miércoles, 2 de marzo de 2016

Campeones entre ruinas (vídeo)


La meta de estos niños boxeadores es complicada, llena de golpes y sin la ayuda de las instituciones

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Las competencias son llevadas con el mayor rigor que permiten las precarias condiciones (Foto: Yanela Durán)

LA HABANA, Cuba.- Lanzar golpes pudiera parecer fácil, quizás por eso la mayoría de los cubanos asumen que tienen talento natural para el Boxeo. Pero la verdad es que para alcanzar la maestría en el deporte de los puños se requieren años de práctica y consagración, por eso los entrenadores señalan los nueve años como la edad idónea para comenzar el adiestramiento.
En un Área Especial del municipio Centro Habana, un grupo de niños entrena cada jornada con la mirada fija en un sueño: convertirse en campeones de Boxeo. La meta es complicada, llena de golpes y magullones, sin embargo los bisoños pugilistas siguen disciplinadamente las instrucciones del equipo de preparadores.
Para conocer las interioridades del mundillo, un equipo de CubaNet visitó el gimnasio Ponce Carrasco, una fábrica de campeones dentro de la barriada de Colón, en Centro Habana.
Según comunicaron los entrenadores en lugar, las Áreas Especiales son patrocinadas por el Instituto Nacional de deportes, Educación Física y Recreación (INDER), y constituyen la cantera de la pirámide de alto rendimiento del deporte cubano.
Daniel Casanova, uno de los preparadores, informó que las captaciones están abiertas durante todo el año, libres de costos. “Se reciben niños a partir de los nueve años pero también se pueden aceptar con menos edad siempre que tengan buen somatotipo y demuestren interés por el deporte”, comentó.
En las categorías escolares, de acuerdo con el entrenador Luis Pérez, los estudiantes aprenden los desplazamientos y el golpeo a base de ‘rectos’, mientras que las competencias se organizan bajo el mismo sistema que los adultos.
“Los niños van a la pesa, con todo el rigor de una competencia. Se dividen por edad y se les practica el chequeo médico, no puede haber fallo en eso”, asegura.
Aunque todavía se sitúa en los puestos de avanzada, a nivel provincial en los últimos años Centro Habana experimenta un descenso en los resultados competitivos.
Pérez estima que “la caída” se debe a la falta de condiciones para entrenar. Hace dos años el gimnasio donde practicaban se derrumbó y tuvieron que trasladarse a espacios abiertos. Ahora, con la ayuda de los padres, se está construyendo un nuevo gimnasio.
La falta de implementos deportivos también dificulta las sesiones de entrenamiento.
Jorge Donatién, otro de los preparadores, dijo que los muchachos avanzan porque cuentan con el interés de los profesores y el apoyo de los padres.
“Los guantes de boxeo, las cabeceras, las vendas y la ropa deportiva que tenemos es donada por padres y por extranjeros que entran, ven el desarrollo de las sesiones de entrenamiento, se sienten identificados y después se aparecen aquí con las cosas. También tenemos un alumno extranjero (de Alemania) cuyo padre ayuda mucho”, expone Donatién.
El INDER prohíbe a los profesores aceptar donativos a extranjeros, según cuenta Donatién. Para evitar cuestionamientos, “nosotros decimos que si quieren lo pueden poner encima del ring, y ahí los muchachos cogen las cosas y se las reparten”.
Otro de los pronunciamientos de la dirección del INDER elimina la posibilidad de que las mujeres practiquen este deporte, debido al contacto físico. En cambio, Donatién asevera que con una buena preparación las mujeres pueden pelear en los circuitos de competencia, tal y como sucede en el mundo entero.
“Aquí han venido unas cuantas mujeres a entrenar pero no las aceptamos; no porque esté en contra, sino porque me botan si me descubren”, sentenció.
José Enrique Rodríguez Carrillo, entrenador del gimnasio de San Miguel, explicó que en las Áreas Especiales reciben instrucción todas las categorías reconocidas por la Federación Internacional de Boxeo Amateur (FIBA), pero son las escolares las que gozan de mejor salud.
“Las (categorías) de juvenil y de mayores son más flojas, porque cuando los niños crecen y se convierten en adolescentes se dedican a la vida de la calle y abandonan el boxeo”, puntualizó Rodríguez.
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