viernes, 30 de abril de 2010

HAMBRE DE CARENCIA


Por Frank Correa

Jaimanitas, La Habana, 29 de abril del 2010, (PD) Miguel Iturria Savón, periodista independiente y estudioso de la historia del arte, quien próximamente comenzará a escribir un ensayo titulado Panorama de la literatura cubana en el socialismo, dice que los cubanos tenemos un hambre de carencia que demorará años en saciar.

También coinciden con este calificativo Leonardo Padilla, acucioso analista de los comportamientos sociales, y Papo El Negro, que ha vivido los dos sistemas en Cuba, el capitalista y el socialista, y en los dos le ha ido muy mal.

Según Padilla, mañana mismo podrían producirse los tan anunciados cambios, que el caos de insuficiencias en todos los ámbitos de la vida regirá por mucho tiempo las normas de conducta. La insolvencia de la gente común es tal que se ha vuelto su factor característico. Los bajos salarios, sumados a los precios en cuc y la escasez de muchos productos, incentivan la receta oficialista de robar para vivir, que como asegura Padilla, desnaturaliza la condición humana y el código moral.

Sin embargo, Papo El Negro va a lo más profundo. Manifiesta rotundamente que una revolución solo termina con otra revolución. Tiene una tesis interesante: dejarles a todos los ciudadanos del país una suma de 1000 pesos por igual, para que comiencen parejo, con una moneda de verdad, que sirva para comprar de verdad, y que todos los trabajadores cobren un salario similar todos los meses, por trabajar de verdad, producir y echar el país adelante. Eso sí sería un cambio.

No queda dudas que tanto la filosofía de Padilla como la practicidad de Papo, describen al hambre de carencia acuñada por Iturria como un protagonista social recurrente, que deberá aparecer en las narraciones de los autores que seleccione el ensayista para alumbrarse en el camino, cuando se decida a escribir su Panorama de la literatura cubana en el socialismo.

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