martes, 2 de marzo de 2010

Por si quieren una firma más

Cultura/ Restricciones


Cubamatinal/ Desde finales de enero circula por los e-mails de la muy vigilada intranet una carta respaldada por 30 firmas (entre ellas las del académico Armando Chaguaceda y Pedro Campos, co-autor de la propuesta Socialismo Democrático y Participativo) en rechazo a “las actuales obstrucciones y prohibiciones de iniciativas sociales y culturales” en Cuba.

Por Luis Cino

La Habana, 28 de febrero /PD/ La carta, aunque “sin intención de atribuir responsabilidades universales a ninguna persona o institución en específico”, da cuenta de “una serie de hechos que dan fe de un clima de incremento del control burocrático-autoritario y de obstrucción de iniciativas sociales”.

Veamos algunos de estos hechos, ocurridos en los últimos dos años, que según los autores de la carta, “recuerdan algunas conocidas prácticas de la década del 70”.

Varias personas que intentaron llevar pancartas ecologistas y en pro del socialismo autogestionario al desfile del primero de mayo de 2008, posteriormente fueron expulsadas de sus trabajos.

También fueron expulsados de sus centros laborales varias personas que publicaron comentarios en el sitio digital izquierdista kaosenlared. Los acusaron de “uso incorrecto de la red digital”. En Cuba, los que oficialmente tienen acceso a Internet están obligados a respetar un “código de ética”, que los compromete a no visitar “páginas contrarrevolucionarias, tendenciosas o que tergiversen la realidad nacional”.

Luego de prohibir un debate sobre temas políticos y sociales, que había sido reconocido inicialmente por el Departamento de Filosofía del Instituto de Ciencias y Tecnología Aplicadas (INSTEC), expulsaron a un profesor y separaron a una alumna de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Dos trabajadores de la TV de la provincia Granma fueron despedidos acusados de trasmitir “material pornográfico”. Este material resultó ser un audiovisual premiado en varios eventos auspiciados por el ICAIC.

El 6 de noviembre de 2009 se produjeron varias detenciones durante una marcha-performance contra la violencia en El Vedado.

El proyecto Esquife, organizador del Encuentro Teórico Medios Digitales y Cultura, fue objeto de presiones oficiales. La policía política obstruyó la entrada libre del público a los debates del último jueves de cada mes de la revista Temas.

Luego de un acto de repudio a la vista de la policía, el Proyecto de raperos y poetas Omni-Zona Franca, fue expulsado del espacio que ocupaba desde hacía 10 años en la galería Fayad Jamis, de la Casa de Cultura de Alamar y se le retiró el apoyo institucional al Festival Poesía sin Fin.

La carta refiere también la continua exclusión de artistas del hip-hop underground de los espacios públicos y medios de comunicación, así como casos puntuales de persecución policial contra algunos de estos artistas, en aparente alusión a Los Aldeanos.

El documento no alude ni por asomo a la represión contra opositores, periodistas independientes, blogueros y miembros de la sociedad civil. No es esa su intención. Sólo defiende “las iniciativas culturales en pro de una autonomía solidaria” no orientadas desde arriba.

Conmueve la ingenuidad de estas personas que todavía se niegan a aceptar que el socialismo en su versión verde olivo sea el poder dictatorial y egoísta de una burocracia estatal contra el resto de la sociedad. Ellos prefieren soñar con un sistema que socialice los recursos, respete la diversidad y donde todos tengan igual acceso al ejercicio del poder.

Aunque no agradezco para nada que el poco espacio para la crítica socialista y la intolerancia oficial del “conmigo o contra mí” fortalezca a lo que la carta llama “la contrarrevolución real”, confieso que simpatizo con todos aquellos que promuevan sinceramente “el diálogo cultural, el respeto a la autonomía y a las capacidades auto-organizativas y gestionarias de proyectos y personas”. Defiendo con las dos manos su derecho a soñar despiertos. Por si quieren una firma más, si no los compromete, si no les da miedo la firma de un periodista independiente, pueden contar con la mía.

En definitiva, no me canso de repetir que donde no hay ninguna democracia, es mejor la poca que pudiera aportar (de ser posible) el socialismo con los apellidos “democrático” y “participativo”.

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