sábado, 24 de junio de 2023

HACIA LA RECONSTRUCCIÓN DEL DERECHO EN CUBA Y ENTRE CUBANOS

HACIA LA RECONSTRUCCIÓN DEL DERECHO EN CUBA Y ENTRE CUBANOS


Dr. Orlando Gutiérrez Boronat


(Prólogo al libro el Pacto Social Posmoderno).


Lo más importante para la indispensable organización hu- mana sobre la tierra es el Derecho. Una nación se construye desde sus cortes, desde sus sistemas de jurisprudencia. Los em- briones de repúblicas que conocemos históricamente, la hebrea, las del norte de la India..., comienzan a construirse desde sus cortes y sus jueces.

El sistema de resolución de conflictos es lo que posibilita la consolidación de la comunidad. Pero anterior a los jueces y sus cortes existe un orden de valores que enmarca el discernimiento moral de los jueces. Ningún juez crea. Los jueces deben discernir, descubrir, entender la justicia y su aplicación en la coyuntura en que se presente el quiebre de entendimiento que lleva al conflicto.

Lo que se requiere del juez es comprender lo que ya existe, lo que ya está impregnado en la naturaleza humana: un orden moral consustancial con la misma existencia universal. Como señalaba Cicerón, el gran e insuperable jurista romano, el ser humano puede fundar comunidad, puede construir sociedad, porque su naturaleza está orientada hacia esto. Parafraseando a Aristotéles, solo las bestias y los dioses son los que no necesitan de la ciudad, lo cual es decir de la civilización. Lo indispensable para un juez es el instinto moral.

La reconstrucción de Cuba se ha planteado en infinidad de ocasiones como una cuestión de recuperación económica. Esto parece ser lo más importante, dada la naturaleza laboriosa e in- dustriosa del cubano. Pero si entendemos la economía como es: el estudio del cúmulo de las decisiones diarias que toman los su- jetos, los ciudadanos de una sociedad en su diario vivir –excelente

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definición esta de Robert Heilbonner–, entonces nos será más ac- cesible el comprender que sin un sistema de Derecho objetivo, humano, que responda a la existencia en el tiempo de una socie- dad, no hay sistema económico que funcione de manera cons- tructiva. Es más, histórica y empíricamente, el capitalismo, la so- ciedad de libertad económicamente, es el resultado de un sistema de Derecho previo. Basta con leer la Teoría de los Sentimientos Morales de Adam Smith.

Las naciones no nacen de un sistema de Derecho. Nacen de una revelación espiritual de la cual se decanta una enseñanza moral que entonces se convierte en sistema de Derecho. Esa ilu- minación está persistentemente presente en el desarrollo de la historia de Cuba. Nada más divino que lo planteado en el Mani- fiesto de Yara, al levantarse cubanos y dominicanos unidos en sacrificio y valor, por lograr el parto de la nación cubana en so- ciedad soberana:

 Nosotros consagramos estos dos venerables principios: nosotros creemos que todos los hombres somos iguales, amamos la tolerancia, el orden y la justicia en todas las materias; respetamos las vidas y propiedades de todos los ciudadanos pacíficos, aunque sean los mismos espa- ñoles, residentes en este territorio; admiramos el sufra-

 gio universal que asegura la soberanía del pueblo...

Por eso hay que ir a nuestras raíces para redescubrir y hacer florecer la semilla de Derecho sembrada en nuestra conciencia nacional: hay que ir a Varela, a Agramonte, a Céspedes, a Martí y Sanguily y Juan Gualberto Gómez..., pero también a los gran- des juristas de nuestra experiencia republicana: Cortina, Gus- tavo Gutiérrez, Ramón Zaydín y muchos más.

Todos estos colosos del pensamiento y la conducta tenían algo en común que es absolutamente indispensable para la re- construcción del Derecho en Cuba, que equivale a la recons- trucción de la cubanidad y más importante aun, a la recupe- ración de la cubanía: pensaban en nación. Pensaban en una patria de todos los cubanos como organismo único e irrepeti- ble en la historia que tenía que s…

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