jueves, 30 de abril de 2015

Alarmantes y siniestros paralelos, editorial 374



Cuba actualidad, La Habana, Cuba, (PD) Un trabajo publicado en el diario oficialista cubano número uno, Granma, órgano oficial del único y gobernante Partido Comunista, marca pauta y un paralelo escalofriante.
El trabajo en cuestión es, “Lenin, su pensamiento económico presente en la actualización del modelo económico”. Fue publicado el miércoles 22 de abril, con motivo de que conmemoraban el natalicio en 1870, del archi-asesino Vladimir Illich Ulianov, más conocido por su seudónimo, Lenin.
Su autor, Carlos M. García Valdés, hace un interesante paralelo entre la actualización del modelo económico promovida en la actualidad por el régimen militar cubano y la NEP, aquel conjunto de medidas económicas promovidas por Lenin, en momentos en que de acuerdo a lo señalado por el autor, “el país quedó devastado, la economía fatigada, el hambre se acentuó en muchas regiones del vasto país”.
Ciertamente, las circunstancias en ambos entornos son muy parecidas.
El proceso de actualización del modelo económico, promovido por la élite verdeolivo, trae un agregado añadido de maquillaje para el esquema totalitario y antidemocrático impuesto al pueblo cubano.
Como para que no quede duda razonable, el autor destaca en el interesante paralelismo que ofertó, un hecho sobre NEP que enunció como, “una nueva relación con los campesinos y con el capitalismo de Estado”. ¿Qué les parece?
Lo que el autor no aclara en su trabajo es que la NEP fue el preludio de una pesadilla mucho peor que todo el horror del leninismo. NEP fue el preludio del estalinismo. Entonces, preguntémonos: ¿Qué preludiará para Cuba y su pueblo la ‘actualización del modelo económico’? ¿Puede alguien asegurar que sobrevendrá algo mejor que lo ya conocido?
Bueno sería recordar que cuando se habla sobre la exigencia de derechos humanos y libertades civiles en Cuba, no se habla de meras concesiones a esperar del régimen cubano, que llegarán inexorables como la muerte. Es acerca de un régimen militar totalitario y son asuntos que conciernen a la naturaleza de su sistema político. Se trata de control totalitario, enajenante y absoluto. Del poder de un solo partido, de mantener maniatada la sociedad civil. Del monopolio de los medios de comunicación.
Entonces, es por esto que Raúl Castro se ha mostrado intransigente y afirma que el sistema no cambiará. Viene a colación la referencia literaria con aquella novela italiana de Lampeduza, ‘El gatopardo’. Allí, un personaje habla de la necesidad de ‘cambiarlo todo’ para que todo quede igual.
La comparación hecha desde el oficialista Granma entre aquella NEP que allanó el camino al horror de Stalin y la ‘actualización del modelo económico’ mantiene en pie una más que siniestra interrogante. En Rusia todo resultó peor. Entonces, ¿cómo resultará por acá?
Esperemos que quienes han contribuido, contribuyen y contribuirán a materializar la pesadilla por venir, lo tengan en cuenta. Esperemos que en un futuro previsible no sean olvidados. Que compartan nicho de ignominia con Daladier y Chamberlain.
No es lo mismo negociar con dictadores bananeros de pacotilla como los Somoza, Duvalier o Trujillo, que hacerlo con Stalin, Lenin, Hitler, Mao, los Castro, los Kim, etc.
Cuba y Estados Unidos se encuentran apenas a 90 millas. Esto en su momento fue determinante para que en los tiempos idos de la Guerra Fría se convirtiera en el preciado portaaviones que fue para el imperio soviético de entonces. Esta premisa marcó durante la Guerra Fría el discurso Cuba-USA. Esta determinante geográfica no ha cambiado, ¿serán diferentes los planes del naciente y agresivo imperio ruso a los que sostuvo el anterior imperio soviético? ¿Piensa Raúl Castro distanciarse de los rusos y jugar la carta yanqui?
Otro punto de interés lo constituye la creencia de algunos sobre que los espacios semi-abiertos a la economía de mercado y la supuesta reforma política pasarán sobre los límites que impone un sistema de partido único. Esto ciertamente no creará mejores condiciones para el pueblo cubano, aunque si para los dos gobiernos y los escogidos por estos dentro y fuera de la Isla.
De esta forma y con la exclusión formal y de hecho del pueblo cubano, los dos gobiernos, el exilio, (los cuatro o quizás seis gatos que toman decisiones) la oposición aprobada por este exilio y hasta por el gobierno castrista, quizás construyan formas más plurales de dirimir sus diferencias. Esto podrá tener lugar en estas condiciones, aunque siempre con la exclusión formal y real del pueblo cubano, que no parece importarle mucho a ninguna de las partes en conflicto.
Para Cuba actualidad: primaveradigital2011@gmail.com

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