fue lehendakari precisamente gracias al apoyo del PP, son muchos los que interpretan que hay algo de venganza contra el PNV por la actitud de oposición que mantuvo durante su mandato, pero también de posicionarse en la carrera por la elecciones primarias que celebrará el PSOE o por "hacerse un hueco en Ferraz" como escribió el dirigente del PP vasco, Antonio Basagoiti, en su blog.
Por eso días después, Urkullu debió ampliar su invitación a los excluidos y a día de hoy todos han anunciado que acudirán, aunque con reticencias. Únicamente el PP se muestra proclive a los acuerdos y ha anunciado su "mano tendida", pero sus diez parlamentarios, sumados a los 27 del PNV, no son suficientes en un Parlamento de 75 escaños. Sólo sumando el apoyo del único parlamentario de UPyD se llegaría a la mayoría.
En EHBildu no ven "demasiado recorrido" a este encuentro y temen que el objetivo de Urkullu no es otro que disimular su situación de Gobierno en minoría buscando la foto del acuerdo.
En el PSE, la formación que ha sido siempre una referencia histórica de pactos con el PNV, tampoco parece en esta ocasión estar por ponérselo fácil al lehendakari, y aunque aseguran que escucharán sus propuestas le pedirán "un gran pacto" y "voluntad real" de llegar a acuerdos concretos. Sus exigencias son conocidas y pasan por una reforma de la fiscalidad que implicaría a las diputaciones forales, las instituciones encargadas de la recaudación.
Ambos temas están recogidos en el documento que Urkullu entregó en abril a los grupos parlamentarios en el marco de la frustrada negociación presupuestaria. El citado documento hace referencia a una reforma fiscal, a la creación de un fondo extraordinario de reactivación económica y para el empleo y a la reducción en un 25% de la estructura empresarial del sector público.
Pero no sólo es necesario el acuerdo para sacar adelante los proyectos de ley y las medidas contra la crisis. El Gobierno vasco trabaja desde enero con unos presupuestos prorrogados, los de 2012, que además ni tan siquiera ellos mismo elaboraron en tanto que gobernaba el PSE.
Será en junio, cuando se conozca la decisión de la Unión Europea de una posible flexibilización de deuda cuando el Gobierno vasco deba empezar sin demorar a elaborar el proyecto de nuevas cuentas.
La decisión europea permitiría un mayor endeudamiento y más ingresos en las arcas vascas. Entonces el acuerdo tendrá que ser obligatorio porque una nueva prórroga impediría el acceso a esos nuevos recursos económicos y pondría de manifiesto la ingobernabilidad de la comunidad.

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