Las conversaciones del régimen de La Habana con el viejo continente lograron acuerdos económicos importantes, pero nada se avanzó en materia de derechos humanos
Imagen de la reunión sostenida entre Raúl Castro y la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini.
diciembre 30, 2015
Luego de seis rondas de conversaciones, la Unión Europea (UE) y Cuba no hallaron un lenguaje común sobre Derechos Humanos, aunque sí cerraron un apartado sobre comercio. Así concluía este año en la mesa de diálogo que se viene desarrollando desde abril de 2014, paralelamente a las conversaciones secretas de alto nivel entre la isla y Estados Unidos.
Pero casi nadie se fijó en las que tuvieron lugar con la Unión Europea. El acuerdo histórico para reapertura de embajadas entre Estados Unidos y Cuba se “robó” la atención mediática, noticia tras noticia. No fueron pocas este 2015.
El gobierno español, antes del anuncio de la nueva era cubano-estadounidense, había enviado a su canciller, José Manuel García-Margallo, pero no fue recibido por Raúl Castro. Le dieron una atención por debajo del nivel esperado, probablemente porque Margallo fue muy crítico con el régimen de La Habana cuando asumió la cartera de Ministro. Así que este diplomático condicionó nuevamente las mesas de diálogo entre la Unión Europea y Cuba al tema de los Derechos Humanos.
También viajaron el ex presidente español Rodríguez Zapatero y su ex ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, y sí fueron recibidos por el general. Se habló de una visita privada, pero en realidad se trataba de una visita de negocios. El gobierno español se molestó mucho por esta visita “sorpresa”, según la identificó.
En materia de deuda con el exterior, este fue un magnífico año para el régimen de La Habana. España y Francia anunciaron la condonación de una importante suma de dinero, principalmente una deuda generada por intereses.
España condonará 1.709 millones de euros (1.879,9 millones de dólares) a Cuba de intereses generados por el retraso en el pago de su deuda, y el Club de París condonará 8.500 millones de dólares en cargos por atrasos en los pagos, en un acuerdo para que La Habana devuelva 2.600 millones de dólares adeudados en un plazo de 18 años.
El ministro de Finanzas de Francia, Michel Sapin, dijo que de los 470 millones de dólares en capital y pagos de intereses originales que Cuba le debe a Francia, 240 millones de dólares serán devueltos, mientras que el resto será convertido en proyectos de desarrollo para el país caribeño.
"Este acuerdo abre una nueva era en las relaciones entre Cuba y la comunidad financiera internacional", dijo Sapin.
Visitas de alto nivel
Este año pasaron por Cuba importantes mandatarios de Europa y del orbe. La visita más connotada fue la del Papa Francisco, el tercer pontífice que llega en viaje pastoral. Como se había anunciado previamente, la agenda papal no incluyó una reunión con opositores pacíficos, aunque uno de ellos logró acercarse al papamóvil y luego fue arrestado temporalmente. Francisco continuó viaje hacia Estados Unidos, todo un simbolismo de esas conversaciones secretas entre el gobierno de Obama y el de los Castro que tuvo a la Iglesia Católica como mediadora.
También llegó a La Habana François Hollande, luego de más de un siglo sin que arribara a esa ciudad un presidente francés. Francia "desea ser la primera de las naciones europeas, y la primera de las naciones occidentales capaz de decir a los cubanos que estaremos a su lado si deciden tomar los pasos necesarios hacia la apertura", declaró Hollande a la prensa antes de emprender el viaje.
Una vez en la capital cubana, Hollande se reunió con Fidel Castro, lo que le trajo duras críticas de la oposición en su país.
"El sentido del viaje no era dar un cheque en blanco a nadie, era poder crear entre Francia y Cuba una nueva etapa de alianzas para que el bloqueo pueda ser levantado y Cuba pueda ser una isla abierta al mundo", señaló Hollande en una conferencia en Puerto Príncipe, donde culminó su gira por el Caribe en mayo.
"¿Yo podría llegar a Cuba a hablar de alianza, a hablar del futuro e ignorar la historia, ignorar los 40 años durante los cuales Fidel Castro fue responsable del país?", preguntó Hollande en respuesta a las críticas.
También llegó a Cuba el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en visita oficial y con planes de construir dos mezquitas.
Con anterioridad, Erdogan había expresado la intención de construir al menos una mezquita en Cuba, ya que no había ninguna donde los musulmanes cubanos pudiesen rezar.
"Hemos hablado con funcionarios cubanos para construir una mezquita. Nos mostraron un lugar en la Habana Vieja", subrayó y dijo que las autoridades cubanas aspiran a que la construcción sea financiada por varios países musulmanes, si no todos, además de Turquía, pero que Ankara advirtió que la participación de un mayor número de naciones atrasaría el proyecto.
Durante su estancia en la isla, Erdogán sostuvo conversaciones oficiales con el general Raúl Castro. Su viaje por América Latina buscaba explorar, en Colombia, México y Cuba, las posibilidades de incrementar el comercio bilateral, incluidos los vuelos directos de la línea aérea de su país, Turkish Airlines, a la región.
Desde el año 2005, Turquía negocia su adhesión a la Unión Europea.
Por otro lado, Cuba y Alemania sentaron nuevas bases para su cooperación durante la visita oficial a la isla del ministro germano de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien fue recibido en julio por el gobernante cubano Raúl Castro.
El titular alemán también se reunió con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, en la Cancillería de La Habana, donde acordaron establecer las bases de la cooperación política, económica y de intercambio cultural. En concreto, firmaron una Declaración Conjunta sobre la Cooperación entre los dos Gobiernos y un Memorando de Entendimiento sobre el establecimiento de un Mecanismo de Consultas Políticas.
No obstante, durante esta reunión con el canciller cubano, el alemán recordó que en el pasado las relaciones bilaterales fueron "difíciles" y estuvieron marcadas por la "distancia, el silencio y grandes diferencias".
En octubre con la visita del vicecanciller checo, Martin Tlapa acompañado de 24 empresarios, Cuba y la República Checa dejaron atrás dos décadas marcadas de diferencias en materia de Derechos Humanos y oposición política, lo que ocasionó varios incidentes diplomáticos.
A finales de ese mes también viajó a la isla Matteo Renziconvirtiéndose en el primer gobernante italiano en visitar Cuba. El premier devolvió así la visita que le hiciera Raúl Castro en mayo pasado, durante una escala luego de pasar por Moscú, durante la cual también se entrevistó con el papa Francisco en el Vaticano.
La Posición Común, una piedra en los zapatos de los Castro
La UE y Cuba comenzaron en abril de 2014 a negociar un “Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación” con el objetivo de poner fin a la Posición Común europea, que condiciona desde 1996 la cooperación con la isla a avances en materia de derechos humanos. El régimen de La Habana había hecho lobby a través de España para deshacerse de esa medida europea, o al menos rebajarla. Lo consiguió con la llegada de Zapatero al poder, en 2004, y luego en el segundo mandato de este político socialista. A través del ex canciller Moratinos y de la Iglesia Católica, hubo un canje de prisioneros políticos cubanos por el resquebrajamiento de la denominada “Posición Común”. Todo esto viene a ofrecer mejores resultados para el gobierno comunista de la isla ahora, con el acuerdo que han cerrado en materia de comercio, pero todavía esa mesa de diálogo no ha concluido.
"No existe una identidad plena de criterios entre las dos partes", dijo el negociador cubano, el vicecanciller Abelardo Moreno, en una conferencia de prensa. "Es importante trabajar para tratar de encontrar un acercamiento", añadió.
Por su parte, el negociador europeo, Christian Leffler, destacó los "muy buenos progresos" en los tres capítulos del acuerdo: diálogo político, cooperación y comercio. Subrayó, no obstante, que continúa habiendo "algunos temas muy difíciles, que son sensibles para Cuba y sensibles para nosotros". "Hay algunos puntos en los que se necesita más trabajo", dijo.
Pero ya los disidentes cubanos no son convocados como antes a las fiestas de las embajadas europeas en La Habana. Han bajado el perfil los diplomáticos hacia ese respecto. La próxima ronda de diálogo entre la Unión Europea y el régimen castrista se llevará a cabo en la capital cubana en los primeros meses de 2016. De momento no hay fecha fijada.
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