Estudiantes evocan movimientos de resistencia civil al ocupar plazas
Los tomistas de la Alfredo Sadel esperan que la iniciativa sea imitada en todo el país
A más de 10.000 kilómetros de distancia y a pesar de tener una cultura y un lenguaje distinto, un grupo de estudiantes venezolanos emula a los jóvenes egipcios que el 25 de enero de 2011 decidieron tomar la plaza Tahrir de El Cairo para expresar su descontento por el exceso de brutalidad policial desplegado por el gobierno de Hosni Mubarak.
La repercusión de la protesta, que ocasionó incluso la dimisión del presidente egipcio, fue bautizada como la Primavera Árabe. En mayo del mismo año el modelo de reclamo migró a Europa y llenó la plaza Puerta del Sol de Madrid de indignados. En septiembre la movilización ciudadana llegó a América y tomó los espacios de Wall Street.
El sábado jóvenes venezolanos tomaron la plaza Alfredo Sadel, en Las Mercedes. No fueron más de 20 los estudiantes de la UCV, USB, UPEL y Ucsar que pasaron allí la noche. Sin embargo, aunque pocos, alzaron sus pancartas para exhibir un S.O.S. Venezuela.
La estudiante de la UCV Sairam Rivas dijo que los jóvenes quieren diversificar la protesta, y que esperan que esa acción sea la imitada en otras plazas: “Buscamos incentivar el debate entre las personas y crear centros de resistencia y organización en los espacios públicos de toda Venezuela”.
Rivas aseguró que no tienen fecha para levantar la protesta, sino que esta terminará cuando el gobierno cumpla las exigencias del estudiantado: libertad plena y retiro de los expedientes de los jóvenes detenidos, desarme de los colectivos y la justicia para los torturados.
In crescendo. Los jóvenes y estudiantes que acampan en las inmediaciones de la sede del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo, en Los Palos Grandes, aseguran que se quedarán allí hasta que se cumplan dos condiciones: que la ONU envíe una comisión internacional para constatar las violaciones de derechos humanos y que el presidente de la República, Nicolás Maduro, renuncie, aseveró Raymond Julien.
La protesta, que hoy cumple seis días, ha crecido: comenzaron con 86 estudiantes y ayer eran 175 jóvenes y estudiantes y 87 carpas. Proceden de 15 entidades federales, entre ellas Mérida, Monagas, Carabobo, Barinas, Aragua, Trujillo, Miranda y Distrito Capital.
Vecinos apoyan a los estudiantes y les llevan comida, agua y medicinas. También tienen baños portátiles. En las noches se organizan grupos por turnos para garantizar la seguridad.
Dioris Albayan, de 23 años de edad, estudiante de Contaduría, reiteró que persistirán en la lucha "hasta que el pueblo despierte y el gobierno cambie". "Nos vamos a quedar aquí el tiempo que sea necesario”.
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