Este miércoles se cumple el primer aniversario de la muerte del prisionero político Armando Sosa Fortuny, quien ocupa un espacio en el Panteón de la Patria por su coraje, inmensa capacidad de sacrificio y entrega absoluta a sus ideales.
En honor a su memoria Radio República y el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, bajo la dirección de Wenceslao Cruz, está filmando un documental que recoge testimonios de personas que lo conocieron en diferentes etapas de su vida.
A continuación algunas de los comentarios de quienes compartieron con un hombre que estuvo preso más de la mitad de su existencia, 76 años de vida, 43 años tras las rejas en dos periodos diferentes y que al menos en dos ocasiones desembarcó en Cuba para derrocar la dictadura.
Aurea Feria, vecina y amiga. “Lo recuerdo como un muchacho sumamente tranquilo, callado, risueño, no le gustaba llamar la atención, podría decir que era tímido pero si le aseguro que tenía un carácter muy fuerte y decidido, por eso no me sorprendió su entereza moral para enfrentar más de cuatro décadas preso”.
Héctor Corvo, participó en la expedición de Navas de octubre de 1960. “Armando en eso del entrenamiento fue como todos nosotros. El se preparó muy bien porque tenía disposición y mucho valor, era un hombre guapo sin guaperías, no era alardoso, al contrario, muy modesto”.
Pedro R. Soto Zayas. “Armando dedicó la mayor parte de su tiempo a leer en prisión, aprendió a tocar guitarra, se dedicó a hacer canciones, poesías, él era una persona mística, le encantaba tocar guitarra, parece que era un medio de salirse de la situación interna de la prisión que como ustedes saben es bien difícil”.
Fermín Amador Chamizo. “En una ocasión bajé a buscar la comida, la boba como le decíamos y él ya estaba en la fila que se hacía en la planta baja, ese día yo no me sentía bien y al parecer era muy buen observador y me dijo, “ven toma mi puesto, estoy más cerca para que no te esfuerces”, se fue para el final de la fila como si hubiera acabado de llegar”.
Enrique Ruano. “Armando era un hombre serio, diferente a la mayoría de los cubanos que siempre están de broma, él era callado y muy reservado, era el tipo de persona que siempre inspira confianza, de la gente con las que uno está dispuesto a meterse en cualquier problema porque se sabía que se estaba bien acompañado, como decíamos en Cuba. Con hombre como Sosita la prisión siempre estaba en ebullición.”
José Luis Fernández compartió con Sosa antes de su segunda expedición a Cuba. “Nuestro amigo y mártir Sosita se preparó física y mentalmente para lo que iba a emprender. No era en ninguna medida un improvisado o una persona que actuaba por embullo, era un hombre convencido de sus ideales y dispuesto a enfrentar cualquier situación por tal de concretarlos, por esa disposición y heroísmo ocupa hoy en las páginas de la historia de Cuba ese lugar cimero que le corresponde.”
Normando Hernández González, compañero de prisión en la segunda condena de Sosa Fortuny. “Cuando lo conocí, había cumplido entre las dos etapas más de treinta años de presidio y era increíble su actitud ante la vida. Cualquiera piensa que una persona con tantos años en la cárcel debe ser un amargado, resentido, lleno de resabios, más siendo una persona de una edad bastante avanzada, pero todo lo contrario, era una persona risueña, jaranera, una persona que hacía cuentos, conversaba con los jóvenes en la prisión, siempre tenía una respuesta para todo, pero nada de amargura, nada de rencor, era increíble como él llevaba su prisión”.
Jorge Luis García Pérez Antúnez. “Sosa era además de valor, además de dignidad y coraje era amor, Sosa no hablaba de él, Sosa era una persona que sentía una fe extraordinaria por la juventud, nosotros éramos jóvenes comparado con él, y aquella fe que tenía en nosotros, a mí me fortalecía. Imagínese un hombre que había utilizado la vía armada en dos ocasiones, que había enfrentado, que había arriesgado lo más sagrado que es la vida, rindiéndonos a nosotros respeto, admiración y cortesía”.
Yosikelin Sánchez Perdigón. Activista pro democracias. Visitaba a Sosa en prisión, se encuentra en Cuba. “En una ocasión junto a Jesús Rojas Pineda se puso a cantar un himno que había compuesto que decía entre otras cosas, Abajo Fidel, Abajo la dictadura, Abajo la Reforma Agraria, y eso lo decían abiertamente en el salón de visita, sin ningún tipo de temor a las consecuencias, lo cantaban públicamente como si fuera una canción normal, no tenían miedo esa es la gran verdad, es más, una vez estaba cantando y había un custodio al frente nuestro escuchando todo y él se paró y dijo, “yo a los enemigos no los subestimo pero me doy a respetar para que me respeten”, se me acercó y dijo, “niña la visita se acabo”, el individuo le dijo que no había terminado y respondió “ya se acabo, a mi no me gusta que me manden a bajar” y a la misma se paró y me dio un beso y abrazo, le llamaron la atención por el abrazo y lo volvió a hacer diciéndome en voz alta, “ recuerda que la libertad de los pueblos no se discute, se conquista”.
Honor a la memoria de Armando Sosa Fortuny.
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