TRISTE NOTICIA. HA MUERTO UN LUCHADOR INCANSABLE
Hoy falleció, después de un extenso proceso de Alzheimer, mi amigo y compatriota Angel W. Padilla Piña.
Hoy, en la mañana, me lo notificó su esposa y pareja de siempre: Zoraida Quirce.
Anoche, antes de saber esta noticia tuve dos sueños premonitorios el primero de ellos, que volvía a compartir literalmente con seres queridos de nuestro común lugar de origen, Cuba, con los que hace tiempo no comparto.
El segundo sueño, era el del famoso sacerdote y obispo católico Antonio María Claret que estuviera en Cuba en el siglo XIX. Estaba sentado frente a mi. Y sus ojos llorosos me daban una triste noticia.
Ahora comprendo, perfectamente, después de saber la noticia del fallecimiento de Angel Padilla, el significado profundo de ambos sueños literales.
Mi amigo Angel Padilla fue un luchador incansable por la libertad de nuestro común lugar de origen. Creía en una Cuba con todos y para el bien de todos. Creía en la reunificación de la familia cubana. El sufrió en carne propia la separación de sus seres queridos como, por ejemplo, su hermano.
En el exilio en Puerto Rico, fundó y fue el director de la 'Revista Disidente Universal' perteneciente a la 'Comisión Cubana de Derechos humanos y reconciliación Nacional' originada en Cuba por el profesor y disidente cubano Elizardo Sánchez.
Quiso la libertad pacífica de Cuba en unión armónica de todos los cubanos de dentro y fuera de la isla esto, independientemente de sus ideas políticas. Esto está relacionado con mi primer sueño.
El segundo sueño que tuve anoche fue también premonitorio: El obispo católico Antonio María Claret lloraba y me daba una triste noticia.
El sueño que tuve es muy sencillo y revelador: Angel Padilla, más allá de sus virtudes y defectos, tuvo una vocación de abnegación casi absoluta por la lucha de libertad de Cuba, una actitud casi sacerdotal. En esto, se negó a sí mismo y tomó la cruz del sacrificio por nuestra tierra cubana. Ello me consta. Su vida personal no importaba pues su prioridad era Cuba.
Mi sentido pésame para Zoraida Quirce, su esposa, sus hijos y nietos. Quiero que sepan que pese a saber, en mi interior, que mi amigo Padilla está ya en esa realidad que, en nuestro limitado lenguaje llamamos Dios, estoy triste pues extraño la tanda de muchos años del café en la Panadería 'La Ceiba 'y otras gratas aventuras compartidas en pro de sueños más hermosos y más humanos.
Brille siempre para su alma la Luz Eterna.
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