viernes, 30 de abril de 2010

CIMARRÓN RESTAURADOR


Por Juan Antonio Madrazo Luna

El Vedado, La Habana, 29 de abril de 2010, (PD) Desde la pedagogía de la integración es necesario construir una nueva historiografía que selle los vacíos de la historia, que cierre heridas en un país que edificó su independencia con sangre de negros y blancos. Hay que narrar la nación con la inclusión de todos.

El negro es un sujeto indispensable en nuestro mosaico étnico y social. Fernando Ortiz, nuestro tercer descubridor, decía que: “Sin la presencia del negro no seriamos Cuba”. Nicolás Guillén, poeta nacional, defendió siempre la idea de que” el negro aportó esencia muy firmes a nuestro cóctel, dándole un tono único a la vida insular”.

Muchos textos maestros de la historiografía están marcados por exclusiones y operaciones de invisibilidad, deformaciones por buena parte del discurso critico, teórico e histórico en cuanto al protagonismo político y social de negros y mestizos.

Tomas Fernández Robaina es un rebelde con causa que toma por asalto la historia. Permanentemente propone un dialogo sobre los fundamentos históricos de la nación. Discípulo de Pedro Deschamps Chapeaux, siente pasión por la historia de su país y por la vida de los hombres ilustres al margen de la misma. Desarrolla aún una provechosa carrera académica y de producción de líneas de pensamiento, la cual queda demostrada en escenarios nacionales e internacionales. Es profesor invitado de prestigiosas universidades como la Florida Internacional University, Harvard University, habitual invitado de la Asociación de Estudios Latinoamericana (LASA).


En su trinchera, la Biblioteca Nacional, donde labora como investigador, golpea la memoria constantemente y desmantela prejuicios. Es un apasionado estudioso del Partido Independiente de Color (PIC). Es protagonista de un pensamiento emancipador de la restauración y uno de los intelectuales que más rinde culto al arte de la conversación y la amistad.

Gracias a Tomasito nos hemos asomado a la vida de hombres de pensamiento como Gustavo E. Urrutia (1881-1958), figura fundamental en el periodismo y la lucha social y cultural por el desarrollo del negro cubano, uno de los hombres de pensamiento mas importante de Cuba y América Latina invisibilizado por la historiográfia contemporánea cubana.

En su empeño por cartografiar identidades ha destacado personalidades como Martín Morúa Delgado (1856-1910), uno de los cubanos negros más notables y polémico. Vinculado con la naciente clase obrera, se destacó por su entrega a la lucha contra la discriminación racial. Militó en varios partidos de la época y es el autor intelectual de la celebre Enmienda Morúa que ilegalizó el Partido Independiente de Color.

También nos ha asomado su obra a las figuras de Juan Gualberto Gómez (1854-1933), quien realizó una labor notable como periodista y propagandista de las ideas de su gran amigo José Martí, y de hombres como Generoso Campo Marquetti, Ramón Vasconcelos, Armando Pla, César García Pinto, Rómulo Lachatañere, Juan René Betancourt, Walterio Carbonell y Salvador García Agüero, quienes desde la política y el periodismo contribuyeron a la lucha social del negro cubano


No solo la labor académica le quita el sueño a Fernández Robaina, también lo marca su activismo social en defensa de los derechos de los rehenes históricos de la desventaja social. Del mismo modo, defiende los derechos de la ciudadanía sexual en su diversidad. Es un activo militante que le seduce caminar por el filo de la navaja. Fue amigo incondicional de Reinaldo Arenas, incluso en la distancia. Cuando el célebre escritor era condenado por la inquisición, no renunció nunca al placer de su amistad.

Tomás Fernández Robaina es un permanente animador de verdaderos palenques ciudadanos. Junto a la desaparecida Leyda Oquendo contribuyó a la animación del aula taller José Luciano Franco de la Casa de África, ubicada en el centro histórico de la ciudad, donde impartió talleres sobre la historia social del negro.


En su emplazamiento a los poderes políticos y culturales, aun continúa reclamando reformas en la enseñanza, mediante una nueva reescritura de la historia.

Su obra esta construida sobre una mirada integradora, de autoestima para el negro cubano. Es un capital social fundamental para superar lagunas y exclusiones, un diálogo permanente con la sociedad, pues dialoga con el estereotipo, interroga el severo espejo de nuestra historia, las identidades y sistemáticamente demanda aperturas de líneas de debates inclusivas.

Esta muy claro en la ruta que se ha trazado, es un cimarrón en permanente rebeldía, un restaurador del linaje intelectual de los negros que han contribuido a dignificar nuestra espiritual Casa Cuba.

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