ENVIADO POR: ANTONIO M. ABRADELO
Mientras escribo este artículo, un grupo de manifestantes grita “Tenemos hambre” como protesta en la Avenida Sucre a pocos metros del Palacio de Miraflores en Caracas, por la falta de alimentos en el país. Cada día se hace más profunda la brecha que separa a la Boli burguesía (Nuevos ricos venezolanos que hicieron fortuna mediante el equivalente a un asalto al tesoro de la nación) y el pueblo venezolano reducido al hambre y miseria.
Procedo a comparar no solo la expresión de angustia, preocupación, rabia en las caras de quienes protestaban, oír sus palabras de desaliento y ver las figuras de la gente enflaquecida, mal vestidas y siento un dolor inmenso hasta hacerse físico cuando lo comparo con lo mostrado en crónicas sociales de fiestas de quinceañeras, bodas a todo lujo, viajes a diferentes destinos todos hechos en primera clase, compras de artículos de diseñadores exclusivos, cuentas de restaurantes y hoteles que suman miles de dólares, carros último modelo, personal de seguridad para su protección personal, mientras los ciudadanos comunes están expuestos a los asaltos de la delincuencia desatada.
En un reportaje de un medio internacional aparece un evento en el Caracas Country Club en el cual muestran mesas cubiertas con todos los manjares imaginables, las mesas con los dulces y postres mientras hay niños que hoy mueren en el país por desnutrición. Carnes, frutas, platos suculentos mientras hay cientos de personas que comen una sola vez al día y lo que se llevan a la boca no son precisamente proteínas. Al revisar la información reunida para este artículo, leo que en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo una familia lo único que tiene para darle a los niños es arroz blanco; en ese momento llega la nieta de la vecina y le pide que le de arroz porque tiene hambre y la abuela de los niños llorando le dice no me queda ni un grano. ¿Muy triste esto, cierto o no?
La suscripción en el CLAP es una compra de la libertad ciudadana, implica dar todos los datos de identificación para hacer seguimiento en lo relativo al voto y asistencia a las actividades que les sea exigido ir, quien no las cumpla no se les da la bolsa con comida y recibe un castigo ejemplar para atemorizar a cualquier disidente. El contenido de las bolsas es miserable, algunas personas que las han recibido han dicho que su contenido se limitaba a un paquete de 1kg de harina PAN, uno de arroz y otro de harina de trigo. Fueron advertidos que de quedarse tranquilos y callados el próximo mes les darían otra bolsa.
Mercedes Montero: La Mesa boliburguesa y los CLAP
1 de agosto de 2016
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La Mesa boli burguesa y
los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) |
Mientras escribo este artículo, un grupo de manifestantes grita “Tenemos hambre” como protesta en la Avenida Sucre a pocos metros del Palacio de Miraflores en Caracas, por la falta de alimentos en el país. Cada día se hace más profunda la brecha que separa a la Boli burguesía (Nuevos ricos venezolanos que hicieron fortuna mediante el equivalente a un asalto al tesoro de la nación) y el pueblo venezolano reducido al hambre y miseria.
Los boli burgueses viven a todo lujo, con estilos de vida que se pueden disfrutar cuando se cuenta con millones en monedas fuertes como dólares y euros y no como el muy devaluado bolívar fuerte, que al igual que sucedió en la Alemania de Hitler hay que llevarlo en bolsas para poder comprar dos o tres frutas.
Procedo a comparar no solo la expresión de angustia, preocupación, rabia en las caras de quienes protestaban, oír sus palabras de desaliento y ver las figuras de la gente enflaquecida, mal vestidas y siento un dolor inmenso hasta hacerse físico cuando lo comparo con lo mostrado en crónicas sociales de fiestas de quinceañeras, bodas a todo lujo, viajes a diferentes destinos todos hechos en primera clase, compras de artículos de diseñadores exclusivos, cuentas de restaurantes y hoteles que suman miles de dólares, carros último modelo, personal de seguridad para su protección personal, mientras los ciudadanos comunes están expuestos a los asaltos de la delincuencia desatada.
En un reportaje de un medio internacional aparece un evento en el Caracas Country Club en el cual muestran mesas cubiertas con todos los manjares imaginables, las mesas con los dulces y postres mientras hay niños que hoy mueren en el país por desnutrición. Carnes, frutas, platos suculentos mientras hay cientos de personas que comen una sola vez al día y lo que se llevan a la boca no son precisamente proteínas. Al revisar la información reunida para este artículo, leo que en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo una familia lo único que tiene para darle a los niños es arroz blanco; en ese momento llega la nieta de la vecina y le pide que le de arroz porque tiene hambre y la abuela de los niños llorando le dice no me queda ni un grano. ¿Muy triste esto, cierto o no?
La “solución“ dada por Maduro es la oficialización del hambre como táctica para lograr la sumisión del pueblo venezolano, la cual una vez alcanzada permitirá la toma de posesión del castrismo sobre Venezuela.
Copio la definición de los CLAP: son una figura con la cual el Gobierno de Nicolás Maduro pretende sustituir el abastecimiento mediante la oferta y la demanda, formato común en todos los países del mundo y que se realiza mediante cadenas comerciales, por el abastecimiento mediante bolsas racionadas de comida y productos básicos que periódicamente entregan estos comités en los hogares de los ciudadanos que se inscriben en ellos. Los comités son conformados por militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
La suscripción en el CLAP es una compra de la libertad ciudadana, implica dar todos los datos de identificación para hacer seguimiento en lo relativo al voto y asistencia a las actividades que les sea exigido ir, quien no las cumpla no se les da la bolsa con comida y recibe un castigo ejemplar para atemorizar a cualquier disidente. El contenido de las bolsas es miserable, algunas personas que las han recibido han dicho que su contenido se limitaba a un paquete de 1kg de harina PAN, uno de arroz y otro de harina de trigo. Fueron advertidos que de quedarse tranquilos y callados el próximo mes les darían otra bolsa.
En la Venezuela “revolucionaria” ahora vejada por Maduro, unos poderes del Estado sometidos a los designios del Ejecutivo, a su vez sometido a la voluntad Castrista y unos militares traidores a la patria han desbaratado al país, nación y dado paso a una crisis humanitaria de proporción épica, negada por el régimen.
La Comunidad y organismos internacionales, líderes mundiales, ONG, el Papa ante el holocausto venezolano ha pedido dejar entrar al país la tan perentoria ayuda de alimentos y medicinas., productos para la higiene y materiales para reactivar la economía. Familiares, iglesias y comunidades de venezolanos en el exterior, artistas, etc enviaban paquetes con comida y medicinas para aliviar las necesidades de sus familias, también esto ha sido prohibido y lo que es peor la crisis humanitaria es negada por los personeros del gobierno.
La Comunidad y organismos internacionales, líderes mundiales, ONG, el Papa ante el holocausto venezolano ha pedido dejar entrar al país la tan perentoria ayuda de alimentos y medicinas., productos para la higiene y materiales para reactivar la economía. Familiares, iglesias y comunidades de venezolanos en el exterior, artistas, etc enviaban paquetes con comida y medicinas para aliviar las necesidades de sus familias, también esto ha sido prohibido y lo que es peor la crisis humanitaria es negada por los personeros del gobierno.
Esta terrible realidad es una parte fundamental de la condena a muerte de Venezuela y los venezolanos por parte del régimen castrocomunista cuyo objetivo es apoderarse de las riquezas cada vez más exiguas de una Venezuela que una vez fue próspera y democrática.
Mercedes Montero
Columnista de Opinión
* Agradecemos a Factores de Poder el video que mostramos
Mercedes Montero
Columnista de Opinión
* Agradecemos a Factores de Poder el video que mostramos
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