lunes, 2 de octubre de 2023

A Cary Roque y todos los que han partido.

A Cary Roque y todos los que han partido.

Con sumo pesar escribo con demasiada frecuencia sobre la muerte de mujeres y hombres que dedicaron gran parte de sus vidas a luchar contra el totalitarismo castristas. Personas especiales, que como escribiera el apóstol Jose Martí, nunca se resignaron a vivir sin Patria.

En ningún momento de sus vidas pusieron a un lado su compromiso con Cuba. Fue como si cargaran la Isla sobre sus espaldas, como si la llevaran a cuesta todo el tiempo. Lo que ocurría en la Isla era su tema de interés principal, y que hacer para derrocar el totalitarismo, su objetivo primordial.

Es una escritura penosa por muchos factores, entre otros, el haber compartido con algunos de ellos la lucha o el presidio y con la mayoría, casi absoluta, el exilio, sin embargo, la escritura de hoy la hago con una pena notable porque la fallecida, Cary Roque, fue un testimonio viviente de resistencia, compromiso y fe en la causa democrática cubana.

Era una mujer de carácter fuerte, compromisos claros y verdades duras. No se andaba por las ramas y decía sus verdades con gran honestidad. Combatió la dictadura sin miedos y sin tachas. Nunca pidió cuartel al enemigo porque no era partidaria de dárselo. Batalló hasta su último aliento con la convicción de que, si la victoria es importante, es mucho más, haber cumplido con el deber.

Su vida, como escribiera Jose Antonio Albertini, en un trabajo que ambos publicamos en la página web de Radio Martí, fue tronchada por el castrismo. La impiedad del régimen totalitario le robo su juventud, permaneciendo en prisión por 16 largos años, además, le troncho su carrera artística, aunque no la periodística, porque pudo cumplirla exitosamente en el exilio en diferentes medios de prensa. 

Cary, como la mayoría de los que lucharon contra los hermanos Castro, milito en diferentes organizaciones, haciendo todo lo que pudo en cada una de ellas.

 

En el libro “Confrontación” esta recogida parte de una entrevista que me concedió hace varios años, en ella describe como se inició y parte de sus experiencias en los duros años sesenta.

 

Cuenta la exprisionera política, “Me inicié en la conspiración con el MRR, en particular con los jóvenes que crearon el Directorio, que al principio habíanmilitado en esa organización, entre ellos Alberto Muller y Juan Manuel Salvat.

Posteriormente me relacione con la gente del Movimiento 30 de Noviembre entre ellos Javier Denis e Ismael Hernández Sarduy, fallecido también. 

De inmediato me incorpore a la sección de Acción y Sabotaje, no tenía dudas que el castrismo había que combatirlo sin cuartel, porque desde el momento que tomo el poder, no dejo otra opción.

En esa etapa ejecuté otras actividades, como esconder personasque estaban fugitivas, a la vez queparticipaba en el traslado de armas y explosivos cuando se hacía necesario”.

 

Esas y otras muchas actividades de alto riesgo realizo Cary en Cuba. Siempre fue una mujer de valor excepcional que supo soportar con estoicismo, el fusilamiento de varios de sus compañeros de causa, a los que siempre recordó con cariño y respeto.

En el exilio cumplió otra máxima martiana, “La Patria es ara no pedestal”. Nunca se sentó a la vera del camino para recordar su vida pasada. Su rica historia de lucha la impulsaba a seguir combatiendo el totalitarismo, llevándola a adecuarse a las nuevas circunstancias asumiendo otras fórmulas de lucha.

Cary nunca dejo de luchar. Se incorporo a organismos del exilio como MAR por Cuba participando en numerosas actividades nacionales e internacionales reclamando a la dictadura que respetara los derechos ciudadanos de la población, la presidenta de la organización, Sylvia Iriondo, dijo en un comunicado de prensa al conocer la muerte de la destacada activista “Vivió por y para Cuba hasta el último día de su vida y dejó imborrables huellas de entrega, sacrificio y amor a la Patria. Jamás comprometió sus principios”.

Caridad Roque Pérez, nunca compartió la política de concesiones a la tiranía, ella como Jose Martí pago un alto precio para ser libre, por eso siempre defendió la máxima del apóstol, “La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”.



Pedro Corzo
Periodista
(305) 498-1714

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