martes, 4 de noviembre de 2014

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: COMIENZO DE LA REVOLUCION 1868.

POR: GUIJE CUBA


1868 -

- Clavellinas y Guáimaro, comienzo de la Revolución en Camagüey.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 623-624 nos describe los acontecimientos del 4 de noviembre de 1868 en la Historia de Cuba:
   “La orden dada por Salvador Cisneros y Betancourt a los conjurados de Puerto Príncipe, para que el 4 de noviembre se reuniesen en las márgenes del Clavellinas, fue por todos acatada. Al amanecer de aquel día los setenta y seis comprometidos de la cabecera de la jurisdicción partían, de cierta manera organizados en grupos, con rumbo al lugar señalado. Ya se hallaban en rebeldía Manuel de Jesús Valdés, Bernabé de Varona y Fernando Agüero y Betancourt. Habían sido éstos los primeros en ponerse, en el seno del territorio camagüeyano y en la nueva empresa guerrera, frente al régimen colonial.
   “A noventa y tres ascendía el número de hombres reunidos en Clavellinas la mañana del 4 de noviembre de 1868. Jerónimo Boza y Agramonte, asumiendo el papel de jefe, abrió los pliegos de instrucciones, dispositivos del alzamiento, en rigor ya consumado. Desde aquel instante la obra revolucionaria iniciada menos de un mes atrás por Carlos Manuel de Céspedes fue común a orientales y camagüeyanos. Quienes habían deliberado en San Miguel de Rompe acerca de la necesidad de rebelarse contra la dominación hispánica, como antes en el pensamiento, coincidieron entonces en la acción.
   “Los reunidos en Clavellinas procedieron inmediatamente a la organización de las fuerzas. Ratificaron en la jefatura a Jerónimo Boza. Designaron lugartenientes suyos, para mandar los siete núcleos en que fue dividida la masa de los sublevados, a Ignacio Mora, Manuel Boza, Martín Loynaz, José Recio Betancourt, Eduardo Agramonte, Francisco Arteaga y Manuel Agramonte. Los acontecimientos no se desarrollaron por el momento tan bien como se esperaba, pues la operación proyectada para capturar el armamento que los españoles trasladarían de Nuevitas a Puerto Príncipe, por lo mismo que el Gobierno lo envió a Oriente, resultó fallida. Hubiese sido un refuerzo importantísimo la posesión de pertrechos en cantidad considerable, tenida en cuenta la decisión de los insurrectos camagüeyanos.
   “El propio 4 de noviembre de 1868 Augusto y Napoleón Arango, puestos a tiempo fuera del alcance de las autoridades y sobre las armas, obligaron a rendirse a la guarnición de Guáimaro. La componían un teniente y treinta soldados de caballería. La sangre no corrió copiosamente en Guáimaro. El asalto dirigido por Augusto y Napoleón Arango revistió los caracteres de improvisada acometida, y los españoles apenas tuvieron tiempo para resistir. Lo que sí supieron, y de manera concluyente, los defensores del poder colonial, fue que había revolución en Camagüey.”

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