HONOR A LOS PADRES CUBANOS QUE LUCHAN POR UNA PATRIA LIBRE
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet
Este domingo se celebra el Día de los padres en Cuba y otros lugares del mundo. Este es un recordatorio que nos da la perspectiva de la importancia de esta figura en la vida de la familia. El padre junto a la madre forja el universo más íntimo de su prole: la conciencia y el enriquecimiento de los valores humanos.
Existen hogares donde aquellas circunstancias no son armónicas y desencadenan dificultades serias y a veces contra producente en la personalidad de los niños, que no reenfocadas a tiempo conducen a daños irreversibles y patrones de conductas chocantes con la sociedad. Por eso el período de la niñez definirá casi seguro el patrón conductual de ellos en el futuro. De ahí que un gran pedagogo cubano expresara “Dame un niño hasta los siete años y lo haré un hombre”. En esa referencia para que existan hombres y mujeres de bien en la nación, deben ser educados desde sus tempranas edades. El amor de padres y madres en el hogar y la enseñanza de principios como la justicia, la verdad, el coraje y la moderación traen un equilibrio armónico a la psique del individuo que se reflejará en una sociedad libre y civilizada.
En Cuba castrista rompieron el patrón natural de la familia e impusieron una nueva doctrina para la creación de un hombre nuevo, cuyo resultado con el tiempo fue nefasto, por el dogma del paternalismo predomínate desde el poder del estado. Sin embargo, los ancestros valores humanos persistieron latentes en el subconsciente del ciudadano y a pesar del terror de estado renacieron para florecer, opacar y diluir finalmente a la masa popular y con la mira objetiva de desintegración de la sociedad de miedo.
La riqueza intelectual de los padres patrios resumidas en la historiografía constitucional cubana puso un freno real a las retoricas de castrocomunismo, que por muy tergiversadas que este hizo la historia de la nación persiste un número de ciudadanos, aunque hoy limitado pero en crecimiento, que son luz de esperanza para la creación de un país-estado en libertad bajo los principios de gobierno republicano en una Cuba libre.
En Cuba la celebración del día de los padres comenzó en 1938, el tercer domingo del mes de junio, como en otros países en las Américas, excepto Bolivia que continua la costumbre europea de celebrarlo el 19 de marzo. Por primera vez en el mundo contemporáneo, se inició en EEUU este tipo de festejo en 1910, que luego fue afirmado como fiesta en 1966, por el presidente Lyndon B. Jhonson y se hizo oficial por una orden presidencial de Richard Nixon.
En la actualidad cubana donde la tristeza, la desesperanza y la opresión son síntomas de un deteriorado sistema social castrista. Las muertes y los enfermos por la pandemia de Covid-19 siguen fuera del control sanitario por la administración de Salud Pública y el régimen gobernante de Castro Díaz-Canel; además, agravante de esa situación es el bloqueo interno a los depósitos bancarios a los dólares estadounidenses enviados por los familiares.
Sin embargo, a pesar de todas esas vicisitudes en el país, los cubanos de buenas virtudes piensan entregar su reconocimiento, amor ágape y admiración por esos padres que dieron los mejor de sí para hacer de sus hijos personas de honor. Quizás no podrás visitar la tumba de su progenitor, porque la mala administración del país no ha podido controlar y poner fin a la plaga de coronavirus y tienen los cementerios cerrados al público en las zonas de la contagiosa enfermedad.
Empero, la mayor tristeza es la de los prisioneros políticos cubanos, alrededor de una centena en las cárceles castristas, por exigir una mejor sociedad, un mejor país, donde todas las ideas a través de la libertad de pensamiento y expresión no sean criminalizadas y evitar que las personas tengan que ser encarceladas o asesinadas por la justicia.
Esos prisioneros políticos o de conciencia son la luz esperanzadora de libertad para nuestro país, han dado todo lo que tienen de su amor para todos; por eso siguen ingresando jóvenes en las cárceles y otros envejecen en ese sistema penitenciario por la tozudez de la cúpula castrista. La liberación llegará al país y podrán festejar en libertad con sus amados progenitores y entregarles su mejor tesoro: el cariño de hijos agradecidos en la forja de mujeres y hombres honorables que engrandecen una nación.
La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en : http://www.lanuevanacion.com
Existen hogares donde aquellas circunstancias no son armónicas y desencadenan dificultades serias y a veces contra producente en la personalidad de los niños, que no reenfocadas a tiempo conducen a daños irreversibles y patrones de conductas chocantes con la sociedad. Por eso el período de la niñez definirá casi seguro el patrón conductual de ellos en el futuro. De ahí que un gran pedagogo cubano expresara “Dame un niño hasta los siete años y lo haré un hombre”. En esa referencia para que existan hombres y mujeres de bien en la nación, deben ser educados desde sus tempranas edades. El amor de padres y madres en el hogar y la enseñanza de principios como la justicia, la verdad, el coraje y la moderación traen un equilibrio armónico a la psique del individuo que se reflejará en una sociedad libre y civilizada.
En Cuba castrista rompieron el patrón natural de la familia e impusieron una nueva doctrina para la creación de un hombre nuevo, cuyo resultado con el tiempo fue nefasto, por el dogma del paternalismo predomínate desde el poder del estado. Sin embargo, los ancestros valores humanos persistieron latentes en el subconsciente del ciudadano y a pesar del terror de estado renacieron para florecer, opacar y diluir finalmente a la masa popular y con la mira objetiva de desintegración de la sociedad de miedo.
La riqueza intelectual de los padres patrios resumidas en la historiografía constitucional cubana puso un freno real a las retoricas de castrocomunismo, que por muy tergiversadas que este hizo la historia de la nación persiste un número de ciudadanos, aunque hoy limitado pero en crecimiento, que son luz de esperanza para la creación de un país-estado en libertad bajo los principios de gobierno republicano en una Cuba libre.
En Cuba la celebración del día de los padres comenzó en 1938, el tercer domingo del mes de junio, como en otros países en las Américas, excepto Bolivia que continua la costumbre europea de celebrarlo el 19 de marzo. Por primera vez en el mundo contemporáneo, se inició en EEUU este tipo de festejo en 1910, que luego fue afirmado como fiesta en 1966, por el presidente Lyndon B. Jhonson y se hizo oficial por una orden presidencial de Richard Nixon.
En la actualidad cubana donde la tristeza, la desesperanza y la opresión son síntomas de un deteriorado sistema social castrista. Las muertes y los enfermos por la pandemia de Covid-19 siguen fuera del control sanitario por la administración de Salud Pública y el régimen gobernante de Castro Díaz-Canel; además, agravante de esa situación es el bloqueo interno a los depósitos bancarios a los dólares estadounidenses enviados por los familiares.
Sin embargo, a pesar de todas esas vicisitudes en el país, los cubanos de buenas virtudes piensan entregar su reconocimiento, amor ágape y admiración por esos padres que dieron los mejor de sí para hacer de sus hijos personas de honor. Quizás no podrás visitar la tumba de su progenitor, porque la mala administración del país no ha podido controlar y poner fin a la plaga de coronavirus y tienen los cementerios cerrados al público en las zonas de la contagiosa enfermedad.
Empero, la mayor tristeza es la de los prisioneros políticos cubanos, alrededor de una centena en las cárceles castristas, por exigir una mejor sociedad, un mejor país, donde todas las ideas a través de la libertad de pensamiento y expresión no sean criminalizadas y evitar que las personas tengan que ser encarceladas o asesinadas por la justicia.
Esos prisioneros políticos o de conciencia son la luz esperanzadora de libertad para nuestro país, han dado todo lo que tienen de su amor para todos; por eso siguen ingresando jóvenes en las cárceles y otros envejecen en ese sistema penitenciario por la tozudez de la cúpula castrista. La liberación llegará al país y podrán festejar en libertad con sus amados progenitores y entregarles su mejor tesoro: el cariño de hijos agradecidos en la forja de mujeres y hombres honorables que engrandecen una nación.
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