SALUD
Llega el turno a los trabajadores de la salud
Deportistas y médicos, los sectores de mayores 'deserciones', reciben un aumento de salario. Los médicos jubilados no se beneficiarán. ¿Mejorará esta medida la salud pública?
La noticia de la aprobación, por parte del Consejo de Ministros de Cuba, del incremento salarial a trabajadores del sistema de salud cubano, fue publicada en Granma el viernes 21 de marzo, pero el hecho no era novedad para los cubanos. Raúl Castro ya lo había anunciado semanas antes durante un discurso transmitido por la televisión; quedaba por ver entonces a cuánto ascendería el incremento y a cuántos beneficiaría dentro del sector.
A pesar de esas y otras incógnitas, el anuncio fue recibido con beneplácito por el pueblo en general. Por fin se aumenta el salario de nuestros médicos, enfermeras y otro personal de nuestro sistema de salud… solo unos meses después de la aprobación del pago a nuestros deportistas de acuerdo a los resultados obtenidos. Pero si alguien piensa que el objetivo de este incremento salarial es taponear el salidero de médicos debido a las "deserciones" hacia sectores mejor remunerados, o durante las misiones internacionalistas, se equivoca.
Este incremento "contribuirá a la estabilidad y calidad de los servicios médicos a la población, así como a cumplir con los compromisos internacionales", según Granma. De acuerdo con el texto, Marino Murillo Jorge, jefe de la comisión para la implementación y desarrollo, explicó que con esta propuesta se avanza en la puesta en práctica de varios de los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba —154, 160 y 171— referidos a temas esenciales como la atención al personal de la salud, la formación de especialistas con el fin de responder a las necesidades del país y el incremento de los salarios de manera gradual, encaminado este en una primera etapa a las actividades con resultados más eficientes y la labor de aquellos que aportan beneficios de impacto económico y social.
En ese grupo entran, indudablemente, los trabajadores del sistema de salud cubano. Su aporte en estos momentos no solo beneficia al país desde el punto de vista social, sino también, y quizás principalmente, económico. El sector que en una época no estaba entre los involucrados directamente con la producción, hoy tiene casi el peso de una industria.
Meses atrás, durante una Asamblea de Rendición de Cuentas en el municipio Arroyo Naranjo, una electora se quejó de que mientras el Gobierno enviaba galenos a otros países, en su consultorio no habían tenido médico por varios meses. Podría esperarse que la respuesta para esta electora hubiese sido una arenga sobre el espíritu internacionalista y solidario que ha caracterizado al pueblo cubano y a nuestra sociedad socialista, la disposición a sacrificarnos por otros pueblos necesitados. En otras palabras, una apología de la política de desvestir un santo para vestir otro.
Pero no fue así. Sacrificio, solidaridad e internacionalismo estuvieron ausentes en la respuesta. Nuestros médicos no podían regresar, porque gracias a su trabajo en el extranjero "todos estamos comiendo", esas fueron las palabras textuales con que una doctora presente en la reunión contestó a la queja.
El término "misión internacionalista" aparece cada vez menos en nuestros medios, y cada vez se habla más de compromisos internacionales. A medida que esos compromisos han aumentado (y han "desertado" médicos por el camino) ha sido necesario enviar más personal; el resultado ha sido una contradicción que causaría risa sino fuera tan triste: en la potencia médica proveedora de médicos a otras naciones, escasean los médicos para atender al pueblo.
Me tocó sufrir esta contradicción en carne propia tres años atrás, cuando el consultorio médico al que asisto estaba cerrado por falta de médico, y necesitaba renovar mi certificado por asma bronquial para poder adquirir el medicamento en la farmacia. Perdí toda una mañana recorriendo consultorios para realizar el trámite. Todos estaban repletos, con sus pacientes regulares y otros de consultorios cerrados como el mío. Al día siguiente me levanté muy temprano y llegué antes de las siete de la mañana a uno de esos consultorios. Durante la espera, conocí a una señora que también llevaba días a la caza de un médico. Los dos hijos de esta mujer eran médicos y ambos cumplían misión en Venezuela. A las diez de la mañana me despedí de ella, sin que hubiese aparecido un médico para atendernos.
El personal que permanece en la retaguardia, cumpliendo la no menos importante (pero peor remunerada) tarea de cuidar la salud de los cubanos, llegan a sentir que no dan abasto. Muchos maltratan a los pacientes o no ponen el necesario empeño en su trabajo si no reciben de los pacientes o sus familiares un incentivo en forma de merienda, o simplemente dinero, para realizarlo. Sobran historias de este tipo, bien crudas, publicadas en sitios de prensa independiente o que circulan de boca en boca en las calles cubanas, nunca publicadas por la prensa oficial.
Los artículos de la prensa oficial sobre los médicos enviados a Brasil no mencionan las "deserciones". Existen numerosos trabajos periodísticos sobre vidas de cubanos salvadas con operaciones que serían costosas en otros países, ninguno sobre la falta de médicos y la mala atención en los hospitales. Estas historias solo es posible conocerlas a través de Radio Bemba o de internet, si usted tiene acceso. Pero esto no demuestra que la prensa oficial cubana mienta; solo demuestra que esa prensa resulta cada vez más insuficiente como fuente de información sobre la realidad de este país.
Sin embargo, más allá de lo que el discurso oficial omita, resulta innegable que los salarios para los trabajadores de nuestro sistema de salud a partir de ahora resultan alentadores, en comparación con lo que percibirán hasta el 1ro de junio, fecha en que la nueva medida entrará en vigor, y en comparación con los sueldos de los profesionales de otros sectores (excepto el mencionado deporte, cuyos profesionales, deportistas y entrenadores, también empiezan a recibir salarios más… ¿justos?).
Algunos ejemplos de cómo se incrementarán los sueldos aparecieron reflejados en Granma, y el salto de 20 o 25 CUC mensuales (menos, en algunos casos) hasta 50 o 60 CUC , es sin dudas cualitativo. Como estos ejemplos no responden a todas las dudas generadas por la noticia del aumento salarial, funcionarios del sistema de salud respondieron preguntas, durante cinco horas, a través de la edición digital de Granma. Y la edición del diario correspondiente al sábado 22 de marzo publicó varias de las preguntas más repetidas, con las respuestas de los funcionarios, así como opiniones de algunos lectores.
Tal vez, lo más triste entre todas las aclaraciones sea el hecho de que los jubilados del sistema de salud no verán un incremento en sus pensiones. La pasada abnegación de estos trabajadores no recibirá recompensa. No les alcanzaron las facultades físicas y mentales para llegar en activo hasta aquí. Quienes se retiraron solo un año atrás, luego de 30 o más años de labor, lamentarán en este instante no haber aguantado un poco más, apenas lo suficiente para irse a casa con un retiro que les permita una vida ligeramente más holgada de la que pueden permitirse con sus pensiones actuales.
Muchos de esos médicos retirados pertenecen a la generación de quienes alfabetizaron, recogieron café, participaron en zafras y dieron el paso al frente en cada momento que la Revolución lo requirió. Son médicos que no se dejaron tentar por empleos mejor remunerados en el turismo o el sector privado, durante los peores años del "Periodo Especial", que no abandonaron el país y se mantuvieron dentro del sistema de salud, pedaleando a sus consultorios o a los hospitales con un vaso de agua con azúcar en el estómago.
A pesar de que la mayoría de las opiniones recibidas en Granma fueron positivas (ninguna opinión negativa fue incluida en la selección realizada para los lectores), existen incertidumbres sobre lo que este aumento salarial podrá generar en el futuro. ¿Aumentarán los precios, lo que reduciría el alcance real de los salarios? ¿Qué pasará cuando se unifique la moneda?
Entre las opiniones, resulta llamativa la de un lector que se refiere al incremento salarial como un regalo, y dice textualmente: "Este regalo servirá como para callarle la boca a quienes mantenían falsos conceptos en cuanto a cómo trataban al médico cubano". ¿Entonces, se trata de un regalo que hace el Gobierno al personal médico y no lo mínimo que merecen por un trabajo que implica esfuerzo y sacrificio, que además está generando ingresos al país?
Puede resultar alarmante que alguien tenga esa visión sobre el pago que recibe por su trabajo, sin embargo, es una opinión totalmente digna de respeto. Pero para saber cómo se trata a los médicos cubanos, o al menos como se sienten ellos tratados, habría que realizar una encuesta, no solo entre los que permanecen aquí, o trabajando en el extranjero, sino a los que han "desertado". ¿Por qué lo han hecho? Quizás, parte de la respuesta esté justo en una de las aclaraciones, con respecto a las nocturnidades, y cómo se incrementará el pago en ese caso.
Hasta el momento, los médicos han cobrado dos pesos por cada hora de trabajo en horario nocturno. O sea, 12 horas equivalen a 24 pesos, un peso convertible, en la economía real de este país, por 12 horas de trabajo en ese horario. A partir de ahora, ese pago se duplicará. En vez de un peso convertible, serán dos.
A pesar de que las "deserciones" no son tema para la prensa oficial, resulta llamativo que los dos primeros sectores en la larga lista de espera de la mejora salarial, en la que aguardan millones de cubanos, sean aquellos donde más "deserciones" ocurren. Podría ser un hecho casual. De todas formas, el futuro nos dirá si estos aumentos salariales en el sector de la salud detendrán las "deserciones", y si garantizarán a los cubanos la atención médica que lenta y tristemente ha dejado de ser la que el pueblo merece y nuestros medios promocionan.
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