POR: GUIJE CUBA
• 1873 -
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El Virginius y la Niobe.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 627-628 nos describe los acontecimientos del 6 de noviembre de 1873 en la Historia de Cuba:
“Los fusilamientos perpetrados en las personas de los expedicionarios y tripulantes del vapor Virginius, como consecuencia de la captura del mismo por la corbeta española Tornado, fueron de los hechos más bárbaros e inicuos realizados por los servidores del poder colonial en Cuba. El bajel insurgente fue apresado el 31 de octubre de 1873 y conducido a Santiago de Cuba. La ciudad oriental comenzó a ser teatro de atrocidades propias no de una sociedad conturbada, sino de hombres habituados al crimen frío, fiero y despiadado.
“Todo estuvo propicio y fácil al cumplimiento de la orden dictada por el brigadier Burriel, gobernador de Santiago de Cuba, enderezada a la formación del consejo de guerra que había de juzgar a los ciento sesenta y cinco tripulantes y expedicionarios del Virginius. El 4 de noviembre fueron fusilados, entre otros, los generales Bernabé de Varona, Pedro de Céspedes y William O'Ryan. La inhumana matanza, consumada a despecho de las enérgicas protestas de los gobiernos británico y norteamericano, arrancó a Burriel un bando contentivo de aseveraciones tan desalmadas como la siguiente:
“"La ley se ha cumplido y la vindicta pública está satisfecha con los cincuenta y tres cabecillas y piratas extranjeros y cubanos fusilados."
“Tal era el tono de la actitud asumida por aquellos a quienes cupo desempeñar el papel de verdugos de los patriotas del Virginius. A mayor abundamiento, entre los adictos al régimen dominante no aparecía una sola persona con autoridad y coraje lo suficientemente decisivos para poner un dique a tamaño torrente de sangre. Hasta estuvieron a punto de resultar en absoluto baldíos los esfuerzos del ministro norteamericano que en Madrid logró que Emilio Castelar, presidente de la República, se mostrase digno y justo frente a la censurable conducta del general Jovellar, capitán general de Cuba.
“A los crueles desmanes perpetrados en Santiago de Cuba puso coto el noble y valeroso empeño de que fue vehículo la fragata británica Niobe. El 6 de noviembre de 1873 el gobernador de Jamaica dispuso que el mencionado buque de guerra saliese hacia Santiago de Cuba con instrucciones de impedir a todo trance que continuaran las ejecuciones. El capitán de la Niobe, Lambton Lorraine, supo colocarse a la altura del agravio inferido a la civilización.
“El 8 de noviembre hubo nuevas ejecuciones. Pero todavía quedaban ciento doce prisioneros en peligro de correr igual suerte que sus compañeros fusilados. Lorraine detuvo la marcha de la hecatombe, dando así tiempo y ocasión a que España se viese compelida irremisiblemente a entregar a los Estados Unidos el Virginius y a los sobrevivientes de uno de los sucesos más infaustos entre los registrados en los anales revolucionarios de Cuba.”
- Más información relacionada con el Virginius.
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