"Las personas necesitan saber de sus orígenes, conocer la historia personal, familiar; más allá, e independientemente, de la epopeya colectiva", explica William Navarrete.
octubre 30, 2015
El escritor cubano e historiador del Arte William Navarrete lleva más de 20 años investigando sobre genealogías cubanas.
Ha recuperado padrones, censos, archivos; cotejado la información que en ellos ha encontrado y ha llenado los vacíos de información para lograr armar una historia coherente de las familias fundacionales de las villas cubanas. Genealogía cubana. San Isidoro de Holguín(Ed. Aduana Vieja, 2015) es el primer volumen sobre el tema que publica.
Navarrete se refiere al Padrón de San Isidoro de Holguín (1735) cuando dice: "es un documento de valor inestimable no solo para la historia de esta región oriental de la Isla. En él podrán encontrar los holguineros a muchos de sus ancestros, y los investigadores una semblanza imprescindible más allá de la genealogía, la cultura y las costumbres de una época". Palabras totalmente aplicables a su propio libro.
Para la publicación de este, que es su decimoctavo libro, ha contado con la colaboración de María Dolores Espino, profesora de la Universidad Saint Thomas y la Universidad Internacional de la Florida, miembro del Club de Genealogía Cubana de Miami.
"Las personas necesitan saber de sus orígenes, conocer la historia personal, familiar; más allá, e independientemente, de la epopeya colectiva", dice Navarrete cuando le preguntamos sobre la importancia de este libro para el rescate de la memoria histórica.
Este es uno de los pocos trabajos de recuperación de archivos del siglo XVIII cubanos. Navarrete ha hecho fotografiar cada página de inscripciones parroquiales y legajos, radicados en Cuba y en el Archivo de Indias (España). En esas imágenes podemos comprobar el estado en el que se encuentran los originales: comidos por polillas, dañados por la humedad y otros accidentes.
"En el siglo XVIII, en Holguín no había libro de blancos y libro de negros, como muchos piensan", puntualiza Navarrete y explica que en esa época se inscribía a los blancos, a los indios y a los negros esclavos o libertos (y de ellos se precisa, además, la etnia africana de origen: congos, carabalís, lucumíes, etc.).
Genealogía cubana… es una buena fuente para los estudios sociales. "En él podemos observar, por ejemplo, la edad a la que se casaban, la estabilidad de las uniones (¡había separaciones y hombres y mujeres volvían a unirse con otros y formar otros núcleos familiares!). Y hoy nos escandalizamos cuando vemos algo así. Eso fue algo que a mí me sorprendió", confiesa María Dolores Espino.
El libro se presentó en Miami, el 29 de octubre, y ha sido enviado a bibliotecas y archivos documentales, en los que puede ser consultado.
Genealogía cubana. San Isidoro de Holguín, William Navarrete y María Dolores Espino. Portada del libro y selección de documentos originales de archivos parroquiales de Cuba y del Archivo de Indias, España.
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