POR: GUIJE CUBA
El 10 de marzo en la Historia de Cuba
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• 1818 -
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- José Pablo Valiente y Bravo.
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Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 145-146 nos describe los acontecimientos del 10 de marzo de 1818 en la Historia de Cuba:
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“José Pablo Valiente y Bravo fue uno de aquellos hombres que en las postrimerías del siglo XVIII contribuyeron a crear civilización en Cuba. Sus iniciativas fecundas, su honradez acrisolada, su integridad y su consagración al bienestar de la Isla, desde que fue llamado a inmiscuirse en los asuntos de esta Antilla, fueron magníficas. Se ganó la gratitud de sus contemporáneos y de la posteridad quien como él pudo ser varón prudente y letrado.
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“Valiente nació en Cumbres Mayores. Inició su vida pública siendo catedrático de la Universidad de Sevilla. Pasó a México en calidad de oidor de la Audiencia. Allí se hallaba cuando, en 1791, atendiendo una antigua solicitud del capitán general de Cuba, se dispuso su traslado a La Habana para que se encargase de la dirección de las rentas de la Colonia. En 17 de febrero de 1792 tomó posesión de la Intendencia General de Hacienda. Su labor al frente de tan importante ramo de la Administración correspondió a las esperanzas que había hecho concebir la justa fama que lo precedía al arribar a Cuba.
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“Motivos de sobra hubo, conocida ya su conducta, para que en 1799 se le designase consejero de Indias, elevado cargo en el desempeño del cual siguió prestando servicios eminentes. En España, en Tudela, lo sorprendió la muerte en octubre de 1817. Cuando se supo en La Habana la infausta novedad los lamentos públicos se repitieron. La Real Sociedad Patriótica, de la que había sido promotor entusiasta y eficaz, preparó un homenaje digno de su memoria. Y el vecindario, agradecido también por los beneficios recibidos del ilustre economista, quiso poner de manifiesto aquel sentimiento de gratitud. Distintos personajes de la población y autoridades organizaron la solemnidad religiosa que se efectuó el 10 de marzo de 1818 en la catedral de La Habana. En la ceremonia, realzada por una concurrencia numerosa, ofició el obispo de Chiapa, Salvador Sanmartín, y pronunció el elogio del desaparecido el sacerdote y filósofo cubano Félix Varela.
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“Lo más notable de cuanto entonces hubo en La Habana como homenaje póstumo a Valiente fue el elogio pronunciado por Varela. La elocuencia cubana, por boca del claro pensador, alcanzó envidiable altura. Dijo cómo era cierto que el voto de los buenos y las miradas de los conscientes seguían las sombras fugitivas del hombre que entraba y se escondía en la región de la inmortalidad, y que los ayes lastimeros atravesaban los mares y llegaban al suelo, patrio, y que mil voces, animadas por la gratitud y dirigidas por el justo aprecio, repetían los ecos del lamento.”
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