lunes, 28 de marzo de 2022

"No es un ultimatum, es una sentencia"

"No es un ultimatum, es una sentencia"


Empiezo a entender las razones de esta nueva ola represiva que desesperadamente está llevando a cabo la Dictadura a diestra y siniestra. 


Se les acabó la "gasolina" en más de un sentido. Su única esperanza era que este año salieran de la pandemia mundial y estirar la cuerda un rato, pero amaneció el mundo con tambores de Guerra Mundial, sobre su socio Putin pesan sanciones enormes, lo que significa bye bye a los créditos y "ahorros" que el PCC tuviera en bancos rusos. 


Se acabó el turismo, nadie quiere venir a dar dinero a una Dictadura, y los rusos que sí querían ya no pueden. 


Venezuela está tan destruida que ni aunque Estados Unidos levante las sanciones es capaz de aumentar su producción de crudo. 


Los precios del mercado mundial se están disparando, especialmente los referentes al talón de Aquiles del PCC: la comida. 


El año pasado se invirtieron millones de dólares en hoteles para nada, dinero echado a la basura, acreedores enojados, y el Club de París contando los meses para cobrar su deuda. 


Cuba de facto aislada, posibles elecciones con victoria republicana en el horizonte norteamericano... 


No hay mano de obra, ni obras, ni medicinas, ni insumos médicos, ni material escolar, ni comida, ni combustible, ni agua, ni electricidad, ni techo, ni fondos, ni comercio, ni inversión extranjera, ni infraestructura de servicios... 


Bombas de miseria caen sin parar sobre Cuba; La Habana es la "Mariupol" del Caribe. 


La peor parte no la llevan los miles de presos políticos, los niños sin desayuno o los viejitos del SAF. La peor parte se la lleva el PCC, atrapados en el rascacielos de su arrogancia, sin salida. Quemaron todas las naves. Ustedes, señores del terror, tienen mucho que perder.


¿Como escapar? ¿Qué hacer? ¿Por qué no ceder? Pues, porque no pueden... "Dead End". 


Tienen que hundirse con el barco porque mandaron a destruir todos los botes salvavidas. Por eso no se rinden, su obstinación es en realidad desesperación. Saben que el primero de la lista de grandes capos que ponga un pie en un avión será fulminado. Lo saben muy bien, y no dudo que envidien a Yunior Smith y lo odien por hacer realidad sus deseos más ocultos.


Mientras, tratan de guardar las apariencias, pero sabemos que tienen el agua al cuello y nada que ofrecer a sus fieles, salvo el terror para que no se conviertan en sus enemigos, pero... ¿Los militares cobran en MLC?


¿Para quién es esa campaña de terror? ¿Para qué seguir amedrentado a un pueblo ya amedrentado?


Tal vez ya no puedan evitar que sus soldados lleguen a preguntas elementales:


"¿Vale más la vida o la lealtad? ¿qué será más poderoso, el PCC o mis balas? ¿el plomo es comestible? ¿que será más grande, la miseria o el miedo? ¿y mañana qué?"


Toda su violencia no es más que patadas de ahogado, una rabieta infantil. Podrán machacar la vida a los que están dentro de la Isla Cárcel, pero somos demasiados los que estamos fuera. Nuestra voz no la pueden acallar tan fácilmente... 


A diferencia de Ustedes, tenemos tiempo, no abandonamos a su suerte al amigo, luchamos hasta el último segundo, y mientras se les van agotando las ideas, nosotros venimos con propuestas frescas...


No subestimen el poder de una idea: una buena propuesta es capaz de convertir a sus guardaespaldas en sus carceleros en un segundo. Eso ya lo saben, lo que nunca quisieron que nos diéramos cuenta.


Nos veremos las caras, si sobreviven para contarlo. Mi consejo como abogado para aquellos que temen por el cambio es que no se busquen más líos de lo que ya tienen.


Esto no es un ultimatum, es una sentencia.

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