miércoles, 28 de enero de 2015

La jefatura de la UNEAC y las futuras relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU

361_uneac-Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Las reuniones llevadas a cabo en La Habana los días 21 y 22 de enero en la que participaron por la parte cubana Josefina Vidal Ferreiro, directora general de los Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) y por la parte norteamericana, Roberta Jacobson, secretaria asistente para los Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, terminaron en un ambiente de entendimiento, respeto mutuo y de comprensión de las diferencias existentes entre ambas partes.
Luego de finalizadas ambas reuniones, Vidal y Jacobson sostuvieron encuentros con periodistas de diferentes medios nacionales e internacionales que cubrieron tan importantes eventos. El 21 de enero se analizó la marcha de los acuerdos migratorios, y el día 22 fue dedicado a la discusión y análisis del complicado y engorroso tema del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos gobiernos.
Contrario a lo que ocurre normalmente en Cuba, en la prensa oficial que dirige y controla el Departamento Ideologico del Partido Comunista, previo a los encuentros y en los días de discusión de las delegaciones norteamericana y cubana, hubo una desacostumbrada cobertura.
El 23 de enero, el diario Granma en su primera página publicó un artículo titulado “Cuba-EE.UU, el comienzo de un nuevo capítulo”. En el caso del diario Juventud Rebelde, su página 4 fue totalmente dedicada al asunto con el titular “Acuerdan Cuba y EE.UU, continuar conversaciones para el restablecimiento de relaciones”. En esa misma línea también se comportaron las emisoras de radio y televisión nacionales.
La intención del gobierno cubano es enviar a la población y la opinión pública internacional, un mensaje de reconciliación, de entendimiento entre los dos países, a pesar de la profundas diferencias y desencuentros que han perdurado por décadas.
Tanto La Habana como Washington han evitado poner minas que pueda hacer explotar las conversaciones sin que se llegue a un acuerdo definitivo.
El lenguaje confrontacional, descalificativo y ofensivo fue evitado tanto por Vidal como Jacobson. Las posturas liquidacionistas y disociadoras quedaron por el momento fuera de las conversaciones.
Si la situación es de entendimiento dentro de las diferencias, para la búsqueda de un acuerdo que sea beneficioso tanto para La Habana como para la Casa Blanca, cómo se explica la posición de Pedro de la Hoz, en su destacado rol de comisario ideológico de la jefatura de la Unión Nacional de Escritores y Artista de Cuba (UNEA) en su extenso artículo titulado “La actual hora de Cuba y la responsabilidad de los intelectuales y artistas”, publicado en el diario Granma el 21 de enero.
En dicho trabajo, Pedro de la Hoz se presenta como vocero de los sectores más recalcitrantes, inmovilistas, continuistas y retrógrados, cuya figura más emblemática es el ex gobernante Fidel Castro.
Estos elementos recalcitrantes se ocupan de sabotear todas las iniciativas que puedan poner fin al conflicto de más de 5 décadas entre los gobiernos de Cuba y los EE.UU.
El comisario cultural, para no señalarse demasiado, se presenta como portavoz de un foro celebrado por la Asociación de Escritores de la UNEAC, en el que sus asistentes, al referirse al anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, con la perversa intención de sembrar la confusión, señalaron que dicho proceso está colmado de obstáculos, entre ellos, el embargo, y amparados en una falsedad, se atrevieron afirmar que dicho entramado legal apenas fue rozado en las medidas ejecutivas aprobadas por el presidente Obama el 17 de enero.
Los integrantes del Foro y su portavoz afirmaron que “el cambio de política de Washington no se traduce en la renuncia de los objetivos que ha perseguido la potencia imperial en relación con Cuba”.
Tal afirmación no parece ser de su cosecha.
Para dejar testimonio de su identificación con la línea dura del sector más intolerante y continuista del gobierno, los integrantes del Foro no dudaron en afirmar que “tales negociaciones son un cambio táctico destinado a cumplir por otros medios con el desmantelamiento de la revolución y la restauración del capitalismo”.
Tal afirmación no existe la menor duda que tuvo la aprobación del presidente de la UNEAC, Miguel Barnet.
Para la Jefa del Departamento de los EE.UU del MINREX y los integrante de su equipo que participaron en las conversaciones con la delegación del Departamento de Estado, le debe resultar bastante ofensivas y disociadoras tales afirmaciones, ya que en las conversaciones entre las dos delegaciones primó en todo momento el respeto por las posiciones de cada uno, y tampoco la parte cubana aceptó precondición alguna en que se pusiera ni por asomo en juego la soberanía de Cuba.
Según la UNEAC, los pasos dados por de Washington “responden a la lógica del poder imperial que se basa en la imposición hegemónica y la imposibilidad de aceptar en un espacio geopolítico que le pertenece, haya un sistema político diferente y una manera diferente del funcionamiento democrático, las libertades, los derechos ciudadanos y los valores de todo tipo”.
Para reafirmar su velado rechazo a las conversaciones, no dudaron en afirmar: “No caben ingenuidades, para la élite norteamericana la normalización de relaciones no se sustrae del intento de dominación”.
Queda claro que Pedro de La Hoz, su jefe Barnet y todos los cipayos reunidos en el Foro de Escritores, fieles testaferros ideológicos de Fidel Castro, con este artículo, han pretendido dar una visión falseada y distorsionada de las negociaciones para resolver un diferendo que perjudica no solo a La Habana, sino también a Washington.
Para Cuba actualidad: origenesmadiba@gmail.com
Fotos: Osmar Laffita

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