Cubamatinal/ Durante un ataque que sufrió el Callao en 1760, uno de sus bastiones no disparó contra los piratas, por lo que cuando éstos se replegaron, el gobernador increpó al artillero con esta demanda: “!Dime felón! Una de las 100 razones por la que no disparó”. Como nuestro personaje era andaluz, contestó: “¡Por no tené pólvora! ¡Ahórrese las otras 99, su mercé!” (sic).
Por Paulino Alfonso
La Habana, marzo 25 de 2010, (PD) Como leo el Granma todas las semanas, me he vuelto masoquista, aunque a veces, como diría el mítico Diego de Fresa y Chocolate: “Uy, encuentro maravillas”.
Pues bien, el 3 de marzo encontré una maravilla, escrita nada menos que por el incombustible Juan Varela Pérez, decano de los alquimistas de la agricultura castrista, en un artículo intitulado “Baches en la Tarimas”.
En este artículo, Varela Pérez informa que los mercados estatales (villas miseria para el pueblo) tuvieron un mal comienzo (¿cuando no?), ya que solo suplieron el 60% de la oferta entre enero y febrero y culpa inmisericorde y justiciero a cualquiera que se pueda. Recuerden que los periodistas del castrismo “tienen que estar autorizados a informar”. Por eso me recordó al artillero andaluz.
Al acusado hay que dejarlo a hablar antes de condenarlo, por lo que voy a citar las razones de Juan “Salamandra” Varela Pérez como causas de lo vacío de los mercados castristas (en moneda nacional, of course):
1- El sector cooperativo y campesino responsables (por supuesto, esos son los particulares) del 70 % del abastecimiento de la Ciudad de La Habana no recibieron en el ultimo trimestre de 2009, los fertilizantes y plaguicidas para sus cosechas, lo que originó costosos daños.
2- La entrega insuficiente de combustible que afectó no solo la cosecha por reducir el riego sino la posterior distribución de esta a la población.
3- La cosecha de plátanos se afectó por la no entrega de potasio
4- Demoras en la entrega y distribución de las semillas del plátano.
5- El sistema de venta del Ministerio de Comercio Interior no responde a las necesidades de la población.
6- La pérdida de los envases (cajas y sacos), que al no estar debidamente “estimulados” los chóferes, no se preocupan por recuperarlos.
7- Una disposición del Ministerio del Transporte impide que camiones de otras provincias cargados de productos puedan venderse en la Ciudad de La Habana.
¡Waoh! Sinceramente, si sigo me sube la presión arterial y no quiero morir ahora, sino después del gran evento.
Lo asombroso, es que un periodista extranjero, que por respeto al diario que lo envió a Cuba no voy a mencionar, a riesgo de una resaca de Johnnie Walker y una hipotermia por exposición al aire acondicionado en el Aché, obtuvo esta información publicada en el supersecreto Granma.
Hasta aquí la mentiras y los miedos de “Salamandra” Varela y el descaro del periodista extranjero. Ahora me toca a mí.
Mire, Sr. Varela, con lo que Ud justifica su salario, lo puede hallar con una entrevista al Supersecretario Sr. Marino A. Murillo Jorge y se dará cuenta que el culpable es el Imperialismo, que nos bloquea con los barcos digitales de la flota de Avatar, los 100,000 barriles de petróleo que nos envía diariamente la fraterna Venezuela.
Si Ud sabe un poco de química, verá que el componente de todo lo que falta y la causa de esas absurdas disposiciones que impiden que Macuchi la jinetera, Broder el soldador, Diego el chivatón y Cheo el disidente, podamos comer un poco mejor, es precisamente el petróleo y ese lo dirige Castro (el Aspirante), que dijo en diciembre “no hay tractores, hay que usar bueyes y machetes”. Imagínese lo poco que puede hacer el Supersecretario del Aspirante.
Un consejo, recuerde que a su Ministro lo llaman Ulises “Terminator” Rosales y que aunque usted no lo crea, lee a los periodistas independientes. Como a él le da lo mismo, un entierro que un homenaje, si Ud. empieza a cometer errores, le vaticinio un rincón en el mismo orinal donde esta Pérez “Troque”.
Si no sabe mentir sobre agricultura, hable con su carnal Don Pedro de la Hoz y el Martillo y haga crítica cultural. Total, trabajan en el mismo edificio.
Al turiferario extranjero, le voy a advertir algo: Como vuelva a burlarse de mi pueblo, voy a exponerlos en la Red a Ud y a su diario, que parece que tiene el banco bastante corto de periodistas que enviar al extranjero.
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