viernes, 30 de abril de 2010

POR SUPUESTO QUE ES UNA BATALLA IDEOLÓGICA


Por Ramón Díaz-Marzo

Habana Vieja, La Habana, 29 de abril de 2010, (PD) Por supuesto que la nuestra es una batalla ideológica y no ponemos en juego la vida de las demás personas con el uso de la fuerza y la colocación de bombas.

“Refutar el argumento de la dictadura significa darle credibilidad a lo que ya carece de credibilidad”, me dijeron. Hay cierta razón en ello. Pero no puedo permanecer callado ante la afirmación de la dictadura de que somos mercenarios porque no compartimos las ideas políticas del régimen. Me resulta necesario refutar.

Batista hubiera podido decir lo mismo del Movimiento 26 de Julio, y de hecho creo que lo dijo, por colocar y hacer detonar bombas por toda La Habana.

Los que ahora sustentan el Poder jamás reconocerán a sus adversarios, a los que de simples personas triviales se convirtieron, por las circunstancias, en los verdaderos revolucionarios.

Tengo un colega que un día estuvo a punto de cometer el error de declarar que él era un contrarrevolucionario en el prólogo a uno de sus libros. Nosotros le explicamos que él no era un contrarrevolucionario, que los contrarrevolucionarios ahora eran los que en alguna ocasión, hace más de medio siglo, lo fueron o se lo creyeron, pues con respecto a su Líder en Jefe, ese aún nadie sabe qué cosa es.

Durante años viví en las tinieblas de la ignorancia al no percatarme de una gran verdad: los hermanos Castro cuando declaran que su sistema político (léase para hacer lo que más les plazca) es la sociedad más justa de la tierra, no mienten. Lo que sucede es que “ellos” viven inmersos en el ejército de un servicio doméstico listo para hacer su voluntad. Por eso nunca han sabido cómo vive realmente el pueblo cubano. Aunque lo supieran, no creo que les importe mucho. Por tanto, continuarán diciendo que el sistema político totalitario cubano es el más justo del mundo.

Pero continuemos con esta sopa de palabras. Es increíble como una persona o grupo de personas (me refiero a los que están en el Poder) pueden engañarse a sí mismos de modo tan convincente. Así que los que detentan el Poder en Cuba no engañan al pueblo, sino a sí mismos. Todo el pueblo sabe la verdad y los únicos que no saben la verdad son los hermanos Castro.

Habrá personas que al leer este artículo dirán que “ellos” saben mejor que uno lo que ocurre, pero estoy iniciando la idea de que “ellos” poseen un auto mecanismo que les permite vivir en un mundo de fantasía. Tengamos en cuenta que la ciencia sicológica ha demostrado que ningún ser humano puede vivir sin la auto justificación del tribunal de su conciencia.

En la naturaleza de los hermanos Castro no existe la frase “aceptar la verdad”. Si los Castro aceptaran la verdad no podrían vivir. No me refiero ni justifico el cinismo, sino que para estos hermanos el fin justifica los medios. Tampoco niego la naturaleza de un capitalismo internacional que no ha sabido lidiar del mejor modo con estos parientes rebeldes. No es mi intención en este artículo desmontar todo el andamiaje estúpido que los EEUU han ejercitado como política exterior con los hermanos de marras, lo cual ha convertido a los norteamericanos (para mi más personal opinión) en sus mejores aliados; mejores que los propios rusos.

La verdad al final se impone. Nuestros lápices son fusiles más potentes que los cañones de la dictadura cubana. Es cierto que ya hemos perdido el mérito de ser el primer país en librarse del totalitarismo y que este sistema político de cualquier modo se cae, con nosotros o sin nosotros, porque la dictadura carece de relevo. Pero es bueno argumentar, antes de que la dictadura deje de existir, argumentar varias irrebatibles verdades.

En primer lugar decirle al señor Raúl Castro Ruz que hace mucho, pero muchos años, la Revolución Cubana dejó de existir. Que aunque hayan retirado de su cargo al fiscal general Escalona, el nuevo fiscal suplente no extirpará la corrupción existente en la Isla porque a diferencia de otros países, la corrupción en Cuba no es delito, sino un modo honesto de ganar el diario sustento: “luchando”.

Esas grandes movilizaciones que Ud. y sus fanáticos organizan, especialmente la que está anunciada para el próximo Primero de Mayo no es real, sino virtual. Real sería si las gentes fueran por su propia voluntad, pero Ud. sabe cómo funciona el método de poblar la plaza con trabajadores y estudiantes traídos desde los centros de enseñanza (militares y civiles) y los centros de trabajo. Aunque este Primero de Mayo los adeptos de la dictadura sudarán la gota gorda para concentrar a tantas personas porque cae sábado y es un día de la semana donde en Cuba nadie tiene que ir a sus fábricas y talleres del Estado. Pero ya los secuaces de la dictadura hallarán el modo de rellenar la Plaza de la Revolución (antigua Plaza Cívica –que de Cívica sólo tiene la estatua de nuestro apóstol José Martí).

Mi única satisfacción ante su inmenso Poder es saber que el 90 por ciento de los que estarán en la Plaza el próximo Primero de Mayo no comparten sus ideas, aunque en algunos casos el miedo que le tienen a su dictadura no les permite comprenderse a sí mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario