viernes, 26 de febrero de 2021

Relaciones entre Cuba y China

Cuba Insight
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Relaciones entre Cuba y China
                                                             

  *Por: Vicente Morín Aguado
 

Al hablar durante los actos conmemorativos por los 60 años de relaciones diplomáticas entre ambos países, el embajador cubano en Beijing tuvo un raro arrebato de honestidad al declarar que “Cuba ha acumulado muchas primeras veces en su relación histórica con China.” Dado que la última arrancada va en franco declive, cabe preguntarse: ¿cómo será la próxima vez?

El 28 de septiembre de 1960 Cuba pasó a la historia como el primer país de América Latina en contar con un embajador del gigante asiático. El honor sigue invocándose en La Habana, a falta de mercancías para venderle a los chinos.

Muy poco tiempo después, el Che Guevara fue protagonista de un pecado original al evaluar los vínculos sino-cubanos, cuando el 19 de abril de 1960 recibió Mao Zedong. Una copia desclasificada de la conversación revela que hablaron de todo, menos de economía, a pesar de que el argentino era entonces presidente del Banco Nacional de Cuba, y con tales credenciales fue presentado.

Mao desbordó al huésped con una inquisitoria aleccionadora en torno al papel protagónico del campesinado en la revolución cubana, oponiéndose a la versión clásica de Marx, que absolutiza al proletariado en calidad de emancipador de toda la sociedad.  

El joven guerrillero se afilió entusiasmado a la interpretación maoísta de la teoría revolucionaria, involucrando de alguna forma la revolución fidelista al grave disenso entre el Pekín de aquellos años y la Moscú de siempre, disputa aplaudida por todo el occidente anti comunista, al producirse un gran cisma en el movimiento marxista-leninista mundial, según comentaran teóricos tan dispares como Henry Kissinger y Carlos Rafael Rodríguez.

Tras el entusiasmo inicial con los asiáticos, Castro debió tomar partido entre los contendientes y, lógicamente, optó por la Rusia, superpotencia que enviaba naves al espacio, y dominaba la energía atómica. El asunto llegó hasta los extremos de prohibir en Cuba la circulación de la revista China Popular. 

La herejía maoísta alcanzó un rango tan alto de peligrosidad que, el sistema de enseñanza oficial incorporó la crítica a esta ideología entre sus objetivos para los niveles pre universitarios, algo que recuerda muy bien, de profesor, quien ahora escribe el presente artículo.

En Cuba se olvidó, tanto el bloqueo norteamericano como el socialismo chino, atados por la cuerda de los multimillonarios subsidios del Kremlin.

Al comenzar 1979, los chinos lanzaron una “ofensiva de castigo” a Vietnam, invadiendo su territorio con varios cientos de miles de soldados, después de los sucesos de Kampuchea. La respuesta de Fidel Castro fue solicitar a la Heroína del Moncada, Melba Hernández, durante un acto multitudinario en la Plaza de la Revolución, reabrir el Comité de Solidaridad con el país indochino, esta vez dirigido contra los 'imperialistas' chinos.

Con tales antecedentes llegamos a la última “primera vez”, ya entrado el siglo XXI y desaparecida la Unión Soviética.

Los chinos, en pleno despegue económico, aceptaron con la pragmática milenaria que les caracteriza, la oferta de reconciliación.
 

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* Vicente Morín Aguado es periodista independiente asociado al Havana Times.  Este es el séptimo de varios trabajos exclusivos para el Instituto de Estudios Cubanos de Morín Aguado que ahora reside en los Estados Unidos.
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