| La Habana | 29 Ene 2016 - 3:36 pm. | 3
Los organopónicos de la capital también están en crisis. La escasez de ofertas los golpea tanto como a los agromercados, puestos de viandas y carretillas.
A las 10:00 de la mañana el organopónico del reparto habanero Bahía solo exhibía el martes dos manojos de ajo de montaña, cinco piñas y algunos limones.
"En este organopónico uno llegaba a las 3:00 de la tarde y podía comprar lechuga, acelga, espinacas, cebollino, un montón de cosas que ahora brillan por su ausencia", se quejó Ester, vecina del reparto.
Según una de las vendedoras de la tarima, la lechuga y la acelga se siguen ofertando, "pero tienes que venir temprano", advirtió. "Cuando abrimos la puerta por las mañanas ya hay colas para comprarlas. También sacamos coles, pero el precio es entre cinco y seis pesos, las mismas que te encuentras por ahí en 12 y 15. Así que la gente casi se mata por comprar aquí".
Esta trabajadora aseguró que la principal causa de las colas es el desabastecimiento de otros puestos de venta y los altos precios de los productos. Sin embargo, reconoció que tampoco la producción del organopónico es lo que era antes. "Hemos tenido problemas con las semillas. Si no nos llegan semillas, no podemos sembrar", explicó.
El organopónico del Bahía es una dependencia del ubicado en Alamar. De allí recibe sus semillas. Pero en las tarimas de Alamar, las verduras tampoco llegan a las 10:00 de la mañana y las viandas desaparecieron hace tiempo.
"Ya no hay quien se empate con la acelga aquí", dijo Caridad, una clienta. "Hay que madrugar para cogerla. Y otras cosas como el pepino chino, que siempre había, ya ni madrugando lo veo".
Una trabajadora administrativa que prefirió no dar su nombre señaló que el Estado, único proveedor permitido, ha fallado en abastecerlos. "Si el Estado no nos vende semillas no podemos tener producción y mucho menos mandar al Bahía".
La historia de las semillas incluye incidentes de todo tipo. "Aquí perdimos una cosecha entera de cúrcuma porque las semillas estaban en mal estado", aseguró esta empleada. "Y las semillas de lechuga de invierno que nos donó la FAO salieron, pero las plantas no crecieron más de unos centímetros".
La explicación que el jefe de producción dio a los clientes preocupados por el desabastecimiento implicó otros factores, como una plaga de grillos que ha mermado los cultivos durante meses.
"Eso en otros lugares se resuelve con productos químicos, pero aquí no podemos usarlos porque todo lo que producimos es completamente orgánico", afirmó. "También el clima nos ha afectado mucho este año. Normalmente comenzamos con los cultivos de invierno desde septiembre, pero este año el invierno entró en enero y ya casi se acaba. Con el sol y la sequía no hay cultivo que resista".
Han intentado producir semillas ellos mismos, pero no ha dado buenos resultados. "Ocupamos un espacio de siembra y un tiempo bastante más largo que el que ocupan cultivos de 30 días como la lechuga. Al final, las cantidad de semillas no rinde la inversión".
Ante tan desalentadora situación, este jefe de producción aseguró a sus clientes que seguirán esforzándose. "No solo ustedes lo necesitan, nosotros también, porque ganamos de acuerdo a lo que producimos y esto afecta muchísimo nuestros salarios", dijo.
"Sabemos que a la gente le hace falta que aumente nuestra producción, nada más hay que ver las colas que se forman en las tarimas todas las mañanas", apuntó la trabajadora administrativa.
Su punto de vista, sin embargo, no es alentador. "Esta misma situación es la que te vas a encontrar en todas partes", aseveró. "El país está en crisis".
El lunes, en la emisión estelar del Noticiero de Televisión, un reportaje mostraba el organopónico que abastece la sala de oncología del estatal Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ). Las lechugas y las remolachas que se veían en los canteros eran de aquellas que hace tiempo que no ven los clientes del resto de los organopónicos habaneros.
La televisión oficial eligió para su reportaje un lugar "especial", cuyo abastecimiento de semillas es priorizado y, por tanto, no es la medida para tomarle el pulso al estado de la agricultura urbana. El detalle de la prioridad, sin embargo, no fue mencionado.
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