Los habitantes de un barrio periférico de Bayamo no tienen electricidad, ni esperanza
miércoles, marzo 30, 2016 | Roberto Rodríguez Cardona | 0 Comentarios
BAYAMO, Cuba.- Un metro-contador eléctrico de la esquina de calle 22 final y calle 41, en Bayamo, presta servicio simultáneo a más de 15 casas, ubicadas a casi un centenar de metros de allí. Alambres sin aislante y cables viejos, de diferente calibre e incontables empalmes, forman la tendedera que cubre la distancia hasta y entre las viviendas, sujeta a una destartalada fila de postes criollos en pésimo estado, donde se alternan indistintamente troncos, varas, tablas, horcones y tubos, que desafían las leyes de la física.
La electrificación sigue siendo una tarea pendiente en Cuba. Las ‘tendederas’ eléctricas constituyen la única opción de muchos cubanos para garantizarse el servicio. Aunque omnipresentes en toda la nación, esta modalidad toma un matiz peligroso en este reparto periférico de Rosa la Bayamesa, provincia Granma.
“El año pasado ese tubo mató a un buey, porque tenía un pase de corriente y el animal se recostó”, dijo Rafael Boza Martínez, un vecino del lugar, señalando un tubo metálico, usado como poste de apoyo a la tendedera, “eso lo van a arreglar el día que mate a una gente”.
Paralelo al ruinoso tendido, la Compañía Eléctrica hace más de dos años alzó varios postes de hormigón para sustituirlo, pero aún no ha puesto el tendido “por falta de los cables adecuados”, según dijeron a los vecinos.
Vía telefónica, Jorge La Rosa, del Departamento de Operaciones de la Empresa Eléctrica de Bayamo, explica sobre el asunto: “No te puedo dar fecha de realización, porque eso no está incluido (…) en el plan (anual) que orientó Julio Guerrero, que es el Director de Inversiones en Granma. Solo tenemos dos proyectos en la Ciudad de Bayamo y esa zona no está prevista para reparación, al menos por este año”.
Como consecuencia la afectación es doble: la electricidad que llega a las viviendas es tan poca que limita el uso de equipos electrodomésticos, hornillas de cocción o turbinas para garantizar el agua potable; y por otro lado, la tarifa de cobro, que aumenta en correspondencia con el consumo, se dispara al ser medido por un solo metro-contador colectivo, obligándoles a pagar más de lo que consumen individualmente.
“Entre las 15 casas, hay tres refrigeradores y tienen que desconectarlos por la noche, para que en el resto de las casas se puedan alumbrar, aquí (refiriéndose a su hogar) nada más tenemos un bombillo de bajo consumo y a veces ni enciende”, Dice Midelmis Naranjo Alvarado, una ama de casa del lugar, “todos cocinan con leña o carbón porque las hornillas eléctricas no calientan”.
Luego agrega: “Vivimos en Bayamo, pero aquí la revolución no ha llegado todavía, nosotros mismos tuvimos que poner la tendedera para tener corriente, no tenemos agua potable, el camino no sirve, no hay aceras ni alcantarillado, las casas están en malas condiciones, (…) y así mismo quieren que haya CDR (Comité de Defensa de la Revolución) y Federación (de Mujeres Cubanas).” Y concluye, “Es verdad que son atrevidos”.
Marilis Boza, una señora reconocida clínicamente como discapacitada por enfermedades respiratorias severas, refiere: “Tengo prohibido cocinar con leña o carbón y aspirar el humo, pero estoy obligada hacerlo, si no me muero de hambre. ¿Cómo voy a cocinar con hornilla eléctrica, con el voltaje tan bajo?”
Quienes viven en esa comunidad son considerados ilegales y ni siquiera poseen una libreta de racionamiento.
Según Rafael, uno de los afectados, el tema de la tendedera ha sido analizado varias veces y ante varias instancias, pero la solución no llega. La opinión general de los afectados coincide en que la responsabilidad, recae en el mal servicio, falta de gestión y desatención de la compañía eléctrica ante las quejas.
“La reparación de la vieja tendedera tenemos que asumirla los mismos vecinos, porque como la compañía no ha puesto el tendido reglamentario, tampoco quiere responsabilizarse con el que estamos usando (…) En la penúltima reunión con el delegado, dijeron: ‘si ustedes buscan los cables les ponemos la corriente, porque nosotros ahora no tenemos materiales’. Lo que quisieron decir fue que se los robáramos a ellos mismos, ¿De dónde más, vamos a sacar ese tipo de cables?”, concluye Rafael.
Según datos publicados por la prensa nacional, el pasado año, la provincia Granma contó con un presupuesto de 3,9 millones de pesos destinados a la electrificación provincial.
Las esperanzas de solución para los afectados se desvanecieron recientemente, cuando el Presidente Provincial del Poder Popular Provincial, Manuel Santiago Sobrino Martínez, declaró ante la prensa que el presupuesto de este año será destinado con prioridad a las comunidades que no reciben servicio eléctrico.
Al conocer este dato, Midelmis, otra de las vecinas de esta comunidad, solo atinó a decir: “Bueno, ahora sólo nos queda rezar para que de ese presupuesto sobren algunos pesitos, para comprar el tramito de cable necesario y acabar con esta dichosa tendedera”.
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