Manifestamos nuestra preocupación porque, más de 16 horas después de haber sido cerrados los colegios electorales, todavía no se conocen los datos oficiales de participación ni los resultados del referéndum. La ausencia de esta información está en la misma línea de falta de transparencia que ha primado en la actuación del gobierno cubano en todo el proceso. La manipulación del padrón, la utilización de lápiz en lugar de lapicero, los obstáculos a la observación independiente, la ausencia de representantes del No en las juntas electorales a los diferentes niveles así como la de observadores internacionales, son elementos que nos hacen sospechar todavía más de lo que habrá hecho el gobierno en la oscuridad de la madrugada.
Según los datos recibidos, hasta ahora, la sumatoria del rechazo (voto del NO, boletas en blanco, boletas anuladas, y abstención) superaría el 30% del censo electoral, con tendencia ascendente. Está información está basada en las actas de conteo de votos facilitadas por observadores electorales, colaboradores del OCDH y ciudadanos de confiabilidad, quienes en medio de un clima de vigilancia y represión pudieron ejercer la defensa del voto.
Sin adelantarnos a las valoraciones generales sobre la totalidad del proceso que emitiremos en su momento como parte de la campaña nacional por el NO, sí expresamos que esta Constitución, por su contenido, no goza del consenso necesario e imprescindible. Esa falta de consenso es reflejo del agotamiento del sistema político y económico cubano y de una persistente dinámica represiva en contra de los ciudadanos.
Los observadores y voluntarios que no fueron detenidos hicieron un registro de las incidencias del cierre de mesas electorales y conteo de votos. Este referéndum no se ha ajustando a los estándares internacionales.
A pesar de que este proceso electoral se caracterizó por un sinfín de irregularidades, opacidad e inequidad, millones de cubanos han perdido el miedo y mostraron su rechazo, siendo esta la primera vez que las urnas reflejan que el gobierno no goza del respaldo social del que presume.
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