sábado, 3 de agosto de 2013

Campamentos de trabajo forzado explotan a reclusos en producción de carbón


Campamentos de trabajo forzado explotan a reclusos en producción de carbón

 | Por Roberto de Jesus Guerra Perez
La Habana, 2 de agosto de 2013, Frank A. García y Roberto J. Guerra/ Hablemos Press/ www.cubanet.org.-Prisioneros son explotados por la Empresa PROVARI, perteneciente al Ministerio del Interior, que no les paga el salario que les corresponde por su trabajo en la producción de carbón vegetal.
El reo Adalberto Pérez Arteaga, quien habló a nombre de sus compañeros, informó que desde hace varios meses no reciben el pago completo por el trabajo que realizan en el campamento de trabajo forzado Sola 6, del poblado Sierra de Cubitas, en la provincia Camagüey.
“Tenemos que entregar mil kilogramos de carbón mensuales, por los que debemos recibir 545 pesos moneda nacional, pero hace meses que solo nos pagan 150 pesos”, explicó Arteaga.
Denunció que las condiciones de trabajo “son horribles y la alimentación es pésima”.
“Hace meses que no nos entregan ropa de trabajo, ya hay algunos que trabajan descalzos”.
Según Pérez Arteaga, se han quejado a diferentes niveles; “ incluso llamé a la Plaza de la Revolución, donde atienden a la población, pero cuando dije que era un recluso me colgaron el teléfono”.
También explotados en la tala de marabú
Familiares de reclusos en la provincia Mayabeque también han denunciado -ante Hablemos Press- que son explotados en la tala de marabú, en los Campamentos de Canasí y Tumbacuatro, del municipio Santa Cruz del Norte.
La escuela Ceiba 5, del municipio Alquízar, provincia Artemisa, convertida en un campamento de trabajo forzado, recluye a más de 500 penados que trabajan como mano de obra barata.
En este centro hay unos 60 reclusos durmiendo en el piso. Reciben como salario 190 pesos moneda nacional (8 dólares) al mes, por arrancar hierbas de los canteros de hortalizas y cortar leña para hacer carbón, dijo Yosiel Palomino, quien al denunciar esta situación fue trasladado a las celdas de castigo de la cárcel Melena II, situada en el municipio Melena del Sur, de la provincia Mayabeque, como medida disciplinaria.
Cuba vende el carbón vegetal a países como Canadá y Brasil a 400 dólares la tonelada.
Juan Carlos Trujillo, un ex militar que cuidaba prisioneros en Mayabeque, comentó al ser consultado que dejó el oficio porque fue víctima de los abusos con sus tres hermanos, que “fueron encarcelados por comprar y vender alimentos de animales y sufrieron muchos abusos en estos centros de trabajo”.
Activistas independientes estiman que la población penal en la isla oscila entre los 70 y 80 mil prisioneros, aunque cifras del régimen definen que son 57 mil.
Hace pocos meses, la prensa cubana divulgó una serie de fotografías en las que mostraba algunas prisiones, dando a entender que las condiciones de vida son extraordinarias; además, aseguraron que los internos reciben el pago por los trabajos que realizan.
Prisioneros consultados por Hablemos Press, al preguntarles por qué trabajaban en vez de quedarse encerrados, dijeron que en los campamentos podían obtener, cada 25 días de trabajo, cinco de pases para visitar a sus familiares.
 | Por Roberto de Jesus Guerra Perez
La Habana, 2 de agosto de 2013, Frank A. García y Roberto J. Guerra/ Hablemos Press/ www.cubanet.org.-Prisioneros son explotados por la Empresa PROVARI, perteneciente al Ministerio del Interior, que no les paga el salario que les corresponde por su trabajo en la producción de carbón vegetal.
El reo Adalberto Pérez Arteaga, quien habló a nombre de sus compañeros, informó que desde hace varios meses no reciben el pago completo por el trabajo que realizan en el campamento de trabajo forzado Sola 6, del poblado Sierra de Cubitas, en la provincia Camagüey.
“Tenemos que entregar mil kilogramos de carbón mensuales, por los que debemos recibir 545 pesos moneda nacional, pero hace meses que solo nos pagan 150 pesos”, explicó Arteaga.
Denunció que las condiciones de trabajo “son horribles y la alimentación es pésima”.
“Hace meses que no nos entregan ropa de trabajo, ya hay algunos que trabajan descalzos”.
Según Pérez Arteaga, se han quejado a diferentes niveles; “ incluso llamé a la Plaza de la Revolución, donde atienden a la población, pero cuando dije que era un recluso me colgaron el teléfono”.
También explotados en la tala de marabú
Familiares de reclusos en la provincia Mayabeque también han denunciado -ante Hablemos Press- que son explotados en la tala de marabú, en los Campamentos de Canasí y Tumbacuatro, del municipio Santa Cruz del Norte.
La escuela Ceiba 5, del municipio Alquízar, provincia Artemisa, convertida en un campamento de trabajo forzado, recluye a más de 500 penados que trabajan como mano de obra barata.
En este centro hay unos 60 reclusos durmiendo en el piso. Reciben como salario 190 pesos moneda nacional (8 dólares) al mes, por arrancar hierbas de los canteros de hortalizas y cortar leña para hacer carbón, dijo Yosiel Palomino, quien al denunciar esta situación fue trasladado a las celdas de castigo de la cárcel Melena II, situada en el municipio Melena del Sur, de la provincia Mayabeque, como medida disciplinaria.
Cuba vende el carbón vegetal a países como Canadá y Brasil a 400 dólares la tonelada.
Juan Carlos Trujillo, un ex militar que cuidaba prisioneros en Mayabeque, comentó al ser consultado que dejó el oficio porque fue víctima de los abusos con sus tres hermanos, que “fueron encarcelados por comprar y vender alimentos de animales y sufrieron muchos abusos en estos centros de trabajo”.
Activistas independientes estiman que la población penal en la isla oscila entre los 70 y 80 mil prisioneros, aunque cifras del régimen definen que son 57 mil.
Hace pocos meses, la prensa cubana divulgó una serie de fotografías en las que mostraba algunas prisiones, dando a entender que las condiciones de vida son extraordinarias; además, aseguraron que los internos reciben el pago por los trabajos que realizan.
Prisioneros consultados por Hablemos Press, al preguntarles por qué trabajaban en vez de quedarse encerrados, dijeron que en los campamentos podían obtener, cada 25 días de trabajo, cinco de pases para visitar a sus familiares.

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