
TRUMP, CLARO Y AL GRANO
Por Alfredo M. Cepero
Por Alfredo M. Cepero
El presidente Donald Trump prometió el martes mantener su campaña de “acción rápida” para reorientar la economía, la inmigración y la política exterior de Estados Unidos en un discurso ante legisladores de ambos partidos. Como era de esperar los demócratas expresaron su oposición por medio de carteles de oposición a las palabras del presidente. Esta oposición virulenta no se produjo durante otras administraciones como la de George W. Bush e incluso Barack Obama.
El discurso, en horario de máxima audiencia, fue el último hito en su toma de control de la capital del país, donde la Cámara de Representantes y el Senado —liderados por los republicanos— han estado de acuerdo con el presidente. Al mismo tiempo, él y sus aliados trabajan para reducir el tamaño del gobierno federal y redefinir el lugar del país en el mundo.
La intervención, que duró un récord de 99 minutos, se convirtió en una fiel presentación de las políticas que Trump prometió durante su campaña y que impulsó en sus primeras semanas de regreso en la Casa Blanca. Se comprometió a seguir efectuando los cambios necesarios para rescatar a la nación de la destrucción y errores dejados por su predecesor.
La senadora de Michigan, Elissa Slotkin, quien ofreció la respuesta demócrata al discurso, reconoció que Estados Unidos “quiere un cambio, pero hay una forma responsable de hacer el cambio y una forma imprudente, y podemos hacer ese cambio sin olvidar quiénes somos como país y como democracia”.
Por su parte, Trump dijo: “No ha sido más que una acción rápida. Y agregó: “El pueblo me eligió para hacer el trabajo, y lo estoy haciendo”. El discurso de Trump se produjo en un momento crítico de su presidencia, ya que los votantes que lo llevaron de vuelta a la Casa Blanca con la promesa de arreglar la inflación se están encontrando en cambio con un caos económico.
“Cualquier arancel que nos impongan, nosotros se lo impondremos a ellos. Cualquier cosa que nos graven, nosotros se la gravaremos a ellos”, señaló. Al mismo tiempo, trató de calmar las preocupaciones sobre el alza de precios resultante, diciendo que “Habrá una pequeña alteración, pero estamos de acuerdo con eso. No será mucho”.
Celebró su política migratoria apuntando que “Parece que todo lo que realmente necesitábamos era un nuevo presidente”. Hablando sobre su prometido recorte fiscal, el presidente pareció provocar a los demócratas al decir que “Estoy seguro de que van a votar por esos recortes de impuestos. Porque, de lo contrario, no creo que la gente los vuelva a elegir”.
Al otro lado del pasillo, los demócratas dejaron clara su postura desde el inicio: la mayoría estuvieron sentados sin aplaudir ni hacer contacto visual con Trump en su presentación. Tras varias interrupciones, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, intervino y pidió que se restableciera el decoro en el hemiciclo mientras los republicanos gritaban “¡EEUU!” para ahogar los gritos de los demócratas. Johnson ordenó después la expulsión del representante de Texas, Al Green, de la sala.
Trump también utilizó su discurso para abordar sus propuestas para fomentar la paz en Ucrania y en Oriente Medio, asuntos en los que ha desmantelado, sin ceremonias, las políticas de Biden en cuestión de semanas. El lunes, Trump ordenó congelar la asistencia militar estadounidense a Kiev, acabando con años de firme apoyo estadounidense al país en su defensa contra la invasión de Rusia. Los legisladores republicanos vitorearon el final del discurso con cánticos que recordaron a las palabras del mandatario luego de que una bala le rozó la oreja; “¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!”.
El discurso, en horario de máxima audiencia, fue el último hito en su toma de control de la capital del país, donde la Cámara de Representantes y el Senado —liderados por los republicanos— han estado de acuerdo con el presidente. Al mismo tiempo, él y sus aliados trabajan para reducir el tamaño del gobierno federal y redefinir el lugar del país en el mundo.
La intervención, que duró un récord de 99 minutos, se convirtió en una fiel presentación de las políticas que Trump prometió durante su campaña y que impulsó en sus primeras semanas de regreso en la Casa Blanca. Se comprometió a seguir efectuando los cambios necesarios para rescatar a la nación de la destrucción y errores dejados por su predecesor.
La senadora de Michigan, Elissa Slotkin, quien ofreció la respuesta demócrata al discurso, reconoció que Estados Unidos “quiere un cambio, pero hay una forma responsable de hacer el cambio y una forma imprudente, y podemos hacer ese cambio sin olvidar quiénes somos como país y como democracia”.
Por su parte, Trump dijo: “No ha sido más que una acción rápida. Y agregó: “El pueblo me eligió para hacer el trabajo, y lo estoy haciendo”. El discurso de Trump se produjo en un momento crítico de su presidencia, ya que los votantes que lo llevaron de vuelta a la Casa Blanca con la promesa de arreglar la inflación se están encontrando en cambio con un caos económico.
“Cualquier arancel que nos impongan, nosotros se lo impondremos a ellos. Cualquier cosa que nos graven, nosotros se la gravaremos a ellos”, señaló. Al mismo tiempo, trató de calmar las preocupaciones sobre el alza de precios resultante, diciendo que “Habrá una pequeña alteración, pero estamos de acuerdo con eso. No será mucho”.
Celebró su política migratoria apuntando que “Parece que todo lo que realmente necesitábamos era un nuevo presidente”. Hablando sobre su prometido recorte fiscal, el presidente pareció provocar a los demócratas al decir que “Estoy seguro de que van a votar por esos recortes de impuestos. Porque, de lo contrario, no creo que la gente los vuelva a elegir”.
Al otro lado del pasillo, los demócratas dejaron clara su postura desde el inicio: la mayoría estuvieron sentados sin aplaudir ni hacer contacto visual con Trump en su presentación. Tras varias interrupciones, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, intervino y pidió que se restableciera el decoro en el hemiciclo mientras los republicanos gritaban “¡EEUU!” para ahogar los gritos de los demócratas. Johnson ordenó después la expulsión del representante de Texas, Al Green, de la sala.
Trump también utilizó su discurso para abordar sus propuestas para fomentar la paz en Ucrania y en Oriente Medio, asuntos en los que ha desmantelado, sin ceremonias, las políticas de Biden en cuestión de semanas. El lunes, Trump ordenó congelar la asistencia militar estadounidense a Kiev, acabando con años de firme apoyo estadounidense al país en su defensa contra la invasión de Rusia. Los legisladores republicanos vitorearon el final del discurso con cánticos que recordaron a las palabras del mandatario luego de que una bala le rozó la oreja; “¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!”.
Favor de incluirme en su lista de distribución de LA NUEVA NACION: alfredocepero@bellsouth.net.
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