NIKKI, LA MUJER AGAZAPADA
Por Alfredo M. Cepero
Director de La Nueva Nación
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Por Alfredo M. Cepero
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¿Qué hacen estos demócratas donando y apoyando a candidatos republicanos?
Nikki Haley es una ciudadana americana con todo el derecho a aspirar a la presidencia de los Estados Unidos. Pero una cosa es tener el derecho y otra muy distinta es contar con las probabilidades de ejercerlo. Y ella sabe que no tiene la menor probabilidad de derrotar a Donald Trump como candidato del nuevo Partido Republicano. Esa MAGA que cuenta con millones de fanáticos enloquecidos que han convertido al Donald en un verdadero ídolo. Hasta los mismos coterráneos de Nikki en Carolina del Sur se lo han dicho.
LA TRAYECTORIA PRESIDENCIAL DE NIKKI
Según una encuesta del Emerson College—dada a la publicidad la semana pasada—el 58 por ciento de los votantes en las primarias de Carolina del Sur han dicho que votarían por Trump mientras solamente el 35 por ciento han declarado que votarían por Haley. Con un 23 por ciento por debajo de Trump cualquier otro político habría tirado la toalla. Pero la Nikki no es solamente una mujer atrevida. Es una mujer atrevida con una agenda política.
Por eso la campaña política de Nikki Haley sigue “viento en popa y a toda vela”. En el último trimestre de 2023 recaudó 24 millones de dólares, más que duplicando las cantidades recaudadas en trimestres anteriores. Entre los mayores donantes se encuentra el ejecutivo de compañías de salud Vivek Garipally su madre Lakshmi Garipally. Cada uno donó 500,000 dólares. Vivek se encuentra entre los principales donantes al Partido Demócrata, del presidente Joe Biden y de varios demócratas en el Senado.
Al mismo tiempo, el billonario y donante demócrata Reid Hoffman contribuyó con 250,000 dólares a la campaña presidencial de Haley. Pero Hoffman no es el único ricachón demócrata que apoya a Haley. El presidente de JPMorgan Chase, James Dimon, urgió la semana pasada a los hombres de empresa y a los “líderes de izquierda” que apoyaran a Haley “como una opción del bando republicano que sería mejor que Donald Trump.” ¿Qué hacen estos demócratas donando y apoyando a candidatos republicanos? La repuesta no es otra que mantener el “status quo.”
En conclusión, desde el lanzamiento de su campaña presidencial, la Haley ha recaudado 50 millones de dólares de 180,000 donantes a través de sus tres comités de campaña. Según la campaña de Haley, los republicanos de Carolina del Sur entran en el 2024 con 14 millones de dólares en la mano.
LA PERSECUCIÓN CONTRA DONALD TRUMP
Veamos ahora la otra cara de esta enrevesada moneda política que tiene mucho de acertijo y nada de transparencia. Los demócratas saben que no pueden ganarle con votos a Donald Trump y que no pueden repetir las trampas que hicieron en 2020. De ahí que se hayan dedicado a hacerle la vida imposible con la militarización del poder judicial. El fraude perpetrado en la persecución de Trump se sale de las páginas de la normalidad y entra en las páginas de la demencia.
El juez militante demócrata, Arthur Engorón, ordenó al ex presidente Trump pagar $355 millones de dólares, más intereses, por supuestamente haber exagerado su fortuna en sus estados financieros. Dentro de la misma tónica, un juez del estado de Nueva York—ese nido de atorrantes zurdos—ordenó a Donald Trump pagar 83.3 millones de dólares a E. Jean Carroll por arruinar su credibilidad como “asesor periodístico” al calificarla como mentirosa cuando ello lo acusó de asalto sexual. Ambos fallos aumentarán en $87,502 diarios hasta que Trump finalice el pago. El ex presidente, por su parte, se ha negado a pagarlos y ha declarado que apelará la sentencia.
UNA MILITARIZACIÓN DEL SISTEMA POLÍTICO
El enjuiciamiento del ex presidente Trump por el Fiscal Especial, Jack Smith—con la aprobación total del Fiscal General, Merrick Garland—es un ataque al sistema político americano y a los derechos fundamentales protegidos por la Primera Enmienda de discutir con libertad, debatir y oponerse a cuestiones electorales y políticas. Esto incluiría a personajes contemporáneos como Hillary Clinton y Stacey Abrams, al igual que al ex Presidente Andrew Jackson quién dijo que las elecciones de 1824 le habían sido robadas. ¡Qué bueno que Jack Smith no era fiscal hace 200 años!
Asimismo, Donald Trump ha sido sometido a juicio en el Distrito de Columbia, donde se encuentra ubicada la ciudad de Washington. En esta ciudad Biden obtuvo el 92 por ciento de los votos y Trump el 5 por ciento. Si le preguntas a cualquier veterano del Departamento de Justicia te dirá que un gran jurado en el Distrito de Columbia es capaz de condenarte por la tontería de comerte un sándwich.
A mayor abundamiento, Trump no puede lograr un juez o un jurado imparcial en un lugar como Nueva York o en Washington donde los demócratas controlan todas las palancas del poder político. Ahora bien, todos los esfuerzos de Trump caen dentro de la definición de los derechos fundamentales de cualquier ciudadano americano en cuanto a la Primera Enmienda.
EL PLAN DE NIKKI DE HALEY
Donald Trump es un hombre septuagenario que está siendo sometido a la artillería concentrada de numerosos enemigos. Podría ser asesinado o hasta morir de causas naturales. Entonces el campo quedaría abierto para cualquier otro aspirante republicano. Principalmente para la mujer agazapada que supo esperar su turno.
Porque—de continuar con su aspiración—Haley estaría en primera fila para ser su sucesora natural en la postulación. Ella sería la goma de repuesto de los republicanos tradicionales y hasta de los demócratas que han financiado su campaña. Entonces no harían falta elecciones. Cualquier ganador—demócrata o republicano—haría feliz a los politiqueros de los dos partidos.
02-27-24LA TRAYECTORIA PRESIDENCIAL DE NIKKI
Según una encuesta del Emerson College—dada a la publicidad la semana pasada—el 58 por ciento de los votantes en las primarias de Carolina del Sur han dicho que votarían por Trump mientras solamente el 35 por ciento han declarado que votarían por Haley. Con un 23 por ciento por debajo de Trump cualquier otro político habría tirado la toalla. Pero la Nikki no es solamente una mujer atrevida. Es una mujer atrevida con una agenda política.
Por eso la campaña política de Nikki Haley sigue “viento en popa y a toda vela”. En el último trimestre de 2023 recaudó 24 millones de dólares, más que duplicando las cantidades recaudadas en trimestres anteriores. Entre los mayores donantes se encuentra el ejecutivo de compañías de salud Vivek Garipally su madre Lakshmi Garipally. Cada uno donó 500,000 dólares. Vivek se encuentra entre los principales donantes al Partido Demócrata, del presidente Joe Biden y de varios demócratas en el Senado.
Al mismo tiempo, el billonario y donante demócrata Reid Hoffman contribuyó con 250,000 dólares a la campaña presidencial de Haley. Pero Hoffman no es el único ricachón demócrata que apoya a Haley. El presidente de JPMorgan Chase, James Dimon, urgió la semana pasada a los hombres de empresa y a los “líderes de izquierda” que apoyaran a Haley “como una opción del bando republicano que sería mejor que Donald Trump.” ¿Qué hacen estos demócratas donando y apoyando a candidatos republicanos? La repuesta no es otra que mantener el “status quo.”
En conclusión, desde el lanzamiento de su campaña presidencial, la Haley ha recaudado 50 millones de dólares de 180,000 donantes a través de sus tres comités de campaña. Según la campaña de Haley, los republicanos de Carolina del Sur entran en el 2024 con 14 millones de dólares en la mano.
LA PERSECUCIÓN CONTRA DONALD TRUMP
Veamos ahora la otra cara de esta enrevesada moneda política que tiene mucho de acertijo y nada de transparencia. Los demócratas saben que no pueden ganarle con votos a Donald Trump y que no pueden repetir las trampas que hicieron en 2020. De ahí que se hayan dedicado a hacerle la vida imposible con la militarización del poder judicial. El fraude perpetrado en la persecución de Trump se sale de las páginas de la normalidad y entra en las páginas de la demencia.
El juez militante demócrata, Arthur Engorón, ordenó al ex presidente Trump pagar $355 millones de dólares, más intereses, por supuestamente haber exagerado su fortuna en sus estados financieros. Dentro de la misma tónica, un juez del estado de Nueva York—ese nido de atorrantes zurdos—ordenó a Donald Trump pagar 83.3 millones de dólares a E. Jean Carroll por arruinar su credibilidad como “asesor periodístico” al calificarla como mentirosa cuando ello lo acusó de asalto sexual. Ambos fallos aumentarán en $87,502 diarios hasta que Trump finalice el pago. El ex presidente, por su parte, se ha negado a pagarlos y ha declarado que apelará la sentencia.
UNA MILITARIZACIÓN DEL SISTEMA POLÍTICO
El enjuiciamiento del ex presidente Trump por el Fiscal Especial, Jack Smith—con la aprobación total del Fiscal General, Merrick Garland—es un ataque al sistema político americano y a los derechos fundamentales protegidos por la Primera Enmienda de discutir con libertad, debatir y oponerse a cuestiones electorales y políticas. Esto incluiría a personajes contemporáneos como Hillary Clinton y Stacey Abrams, al igual que al ex Presidente Andrew Jackson quién dijo que las elecciones de 1824 le habían sido robadas. ¡Qué bueno que Jack Smith no era fiscal hace 200 años!
Asimismo, Donald Trump ha sido sometido a juicio en el Distrito de Columbia, donde se encuentra ubicada la ciudad de Washington. En esta ciudad Biden obtuvo el 92 por ciento de los votos y Trump el 5 por ciento. Si le preguntas a cualquier veterano del Departamento de Justicia te dirá que un gran jurado en el Distrito de Columbia es capaz de condenarte por la tontería de comerte un sándwich.
A mayor abundamiento, Trump no puede lograr un juez o un jurado imparcial en un lugar como Nueva York o en Washington donde los demócratas controlan todas las palancas del poder político. Ahora bien, todos los esfuerzos de Trump caen dentro de la definición de los derechos fundamentales de cualquier ciudadano americano en cuanto a la Primera Enmienda.
EL PLAN DE NIKKI DE HALEY
Donald Trump es un hombre septuagenario que está siendo sometido a la artillería concentrada de numerosos enemigos. Podría ser asesinado o hasta morir de causas naturales. Entonces el campo quedaría abierto para cualquier otro aspirante republicano. Principalmente para la mujer agazapada que supo esperar su turno.
Porque—de continuar con su aspiración—Haley estaría en primera fila para ser su sucesora natural en la postulación. Ella sería la goma de repuesto de los republicanos tradicionales y hasta de los demócratas que han financiado su campaña. Entonces no harían falta elecciones. Cualquier ganador—demócrata o republicano—haría feliz a los politiqueros de los dos partidos.
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