jueves, 21 de julio de 2022

11J: VINDICACIÓN DEL PUEBLO CUBANO Y QUIZÁS DE MILITARES


Wed, Jul 20 at 7:48 PM
11J: VINDICACIÓN DEL PUEBLO CUBANO Y QUIZÁS DE MILITARES
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet
 
La tiranía en su esencia es un proceso injusto, impuesto por la fuerza de la violencia que conlleva a la depredación de los derechos humanos básicos.
El 11 de julio de 2021 (11J) el pueblo cubano disfrutó horas de felicidad y libertad en la jornada del 11J. La auto dignificación popular y las esperanzas en la libertad no pudieron ser aplastadas por la tiranía castrocomunista, este sueño está vivo en el pueblo. El terror de estado era tan intenso que logró imponer nuevamente la paz de los sepulcros. Con la represión y militarización de la sociedad la tiranía obtuvo la tan deseada tranquilidad ciudadana, que no es más que esta falsa paz nacida de la coartación de libertad. De esta paz de los sepulcros se vanagloria públicamente el títere continuista Miguel Díaz-Canel.
La tiranía castrista neutralizó las manifestaciones cívicas y restableció el orden comunista. El designado Díaz-Canel aseguró que fue aplastado un golpe de estado. ¿Es esto una realidad?
La profunda intención propagandística del régimen castrocomunista por devaluar las demostraciones de libertad de expresión y reunión de los ciudadanos cubanos del 11J, no solo uso el terror de estado sino la mentira y la difamación contra las personas que exigían sus derechos. Esas manifestaciones cívicas y pacíficas del pueblo cubano son la respuesta natural ante un fenómeno continuo de carencia absoluta y total de libertad y la más lógica reacción humana es la rebelión.
La tiranía en su esencia es un proceso injusto, impuesto por la fuerza de la violencia que conlleva a la depredación de los derechos humanos básicos, con la perdida de la libertad y la soberanía del pueblo. Todo esto hace que la tiranía sea un ente en sí mismo de ilegitimidad, que en el caso de la impuesta en Cuba es doblemente ilegitima por violentar y sustituir de facto y no de derecho a la auténtica y democrática Constitución de 1940.
En una república la soberanía radica en el pueblo, su usurpación irremediablemente llevará a la justa rebelión, por lo que las manifestaciones cívicas del 11J están bajo el amparo del Artículo 40 de la aún vigente Constitución de 1940, incluso si no existiera esta ley constitucional, ante la falta de libertad y vivir en la humillación como objetos -cosas- y no como sujeto de derechos tenemos el deber de liberarnos de la intolerable y tremenda injusticia.
Por lo descrito no es un golpe de estado, como quiere hacer creer al pueblo y al mundo el títere tirano Díaz-Canel, porque son una tiranía totalitaria comunista, que secuestraron a la nación cubana y su país, que le arrebataron la fuente de derechos al pueblo cubano e hicieron dueña de esta por usurpación al Partido Comunista de Cuba (PCC), estalinista y no cubano.
El designado continuista Díaz-Canel cuando habla de golpe de estado, quizás sea porque él y su régimen comunista saben que de los 23 altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de ellos 15 generales, murieron en menos de un año tras las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021, posiblemente, muchos de esos oficiales estaban por apoyar o apoyando al pueblo cubano en su liberación de la tiranía neoesclavista de Castro Díaz-Canel.
Por supuesto, en el caso del General de Brigada Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, quizás su muerte sea un asesinato de las conspiraciones por la competencia para la toma del poder absoluto del país o un asesinato extrajudicial para lavar la cara del régimen cubano de sus largas andanzas en el tráfico de drogas y lavado de dinero hacia los EEUU y Europa, al estilo del asesinato judicial, de la Causa No. 1 de 1989, los fusilamientos del general Arnaldo Ocho y otros oficiales del régimen.
En el 2018, el general López-Callejas fue denunciado en el Subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representante de EEUU por su participación en el tráfico de drogas hacia EEUU en asociación con las trasnacionales internacionales delictivas que involucran a los narco-estados de Cuba y Venezuela.
No está demostrado por las ciencias, ni la ciencia política ni en la vida cotidiana, la posibilidad de que un número elevado de alta oficialidad militar muera de forma natural y continua sin la existencia de guerra y en plena crisis política, social y economía. El régimen castrocomunista ha llevado al país a una grave crisis humanitaria y a un Estado fallido.
A los militares cubanos, FAR, PNR, MININT y DSE, compórtense como dignos militares de carrera, verdaderos soldados de la patria, no cumplan la orden de combate de la tiranía y sus directivos contra el pueblo cubano, único soberano. Este manifestó su pensamiento el 11J en las calles de toda Cuba. Disparar contra personas desarmadas y porque exigen derechos es un crimen de lesa humanidad, delito que no prescribe en la jurisprudencia nacional e internacional hasta la celebración del juicio.
En Cuba existen muchas historias de soldados dignos que se comportaron como militares de carrera desde el tiempo de la colonia, la Republica hasta hoy. No se compliquen sus vidas y profesión con la sangre inocente del pueblo cubano, no manchen sus manos con sangre de un pueblo que busca libertad y el cumplimiento de los derechos humanos. Le describo sobre un caso de dignos militares relacionados con su sistema comunista en la Unión Soviética (URSS).
En 1991, en la URSS, el Partido Comunista Soviético (PCUS) lazó los tanques de guerra contra el pueblo que reclamaba libertad y bienestar en las calles del país. El objetivo era abatir a la muchedumbre sedienta de libertad y cambios profundos en el sistema. Los militares comprendieron sus justos reclamos y no obedecieron la orden de combate de disparar al pueblo; entonces, enfocaron sus cañones contra los verdaderos culpables del desastre nacional, la dirigencia del PCUS, poniéndole fin a esta casta política que se había adueñado del país y la soberanía regreso al pueblo. Se desintegró la tiranía comunista y nació la república libre de la Federación Rusa. Esto también es posible en Cuba.
El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.
La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en: http://www.lanuevanacion.com
 
THE LEGACY OF CUBA'S 11J |
OPINION-NEWSWEEK
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet
 
Last July 11, a couple dozen people started marching through the streets of San Antonio de los Baños, a town 35 kilometers from my home in Havana.
The protests quickly spread. Neighborhood by neighborhood, dozens soon became hundreds then swelled to thousands, as people cried, "We are not afraid!" Libertad!" and "Down with the dictatorship!" By the end of the week, many thousands of Cubans had marched in dozens of cities and towns across the island.
The anti-government protests that began on July 11, 2021, or 11J as it is known in Cuba, was the largest act of civil disobedience in Cuba since Fidel Castro seized power in 1959. For most of the protestors, it was the first political act they had ever taken in their lives.
The protests were spontaneous and mostly peaceful, but they were met by a well-choreographed and violent response from the Cuban government that included murder, mass arrests, summary trials lacking due process and harsh prison sentences.
11J exposed many ugly realities about Cuba, including the repressive nature of the communist regime and the violence and fear with which it rules over the public. It also exposed the deepening demographic crisis that represents the greatest threat to Cuba's future.
The most basic measure of a country's health is whether people clamor to enter it or risk life and limb to flee from it. By that measure, Cuba has been an abject failure since the beginning of the Castro regime.
Throughout its history, Cuba has periodically experienced mass exoduses, starting in 1959, right after the revolution and Castro take over. In the following decades, more than 1 million Cubans would make their way to the U.S., and thousands died trying.
The pace of departure spiked soon after the crackdown following last summer's protests. Last fall, the U.S Coast Guard reported a surge in Cubans trying to make the treacherous 90-mile journey over the Straits of Florida to the United States. Then in November, Nicaragua lifted visa requirements for Cuban travelers, prompting a flood of departures. According to U.S. Customs and Border Patrol data, some 115,000 Cubans (more than 1 percent of Cuba's entire population) have been apprehended at the U.S. border since late 2021. One expert has called it "undoubtedly the largest exodus from Cuba in the last four decades."
The desperation to leave is palpable. Cubans are selling everything they own to pay for a ticket to Managua and a guide to take them on the long, perilous land journey to the U.S. border.
It is traumatic to see so many of my fellow citizens leaving, but I cannot blame them for wanting a better life. The economy is in shambles; our political rights are non-existent. For many, the government's response to 11J was the proverbial straw that broke the camel's back.
As one Cuban woman told a reporter, "I was done after July 11. I am leaving for my son, for his future. I spent all day waiting in lines so he can have yogurt. I work at a [government] hospital for $50 a month. I basically work for free."
The crackdown was one of the most punitive since the early days of the revolution. Nearly 1,400 people were arrested and jailed. Many were convicted of crimes ranging from public disorder to sedition and handed prison terms of up to 30 years. As of June, the government was still holding some 700 11J political prisoners, according to Human Rights Watch. The only thing most of them had done was march and shout, "Libertad!"
In some cases, entire families were arrested. Consider the Beirut family. On July 11, Exeint Beirut, his son and daughter and brother-in-law, Yobel, were arrested for participating in protests in the eastern city of Guantanamo. The next day, Exeint's sister Katia and father, Fredy, took to the streets in Havana with hundreds of others to protest his unjust arrest. Fredy was arrested the following day and Katia about a week later for filming the events using her smartphone. Exeint was given a four-year sentence for public disorder while Yobel received three years and six months for the same offense. Meanwhile, Fredy and Katia have both been given 20-year prison sentences.
Minors have been subject to some of the harshest treatment. Dozens of young people in one of Cuba's poorest neighborhoods were rounded up and sentenced to long prison terms. Sixteen-year-old Rowland Jesús Castillo Castro was given 18 years for protesting. When his sentence was announced in May, his father, Rolando Castillo, protested and was given a two-year prison sentence for his trouble.
Some of the arrested have since been released, but the government's crackdown had its desired effect—to break the will of the protestors. As another said about their son, who spent months in jail before being released, "My son has been quiet, he is another boy, they transformed him."
 
This exodus is contributing to one of the worst demographic crises in the world. According to the United Nations, Cuba's population is projected to decline by half, from 11.3 million today to 6.7 million by 2100. That's in part because many Cubans are leaving. But it's also because many of those who remain have lost hope in a better tomorrow.
According to the World Bank, Cuba has the third lowest fertility rate among Latin America's 42 countries. Between 2000 and 2018, the number of annual births in Cuba declined by nearly 20 percent. Meanwhile, the median age in Cuba has nearly doubled, from 22 in 1950 to 42 in 2020; it is projected to rise to 50 by 2050. For comparison, in 2020 the median age in the U.S. was 38 years.
Cuba's abortion rate is one of the highest in the world, and its divorce rate is now about 50 percent, the ninth highest in the world according to one study. When you don't have hope that the next generation can live happy, fulfilling and purposeful lives, why reproduce or form lasting partnerships?
I am hopeful that Cuba will someday cast off the chains of communist slavery.
What worries me now is whether there will be enough of us around when the crucial work of rebuilding our country begins.
Dr. Oscar Biscet is a human rights leader, former prisoner of conscience, and recipient of the Presidential Medal of Freedom. He lives in Havana, Cuba, and can be contacted through his website.
https://www.newsweek.com/legacy-cubas-11j-opinion-1724407
El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.
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