Más allá de la sepultura

noviembre 6, 2014 11:12 am·0 comentariosVistas: 

Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) Se ha hecho casi habitual en estos tiempos que los restos sepultados en las necrópolis cubanas desaparezcan. Los bajos salarios y la cada vez más notable falta de escrúpulos traen como consecuencia que los sepultureros pacten con los que necesitan osamentas y cráneos con fines religiosos.

“La prenda de mi padrino tiene una cabeza de una gente grande (importante)”, me dijo con orgullo una santera residente en Centro Habana.

Para algunos practicantes de religiones como el Palo Monte es muy normal que se vendan los restos de fallecidos.

“Antes eso se veía solo con los restos de los que no tenían bóveda. Si no venía la familia a los 2 años, a exhumarlos, había siempre compradores”, asegura un trabajador del Cementerio de Colón, en la capital.

En fecha reciente una señora trató de exhumar los restos de su madre que estaban sepultados en el panteón de una sociedad en el de Colón y aún no han aparecido. La congoja y la impotencia no dejan opinar a esta habanera.

Los reportajes en diversos medios sobre el tema aparecen desde hace años. Los directivos a cargo del buen funcionamiento de los camposantos niegan que estas fechorías ocurran y se refieren a las nuevas medidas tomadas, para mejorar la vigilancia.

Pero la verdad es bien diferente. Los que cuidan se muestran diligentes en revisar el maletero de un auto que saben que es muy probable que tenga cualquier objeto menos algo sustraído de la necrópolis. Sin embargo, se confabulan con los que sí van a robar.

No hay tranquilidad para los familiares que por distintas razones no pueden asistir al cementerio con frecuencia.
Cuando llega el momento de la exhumación, se vive en verdadera tensión.

Y ni siquiera se reconoce que la negligencia permite la proliferación de estos y otros actos delictivos.

Lo incalificable se expande hasta el exceso, tanto para los vivos como para los muertos.
Para Cuba actualidad: aimeecabcu2003@yahoo.es