lunes, 31 de agosto de 2015

Los viejos problemas del nuevo curso escolar


Mientras la propaganda oficial asegura que todos los recursos están garantizados para el comienzo del nuevo curso, la realidad contradice y desmiente
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Aula cubana (foto tomada de Internet)
Aula cubana (foto tomada de Internet)
LA HABANA, Cuba – En medio de una decreciente economía y una problemática social que se agudiza con la incertidumbre sobre el futuro, el próximo primero de septiembre dará inicio el nuevo curso escolar, 2015-2016.
Marta, a quien sólo conoceremos por su nombre, es madre de cuatro hijos, tres de ellos en edad escolar. Para esta madre cubana, “todos los años es la misma jodienda con los uniformes escolares. Es inconcebible que todos los años tengamos que pasar por lo mismo. A mi  hijo de 14 años, que comienza este curso en el tecnológico, he tenido que comprarle la talla 38 de pantalón, cuando la que usa es la 32. Ahora, ¡a ver cómo se la arreglo!”.
La atribulada madre comenta que conseguir los uniformes de sus hijos más pequeños “resultó un poco más fácil, porque los compré a finales del mes de junio, cuando terminó el pasado curso”.
María Vélez del Monte, madre de un niño de ocho años y vecina de Marta, explicó que “lo que sucede es que cuando los alumnos de primaria terminan el curso, la escuela casi siempre te da el bono para que compres el uniforme, y nosotros nos apresuramos a comprarlo porque las tiendas están mejor surtidas y, además, hay más posibilidades de que te vendan algunos de contrabando; sobre todo camisas y blusas blancas, que es la parte del uniforme que más se desgasta”.
Supimos, por el testimonio de estas y otras madres, que un uniforme completo en el mercado negro puede costar hasta seis dólares (120 pesos Moneda Nacional, MN); aunque por piezas sueltas, y en dependencia de las tallas, pueden costar entre dos y tres dólares (50 ó 75 pesos MN).
Marta enseña el pantalón de uniforme que deberá arreglar para su hijo (foto del autor)
Marta enseña el pantalón de uniforme que deberá arreglar para que le sirva a su hijo (foto del autor)
Otro de los problemas que aún persisten, y que preocupa mucho a los padres, es la calidad de la enseñanza que reciben sus hijos. “Todos los años tenemos que escuchar la misma historia, de que las escuelas tienen completo el plantel de maestros y de que ahora hay menos alumnos por maestros y por eso mejorará la calidad de las clases y ‘bla, bla, bla’. Pero lo que sucede es que no sólo los planteles no están completos, sino que en los primeros meses del curso algunos profesores renuncian, mientras otros empiezan a presentar certificados médicos y solicitud de licencia por diversos motivos, y los niños se atrasan en las materias más deficitarias, como las matemáticas, ¡y ya tú sabes! Los padres, a pagar profesores particulares, para que nuestros hijos aprendan y la educación ‘revolucionaria’ siga vendiendo su falsa eficiencia”.
Por su parte, una profesora retirada de 62 años que tampoco desea revelar su identidad, declaró que “es imposible que el sistema educacional cubano mejore; ni siquiera ahora, que muchos profesores que fueron forzados a retirarse han aceptado regresar a las aulas.
“Ahora, el gobierno está preocupado por “elevar el nivel del proceso docente-educativo, la formación de valores y el comportamiento de los alumnos dentro y fuera de las aulas”, dice la señora, en referencia a lo que expresó la ministra de educación Ana Elsa Velázquez, en una conferencia de prensa. “¡Yo no sé cómo no les da vergüenza!”, continúa, “luego de haberse pasado más de medio siglo alentando el odio entre cubanos, la fanfarronería grosera y el irrespeto a los más esenciales valores éticos y morales”.
Otro de los entrevistados, que laboró algunos años en una Dirección Provincial de Educación y que no ofreció datos personales por temor a represalias, afirmó que “los únicos alumnos que pueden disfrutar de garantías en cuanto a recursos materiales, calidad en las instalaciones y adecuada alimentación son los hijos de extranjeros y altos dirigentes del gobierno; el resto, tendrá que seguir sufriendo la escasez, el llamado a la austeridad y las promesas que no se cumplen”.
El comienzo del nuevo curso escolar traerá las mismas tormentas de todos los años: Padres casi enloqueciendo para garantizar la merienda, el almuerzo y los muchos implementos que les exigirán en la escuela a sus hijos. Comenzará un período de gastos adicionales para la familia.

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