sábado, 27 de agosto de 2016

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA.

POR: GUIJE CUBA

El 28 de agosto en la Historia de Cuba

• 1892 -

- Muerte de Modesto Díaz.




Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 487-488 nos describe los acontecimientos del 28 de Agosto de 1892 en la Historia de Cuba:

   “En lo más recio del asalto de Bayamo por las armas cubanas bajo el mando de Carlos Manuel de Céspedes, en un momento de fiera acometida por parte de los sitiadores, el combate se concentró sobre la cárcel. Eran sus defensores, casi en su totalidad, hijos del país, comandados por los dominicanos Modesto Díaz y Francisco Heredia. La metralla libertadora, al fin, abrió brecha en el reducto español, y poso después cayó éste en poder de los soldados criollos. En instantes de tanta gravedad aquellos dos oficiales, imitando la conducta de paisanos suyos que se encontraban ya en las filas insurrectas, ingresaron en las mismas. Mas la actitud posterior no resultó igual en uno y otro, pues en tanto Heredia volvió al servicio de España, Díaz jamás dejó de ser un adalid valioso de la buena causa de Cuba.

   “La adhesión de Modesto Díaz a las ansias libertadoras del cubano se tradujo en esfuerzos meritorios. Los hombres de la Revolución aquilataron sin gran trabajo su valía. Como formado para la lucha constante, no mostró desfallecimientos ni titubeos. Permaneció de continuo alerta, celoso de ser de los primeros en el peligro y en la brega. Hasta se sintió herido en su decoro porque se le destinaba a operaciones que, a su juicio, no envolvían riesgo inminente. De estos recelos lo sacó Carlos Manuel de Céspedes con estas palabras:

   “"Hay muchos individuos que circunscriben la libertad a la maledicencia, pero los hechos consumados, la verdad y la justicia se abren paso con el tiempo y fijan en términos satisfactorios la pureza de las acciones de los buenos servidores de la patria, vindicando sus agravios."

   “Céspedes logró convencer a Modesto Díaz de la verdad de que para la República sus servicios eran eminentes, y que por tales los tenía. El caudillo hijo de Santo Domingo, general del Ejército Libertador de Cuba, no anduvo con ambages ni vacilaciones para darse por satisfecho, y siguió prestando su concurso a la Revolución. Su corazón generoso y su talento natural, compensando su falta de cultura, lo hicieron temible para los españoles. , Su táctica, tan especial como especial era su afición a cabalgar en mula, le adjudicó, entre los enemigos de la causa cubana, la fama y el nombre de jabalí de la Sierra.

   “Modesto Díaz fue pundonoroso y desinteresado. No abrigó egoísmos perturbadores. Rechazó y condenó con viveza las insinuaciones y la actitud díscolas de Vicente García, a quien se apresuró a advertir el peligro en que colocaba los más caros intereses de la Revolución. Defendió con pureza la bandera de Cuba hasta el ocaso mismo de la guerra de los Diez Años. Cuando la adversidad impuso a los libertadores la tregua iniciada en El Zanjón el general Modesto Díaz supo proceder con dignidad, aguardando sin duda el advenimiento de la nueva hora de sacrificios. Se retiró a Santo Domingo acariciando aquella esperanza de reivindicación. Pero la mala suerte se interpuso, y el 28 de agosto de 1892 allá expiró el lidiador.”

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