sábado, 18 de enero de 2025

El compromiso de ser exiliado

El compromiso de ser exiliado
El exilio político cubano, al igual que el presidio político, es, sin duda alguna, uno de los más longevo y numeroso en la historia de la humanidad, pocos pueblos cuentan con ciudadanos que no han podido visitar durante 66 años su país natal, debido a restricciones impuestas por una dictadura.
Por supuesto que no debemos confundir exilio con inmigración, aunque ambos tienen características comunes, el exiliado político, se supone, no cesa de laborar por el cambio de gobierno en su país, mientras, el inmigrante esta sazonado con otras motivaciones.
El exilio, para beneficio de las nuevas generaciones de cubanos que dentro o fuera de la Isla han sido sujeto de la crónica censura y desinformación que ejerce la dictadura sobre todo acontecimiento, es una evidencia honorable del compromiso de muchos cubanos que nunca han cejado en su empeño de derrocar la dictadura por cualquier medio posible, incluido, aquellos que para algunos no son políticamente correctos.
Desde playas del exilio, solo son bellas cuando se les dice adiós, como escribiera Jose Martí, han partido centenares de cubanos para llevar a Cuba la libertad y la democracia muriendo en combate como le ocurrió entre muchos a Armentino “El Indio” Feria o ir a prisión por largas décadas como fue el caso de Armando Sosa Fortuny, 44 años presos en dos periodos hasta morir en prisión.
Muchos exiliados han cumplido largas condenas de cárcel fuera de Cuba, por combatir lo intereses o recursos de la tiranía en tierras extranjeras. Aquí, en Estados Unidos, como en Venezuela, Panamá, México, que tenga conocimiento, numerosos compatriotas han estado encarcelados por años, entre otros, Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, una relación de hombres y mujeres realmente numerosa.
No han faltado los que buscan cumplir con el deber de exiliados tomando la ruta de la política nacional estadounidense, ejemplificados en los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Diaz Balart, quienes, en el marco de la política local, al igual que otros políticos cubanos en ejercicio, nunca han cesado de atacar el totalitarismo castrista.
Otro aspecto del exilio que debemos hacer constar es labor de los comunicadores. Muchos han sido los Agustín Tamargo, Armando Pérez Roura, Salvador Lew y Ninoska Pérez Castellón que micrófono en mano han alentado y promovido el compromiso de llevar la libertad a Cuba como tampoco han faltado editores profundamente comprometidos con la democracia cubana como Juan Manuel Salvat y Nancy Pérez Crespo.
Los escritores y periodista comprometidos con el derecho de todos no han estado ausentes. Carlos Alberto Montaner respiro y vivió en el dolor de Cuba toda su vida, igual podemos escribir de otros muchos como Reinaldo Arenas, Ángel Cuadra y Jorge Vals, además de periodistas como Ariel Remo y Cary Roque.
Las décadas transcurridas y la falta de éxitos en la propuesta libertaria no han agotado al exilio. Muchos han sido los cubanos capaces de hacer fortuna gracias a su capacidad de trabajo e ingenio, como Rogelio Cisneros que han hecho dejación de su fortuna para combatir el totalitarismo.
La defensa de los derechos humanos por parte de los exiliados ha sido otra constante como demostraron siempre Ricardo Bofill Pages y Reinaldo Bragado Bretaña, dos ciudadanos que dentro y fuera de la Isla pelearon por sus convicciones.
La solidaridad humana tampoco ha faltado, tal y como ha sido la gestión del Miami Medical Team que dirige el doctor Manuel Alzugaray. La gestión de esta institución es una muestra que la lucha por la libertad no esta divorciada con el humanismo más sensible.
Por ultimo la labor constante, la dedicación infinita, el ejemplo de perseverancia y callado sacrificio de pasar por alto potenciales beneficios por hacer avanzar la causa democrática en la que debemos creer al fundar organizaciones que asumen el compromiso de luchar hasta las ultimas consecuencias como hicieran Nazario Sargent al fundar “Alpha66”, Antonio Jose Varona al constituir la “Junta Patriótica” o Jorge Mas Canosa al instituir La Fundación Nacional Cubana Americana.
Las organizaciones de exiliados son claves para continuar la lucha como lo ejemplifica entre otras la ya mencionada Alpha66 bajo el liderazgo de Ernesto Diaz Rodríguez o la Asamblea de la Resistencia que coordina el incansable Orlando Gutiérrez que desde su adolescencia ha hecho gala de su compromiso con Cuba.
 
 
 
 


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