El proceso abierto contra el líder de UNPACU y otros tres miembros de la organización tiene varias deficiencias técnicas
LA HABANA, Cuba. – El proceso abierto contra José Daniel Ferrer García y otros tres miembros de la organización que dirige (Unión Patriótica de Cuba), tiene algunas deficiencias, entre ellas técnicas, las cuales no estoy capacitada para discutir. Es un problema de abogados; pero hay otras que se detectan solo leyendo y estudiando los documentos que se han hecho públicos.
A las alturas del 7 de octubre de 2019 se les entregó a los acusados un Auto de Imposición de Medida Cautelar. Se podía constatar, sin temor a equivocarse que, según lo relatado, no se estaba en presencia de un delito de lesiones graves. Aunque, como bien se sabe, no cometieron ningún delito, todo se ha resumido a una de las muchas implicaciones falsas que acostumbra a hacer la dictadura para involucrar a los disidentes en fechorías comunes y después encarcelarlos, y así dar la oportunidad a Raúl Castro de decir: “preséntenme una lista de presos políticos”.
Como una forma de colocar a José Daniel y los otros tres acusados en un estado de indefensión, en el Auto antes mencionado, no se puntualizó el artículo del Código Penal, por el cual se les pedía la prisión provisional, solo se dijo: Lesiones, lo que vulnera las normas del proceso, porque no se les informó con precisión de lo que se les imputaba.
Sin embargo, en la Petición Fiscal queda claro que las lesiones recibidas por el acusador no son graves, ni pusieron en peligro su vida, ni siquiera le dejaron secuelas, como ellos dijeron de forma inicial para complicar la situación de José Daniel, y cito: “Como consecuencia de los golpes recibidos, el ciudadano Sergio García González recibió lesiones graves con peligro para la vida consistente en traumatismo taraco abdominal, hematoma en parte superior de riñón derecho y fractura costal derecha.”
Pero también vuelven a caer en el error de considerar en esta Causa 12 de 2020 antecedentes penales de los años 90, del siglo pasado, que no fueron tomados en cuenta cuando José Daniel Ferrer obtuvo su sentencia en la causa del Grupo de los 75. En el documento oficial de esa sanción queda claro y probado como un hecho que no le constan antecedentes penales.
Se trata de algo premeditado. El objetivo es convertirlo en multirreincidente y poderle aumentar la petición fiscal.
No se sostiene tampoco el relato del denunciante, porque según ha escrito la propia Fiscal, existen incongruencias, por ejemplo: Se afirma que Sergio García González perdió el conocimiento tras recibir una patada en la cabeza que le propinó José Daniel, y fue atado con una tira de tela de color gris por los brazos y pies a una litera, por sus indicaciones. Así permaneció hasta la mañana siguiente y al parecer estaba lejos de la “kryptonita”, porque, como Superman, pudo quitarse las ataduras y marcharse libremente, aunque estaba cautivo. Nadie le puso obstáculos y se dirigió a su casa en el municipio de Mayarí, provincia de Holguín.
Entonces, no estaba “tan” privado de libertad. Si se compara, cuando un disidente cae preso no puede salir caminando e irse del lugar, tiene que esperar a que los “jefes” den la orden para que lo liberen. Todo parece indicar que este delito se incorpora para poder aumentar el marco sancionador, porque quieren de todas formas sacar a José Daniel Ferrer de circulación y desaparecer la organización que creó y que ha tomado tanta fuerza en el oriente de Cuba.
Hay que destacar que, como si este eufemismo fuera poco, en las Conclusiones la Fiscal se contradice y afirma que José Daniel mandó a los otros tres acusados a que pusieran de pie al denunciante y cuando lo pararon le propinó un piñazo que lo desmayó. Habría que preguntarse: ¿fue una patada o un piñazo? Llama de forma poderosa la atención el hecho de que este traumatismo no aparece en la descripción de todas las lesiones que se plantea “sufrió Sergio”.
Sin lugar a dudas abogados competentes echarían abajo todas estas mentiras que han sido inventadas solo para complacer a los que lo encarcelaron; pero José Daniel no quiere abogados, porque conoce el Sistema Judicial cubano y sabe que nada puede hacer un letrado contra lo que ya está decidido.
La situación para la dictadura es bien diferente en estos momentos, porque muchas personas están al tanto de sus métodos, no solo en Cuba, también en muchos otros países del mundo. Por eso, cuando tratan de desprestigiar a un disidente, como en este caso, tienen los resultados contrarios: le sacan brillo y le dan más prestigio.
Y es que todo parece indicar que el régimen dictatorial cubano piensa que los únicos inteligentes son ellos y el resto de las personas son subnormales, incapaces de asimilar una “jugada” como la que le están haciendo al líder de la UNPACU.
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