Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) El Servicio Estatal Forestal no es eficiente. La indolencia de ciertos funcionarios de esta entidad permite negligencias que matan la flora capitalina, sobre todo los árboles, cuya poda indiscriminada puede apreciarse en cualquier municipio habanero.
Ceibas, framboyanes, jagüeyes y álamos que daban sombra y refrescaban los mediodías y tardes calurosos han sido convertidos en troncos secos, desprovistos de follaje, lo cual ha provocado la queja unánime de personas sensibles hacia la naturaleza.
Instituciones afines a la Estatal Forestal como Áreas Verdes y Comunales poseen el manual para la siembra de especies dentro de la trama urbana, para que puedan saber cuáles especies plantar sin que afecten las redes eléctricas y telefónicas.
Caminar por el Vedado, barrio que perdió con el Período Especial un parque de ómnibus que lo recorría por varias de sus calles, es un ejemplo fehaciente de las medidas que un jefe dicta detrás de un buró sin medir las consecuencias futuras, en este caso de índole ecológica.
Calles como 19, 21, 23, Paseo o Línea lucen como un gran desierto con el sol que ciega aún a quienes usan sombrillas y gafas. Son cada vez menos "las aceras de la sombra", las únicas por las que se puede realizar una larga caminata sin achicharrarse uno cuando el ómnibus abarrotado no recoge pasajeros en las paradas.
El jefe del Servicio Estatal Forestal en la Habana, Alexander Zorrilla, explicó a la periodista Raquel Sierra, del Tribuna de La Habana (16 de junio): "La poda ha sido una de las principales tareas desarrolladas en este año, con más de 69 600".
Más adelante, Zorrilla destaca: "En la actual primera etapa, los árboles no quedan bonitos, pero en la segunda, sí debe buscarse la forma de la copa, siempre un metro por debajo de los tendidos..."
Lo que no dice el jefe de Forestal Habana es dónde está la copa de ciertos árboles de los cuales solo se aprecia el tronco, mal picado y sin ramas, a una altura muy baja.
Queda por preguntarle quiénes han sido los responsables de estas negligencias o de cumplir órdenes tan absurdas.
Muchas personas han tratado de llamar la atención sobre el hecho, pero solo se recibe el silencio o respuestas como estas, que en nada ayudan a recobrar el verdor de la capital, que ha desaparecido casi en su totalidad.
Cada 21 de junio se celebra a nivel mundial el comienzo del solsticio de verano. Pero en Cuba se instauró en 1975 el Día del Trabajador Forestal, para reconocer un trabajo que, en estos momentos nada tiene de extraordinario y sí de descabellado.
Este año, la jornada incluirá la siembra de los alrededores de ríos como el Luyanó y Martín Pérez, los que nunca reciben cuidado y limpieza; así como se extenderán las siembras de plantas a la Vía Blanca, la Finca de los Molinos, o el Complejo Martínez Prieto.
Un día en que activistas y forestales tendrán que buscarse buenos sombreros para reforestar lo mismo que ordenan quitar.
¿No se les parece a las inacabables e insoportables historias de los pastusos?
Para Cuba actualidad: aimeecabcu2003@yahoo.es
Foto: Aimee Cabrera
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