sábado, 1 de mayo de 2010

1ro. de Mayo: Sin águila y sin paloma


Enviado por ei en Mayo 1, 2010 – 4:07 am.Dr. Sergio López Rivero

El 15 de febrero de 1898, el 8 de marzo de 1925 y el primero de mayo de 1961, son tres fechas enlazadas por la historia. El 15 de febrero de 1898, estalló el buque estadounidense Maine en el puerto de La Habana, lo que significó el preludio de la intervención militar de los Estados Unidos en la contienda entre cubanos y españoles, que dio paso a la fundación de la República de Cuba el 20 de mayo de 1902. Aquel acontecimiento dramático, cobró forma de símbolo fundacional en la construcción del Monumento a las víctimas del Maine en el corazón de La Habana, el 8 de marzo de 1925. Y poco más de treinta y seis años después, la élite revolucionaria que tomó el poder tras la huida de Fulgencio Batista, decidió destruir este recurso simbólico incorporado por el Estado nacional, en medio de los festejos por el día de los trabajadores el primero de mayo de 1961.

La historia de la erección del Monumento a las víctimas del Maine comienza en el año 1912, cuando el gobierno de los Estados Unidos decidió extraer los restos de las aguas de la bahía habanera. Correspondió al Presidente estadounidense William Taft solicitar permiso para operar en aguas jurisdiccionales cubanas al Presidente José Miguel Gómez, quien a su vez solicitó algunos de los atributos para “hacer perdurar su recuerdo”. Entre los años 1913 y 1915, el siguiente presidente de la República de Cuba Mario García Menocal, nombró una “Comisión de Veteranos y Patriotas”, que se encargaría de erigir un “monumento provisional a las reliquias históricas”, y convocar a un concurso internacional de proyectos “para perpetuar dignamente la importancia histórica que esos despojos tienen en la fundación de la nacionalidad cubana”. Por fin, el proyecto premiado de Félix Cabarrocas, sería inaugurado por el Presidente Alfredo Zayas el 8 de marzo de 1925, en una gran plaza frente al mar, en la manzana irregular limitada por las calles 17, “O”, 19 y Calzada del Vedado.

Para el historiador, resulta interesante saber que del lado opuesto al proyecto, alinearon los intereses hispanos y los miembros del Partido Liberal Autonomista, los mismos que se habían opuesto al reclamo de un status político independiente para la isla de Cuba. Que se erigiera en el corazón de La Habana, les parecía un “estigma para que las generaciones futuras condenaran a España y el Gobierno Autonómico”. Del mismo modo, llama la atención que aquel lugar se convirtiera en punto de peregrinación anual, por parte de los diferentes gobiernos republicanos. Y que el deseo de destruirlo, apareciera desde temprano en la agenda de alguna de las figuras prominentes del grupo político de Fidel Castro.

No por fortuna, es en medio de la internacionalización del conflicto cubano y la alianza con la Unión Soviética, que la alta jerarquía del mundo revolucionario decide ejecutar su particular venganza contra el pasado. Cuando una grúa del Ministerio de Obras Públicas que dirigía Osmany Cienfuegos, derrumbó el águila que coronaba la cúpula y desfiló con ella como trofeo de guerra el primero de mayo de 1961, parecía que se intentaba borrar de la historia la participación de las tropas estadounidenses al lado de las cubanas, en el proceso que desembocó en la fundación de la República de Cuba el 20 de mayo de 1902.

En aquellos días, se habló mucho de una paloma diseñada por el español Pablo Picasso, para sustituir al águila que en su día había proyectado el cubano Félix Cabarrocas. Pero parece que el afamado artista malagueño, no creyó en el simbolismo que se le pretendía atribuir a su creación. En cualquier caso, durante cincuenta años unos cuantos hierros retorcidos han quedado como testimonio del forcejeo por el legado del importante hecho histórico. Incluso, existen personas a las que le parece bien, como representación de la violencia física y simbólica que durante tantos años ha dominado la realidad cubana.

-FOTO: Monumento al Maine, La Habana: tampapix

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