martes, 2 de marzo de 2010
Documental: la huelga de hambre como arma de la disidencia en Cuba
Por EFE
Miami
El trato que el régimen cubano da a quienes se declaran en huelga de hambre centra el documental "Boitel muriendo a plazos'' que se exhibe hoy en Miami (Florida) como un homenaje al fallecido preso político Orlando Zapata Tamayo.
La cinta muestra la "crudeza y la brutalidad tan grande del régimen cubano contra los presos políticos que se declaran en huelga de hambre y piensan de manera diferente de ellos'', dijo a Efe Daniel Urdanivia, director del documental.
El pasado martes murió en un hospital habanero Orlando Zapata Tamayo, de 42 años, que cumplía una condena de más de 30 años y era considerado un "preso político'' por Amnistía Internacional, debido al deterioro de salud sufrido en 85 días de huelga de hambre, la misma suerte que corrió en 1972 Pedro Luis Boitel.
''Como Boitel, Zapata murió por sus principios'', agregó Urdanivia en declaraciones a Efe.
La proyección de la cinta se realizará en un acto organizado por el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, como homenaje a Zapata Tamayo, que es un "símbolo firme de la lucha por los derechos humanos y la democracia'' en Cuba, en palabras del autor del documental.
En las entrevistas e imágenes del documental de media hora de duración se destaca el "despotismo con que el régimen ataca a los presos políticos cubanos'', explicó el cineasta cubano que llegó hace diez años a EEUU.
Urdanivia subrayó la "perseverancia'' de Boitel en la ‘‘lucha por sus derechos y los de los cubanos'' y explicó que este compromiso empujó al opositor a realizar seis huelgas de hambre en prisión.
Boitel nació en 1931 y participó en la lucha contra los gobiernos de Fulgencio Batista y Fidel Castro. Fue preso político y, tras un intento de fuga de la prisión de Isla de Pinos (actualmente Isla de la Juventud), murió en 1972 a consecuencia de una huelga de hambre.
En el acto de homenaje a Zapata se presentará también el libro "Cuba y castrismo: huelgas de hambre en el presidio político'' (2007), obra del escritor y ex preso político cubano José Antonio Albertini.
Para Albertini, la muerte de Zapata supone un "antes y un después'' para el régimen cubano, muy "desgastado'' por las críticas vertidas por la opinión pública mundial.
''El descontento está en la calle (en Cuba) y el desmoronamiento del régimen se está produciendo en primer lugar en los órganos represivos'', que han dejado de ser ‘‘tan arrogantes y eficaces como antes'', expresó.
Una muestra de su desgaste, precisó, es que los agentes de la seguridad fracasaron en dos ocasiones en su intento de llevarse el cadáver de Zapata del velatorio que tenía lugar en la casa de su madre, Reina Tamayo.
Explicó que años atrás esto hubiera sido impensable, ya que las autoridades cubana no entregaban a los familiares el cadáver de los presos políticos muertos.
''Ellos le daban sepultura, le ponían una identificación'' y avisaban a los familiares dónde estaba enterrado, aunque no podían acudir a su tumba "más de dos o tres personas, y a veces acompañados de miembros de seguridad del Estado''.
El primer preso político cubano que murió en huelga de hambre fue Francisco Aguirre Vidaurreta, "El Viejo'', en 1967, según Albertini, quien dijo que en su libro identifica a diez disidente muertos tras una huelga de hambre.
No obstante, "debido a la desinformación del régimen, puede haber alguno más'', apostilló.
Tras la muerte del disidente Orlando Zapata, otros cuatro presos políticos y el periodista disidente Guillermo Coco Fariñas han comenzado una huelga de hambre.
En España un exiliado cubano, el músico Javier Fernández, acompañado solidariamente por su compatriota Alexander Sancesáreo, también cumple la misma protesta para reclamar la liberación de los presos políticos en Cuba. EFE
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