Publicado para hoy 31 de julio
Por Osmar Laffita Rojas
Capdevila, La Habana,(PD) Los días 6 y 7 de julio culminó la primera etapa de las conversaciones entre el gobierno cubano y la iglesia católica. Fue liberado el primer grupo de los 52 presos que quedaban de los 75 que cumplían injustas condenas desde la Primavera Negra de 2003.
Estas liberaciones nada tuvieron que ver con el acostumbrado e inhumano oficio de los moradores del bunker que en determinadas circunstancias iban a su abundante almacén de rehenes políticos y para congraciarse y dar una falsa imagen de buenos gobernantes ante los presidentes, senadores o prelados que visitaban Cuba, le entregaban determinada cantidad de reos, pero con la condición que estos partieran como desterrados. Como es natural, el pueblo cubano siempre estaba ajeno a estos cambalaches políticos.
En esta ocasión ha sido todo lo contrario. Tanto tirios como troyanos felicitaron el gesto de la liberación de los presos. Esta acción tiene la particularidad de que las excarcelaciones por primera vez se logran por la acción concertada de actores cubanos y la presencia de un interlocutor que todos aceptan, España.
De ese total, cerca de 20 partieron para España en unión de sus familiares. A pesar de las confusiones reinantes acerca de cual es su verdadero estatus legal, su partida fue como emigrados, pero no como consecuencia de presión alguna. Como es natural, entre las partes implicadas existieron negociaciones en las que hubo concesiones y cambio de posición.
Una medida de esta naturaleza concita como es normal toda una serie de interrogantes, cuyas respuestas contribuirán a disipar el enrarecido ambiente reinante hoy en Cuba. Está por ver si realmente persiste en los longevos gobernantes cubanos la voluntad de dar pasos dirigidos a que la Unión Europea los considere con méritos que lleven a suprimir la Posición Común cuando se analice en septiembre por los 27 la situación cubana.
La razón fundamental por la que los ancianos inquilinos del bunker tomaron esta medida responde a que se encuentran atrapados en su peor crisis de credibilidad, consecuencia de la condena internacional (a la que se sumaron muchos de sus compañeros de viaje) por la injustificada muerte de Orlando Zapata Tamayo, la inaudita y bárbara represión contra las Damas de Blanco y la huelga de hambre que por más de cuatro meses mantuvo Guillermo Fariñas.
Atrapados en este conflicto, recurrieron a su antagonista histórica, la iglesia católica, para que esta desempeñara un inédito rol de interlocutor y buscar entre ambos fórmulas honorables para encontrar una salida a la crisis.
Tal paso es una jugada magistral. Se quitaron de encima el jaque mate y hábilmente lograron un enroque, lo que les posibilitó reordenar la estrategia de su juego político. Con las medidas tomadas, las cosas hasta el momento le han salido tal como se había conversado y acordado con la iglesia católica y el gobierno español.
Aún está por ver si el Presidente Raúl Castro se decide a dar otros pasos y comienza a romper con la putrefacta herencia de un modelo de gobierno que hasta hoy es todo lo contrario a las normas civilizadas de la posmodernidad democrática.
Si importante fue lo ocurrido entre los días 6 y 7 de julio, lo será aún más la reunión de septiembre de la UE en que se analizará la situación cubana. Es aventurado hoy hacer un pronóstico de lo que ocurrirá por la compleja y poco previsible realidad cubana.
ramsertgandhi@yahoo.com
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