Por: Lcdo. Sergio Ramos
En toda democracia, la soberanía radica en el pueblo, la cual se manifiesta al expresarse libremente la voluntad popular a través del voto depositado en las urnas a través de las elecciones, plebiscitos y/o referéndums libres, universales, equitativos, limpios y transparentes.
Por cuanto, en la democracia, es del pueblo de donde emanan las bases del ordenamiento jurídico imperante en todo país democrático manifestado a través de una ley suprema que llamamos constitución. Se trata de un contrato social que vincula, rige y obliga a todos los ciudadanos del país.
La soberanía, en esencia, es el poder político y supone la ausencia de subordinación a ningún otro poder. Se trata del concepto “super omnia” del derecho romano. Esto implica que no hay otro poder soberano sobre el tenedor de la soberanía.
El proyecto de constitución propuesta para Cuba el régimen, esconde en sus artículos conceptos engañosos y contradictorios con el fin de proyectar la falsa apariencia de que su poder emana del pueblo y que se respeta la voluntad popular.
El artículo 3 de la pretendida constitución establece que: “En la República de Cuba la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado…”
De esto ser cierto, implica que no existe ningún otro poder en el país por sobre la voluntad del pueblo cubano.
Sin embargo, el artículo 5 de dicha constitución establece que: “El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista, y leninista, vanguardia organizada de la nación, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y el Estado.”
Entonces, ¿Quién es el soberano, el pueblo o el Partido Comunista de Cuba?
Debemos tener muy presente que el Partido Comunista de Cuba es el único legalmente admitido en el país según dispone dicho proyecto de constitución; es decir, que dicho partido tiene el monopolio de la participación y la dirigencia política en Cuba y, además de ser políticamente monopólico, es minoritario, ya que solo cuenta con el 6.8% de la población de Cuba. A esto, añadase el hecho, de que el acceso a su membresía es por selección y escrutinio estricto de la dirigencia del partido, lo cual lo convierte en uno de carácter elitista, y desposeído de una real vinculación con el pueblo cubano.
Por cuanto, se trata de una oligarquía que se abroga y usurpa la soberanía que le corresponde al pueblo, en franca contradicción con el articulo 3 antes citado. En otras palabras, el soberano es el minoritario Partido Comunista, no el pueblo cubano, pues este último queda subordinado a la oligarquía que milita en dicho partido.
El carácter elitista y oligarca que rige esta pretendida constitución, al igual que la que actualmente esta vigente, convierte a Cuba en un país política y socialmente excluyente, ya que dicho partido condiciona el marco político y social a una ideología anti-democrática y opresiva, como lo es el fidelismo-marxista-leninista y que dicha proyectada Carta Magna promulga y define como el sistema político, social y económico .
La inconsistencia en los citados preceptos constitucionales, la convierten en una disposición intrínsecamente contradictoria al indicar que dicho partido es “democrático”, al tiempo que se declara como el “único” legalmente admitido en el país y el cual está atado a una ideología en particular, excluyendo de toda participación en los asuntos del país a las restantes vertientes del pensamiento político y social del país.
Hemos de tener en cuenta, que toda sociedad por naturaleza, es plural, pues está compuesta de la diversidad del pensamiento de sus ciudadanos todos. Sin embargo, por constitución se legaliza la imposición de la singularidad profesada por un minoritario grupo de personas.
Más aun, contradice el pensamiento del Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí, al declararse “martiano”, toda vez que excluye a los ciudadanos no afiliados al minoritario Partido Comunista en la tenencia de ese poder superior de la sociedad y del Estado que dicho proyecto constitucional le otorga a dicha oligarquía. O sea, que genera un país “con algunos y para el bien de algunos” en franca y abismal contradicción al pensamiento martiano que plantea que Cuba sea la patria “Con todos y para el bien de todos”.
Es decir que si el Partido Comunista de Cuba es la “fuerza superior de la sociedad y del Estado” entonces el pueblo carece de la soberanía que aduce el artículo 3 de la pretendida constitución, ya que el articulo 5 despoja a los ciudadanos de su derecho a ejercer como soberano y convierte al pueblo en súbdito de la oligarquía; lo que resulta en una burla y una imposición dictatorial al pueblo de Cuba.
Una burla intolerable que debe ser plenamente repudiada por todos los cubanos diciéndole un contundente NO, Apuntado NO, Votando No a esta patraña engañosa de la casta gobernante.
San Juan, Puerto Rico a 28 de enero de 2019
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