viernes, 30 de julio de 2010

AL DR. ESTEBAN MORALES SE LE BRINCÓ LA CATALINA DE LA BICICLETA

Publicado para hoy 31 de julio


Por Ramón Díaz-Marzo

Habana Vieja, La Habana,(PD) El final de la Revolución Cubana al estilo castrista es irreversible si no hacen los cambios que tienen que hacer. Se mantienen en el Poder, pero el país se derrumba o ya está derrumbado. A veces pienso que ellos lo saben y hacen como si no se dieran cuenta. Otras pienso que como no tienen ninguna solución política que ofrecerle al pueblo cubano y no están dispuestos a realizar los cambios, están ahí, gobernando, hasta que Dios lo permita.

Han prometido, a partir de autorizar inversiones económicas en la Isla de empresas capitalistas de otros países (principalmente España), que habrá un resurgimiento, una mejora en las condiciones de vida de los cubanos. Y no han hecho lo más importante que pueda hacer un gobierno: liberar las fuerzas productivas y declarar un Estado de Derecho que le permita a los cubanos participar en la orientación y mandato de la nación.

Si algo bueno, piensan algunos intelectuales como Chomsky, tiene la Revolución de los Castro, es la naturaleza misericordiosa de nuestra geografía. Pero si tomamos una balanza y pesamos el pro y el contra, la balanza que dice que este proyecto político insular es un fracaso, no puede estar equivocada.

Por ejemplo, sabemos que la mayoría del pueblo no piensa ni planifica a largo plazo en materia de política y economía. Pero sabemos que los pueblos son sabios. Y los millones de cubanos que se han marchado de Cuba utilizando diferentes medios (aviones autorizados, aviones robados, lanchas autorizadas, lanchas robadas, balsas y otros dispositivos que apena logran sostenerse sobre el mar, y algunas exclusividades como engancharse en el tren de aterrizaje de un avión de vuelos internacionales) no pueden estar equivocados cuando tantos cubanos después de 50 años, aún continúan intentando salir de esta Isla.

Los hermanos Castro y sus seguidores por conveniencia o comprometimiento no quieren reconocer su fracaso político y se han armado hasta los dientes para defender al precio que sea necesario su posición de poder. Esta insistencia de un grupito de poder por entorpecer el desarrollo del país es irracional.

Los países que reciben ayuda humanitaria de Cuba a través de la sagrada labor de los médicos internacionalistas, no quieren saber que esa ayuda se desarrolla a costa del estado material lamentable en que vive nuestra población.
Por eso siempre he abogado porque los EE.UU suspendan el Embargo. Sería una lástima que estos ancianos desaparecieran y quedara la duda de que no pudieron hacer algo mejor por Cuba porque los norteamericanos nunca quitaron el Embargo.

Lo bueno, surja como nazca, es que los norteamericanos suspendan el Embargo después que el último preso de conciencia salga de las mazmorras castristas. Así, con el Embargo suspendido, si no logran insuflarle a la economía de la Isla un crecimiento económico, quedará demostrado que esta izquierda totalitaria no funciona ni crece con ningún sistema político. Pero si después que los norteamericanos suspendan el Embargo los hermanos Castro y su grupito de Poder logran hacer crecer la calidad de vida de los cubanos, liberan las fuerzas productivas, construyen y reparan los viejos edificios, crean fábricas y nuevos puestos de trabajo, excelente. A fin de cuentas, el daño y sufrimiento que los hermanos Castro nos iban a causar ya está hecho y con un renacimiento de la economía cubana sería un buen pretexto para la continuidad política de Cuba de forma pacífica, donde todos los actores sociales del espectro político cubano, dentro y fuera de la Isla, participen. Sería la forma de evitar el holocausto nacional que veo venir si no se toman, ahora mismo, las primeras medidas.

Ahora bien: el gobierno cubano, o la dictadura de los hermanos Castro, no tiene que esperar a que el Embargo de EE.UU sea suspendido. Los hermanos Castro tienen muchas aperturas que hacer en la Isla sin necesidad de una participación inmediata del gobierno de los EE.UU.

Con relación al ruido en el sistema que ha creado el Dr. en Ciencias Sociales Esteban Morales, con su artículo “La Santísima Trinidad”, publicado en la página Web CUBA-DEBATE, donde habla y argumenta, con razón y lucidez, que la CORRUPCIÓN es el verdadero enemigo de la Revolución Cubana, estoy absolutamente de acuerdo. Pero el Sr. Esteban Morales peca de ingenuo cuando propone que la CORRUPCIÓN dentro de la Revolución sea extirpada brutalmente al estilo chino, o de una “Revolución Cultural”, que fusile y meta en la cárcel de por vida a los corruptos, ocupen el nivel en el gobierno que ocupen.

Esteban Morales ignora o quiere ignorar que lo que él, y todos nosotros sabemos y comprendemos como CORRUPCIÓN, ha sido el mecanismo social que ha sustituido, dentro de la Revolución, el “LIBRE MERCADO”.

Entonces en este caso, y de modo automático, es el propio Sr. Esteban Morales el que al escribir este artículo y hacer este llamado se ha convertido en un peligro actual y verdadero, no sólo para la Revolución de los Castro, sino para el pueblo cubano. Si esta solución al estilo Maximilien de Robespierre se le ocurrió sin convertirse en persona mala o extremista, le otorgaría un premio internacional a la suprema candidez infantil. No por gusto lo separaron de las filas del Partido Comunista de Cuba, a pesar de su largo y fidelísimo historial revolucionario.

El Sr. Esteban Morales ha ignorado algo importante: la CORRUPCIÓN en Cuba es un cáncer en fase terminal que ha inundado el 99 por ciento de nuestra sociedad. Si ese cáncer es extirpado de raíz, como él reclama en su artículo “La Santísima Trinidad”, sólo pide que lo que hoy conocemos como la Revolución Cubana sea colapsada y exterminada.

Nosotros hemos hecho una exhaustiva encuesta entre los cubanos de a pie explicándole a las personas el corazón y cerebro del artículo del Sr. Esteban Morales, y en primerísimo lugar nadie está de acuerdo con la pena de muerte ni con alguna que otra Revolución Cultural.

Para no convertir este artículo en un libro o un tratado de una parte de la Historia de Cuba, podemos resumir que nuestra encuesta arrojó (y nos responsabilizamos al decirlo aquí) el mensaje general de nuestros encuestados: la corrupción sólo será arrancada del esqueleto de nuestra sociedad, y desaparecerá sin grandes traumas ni daños colaterales (que luego nos pesarían eternamente), cuando liberemos las fuerzas productivas y se le dé al pueblo un real Estado de Derecho.

Así, dándole a nuestro artículo un final a la cubana, el pueblo nos ha dicho que al Sr. Esteban Morales, con su artículo “La Santísima Trinidad”, se le brincó la catalina de la bicicleta en su afán por salvar lo insalvable, de justificar por más tiempo lo injustificable.

ramon597@correodecuba.cu

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