viernes, 27 de agosto de 2010

ACTORES DE LOS LÍMITES

PUBLICADO PARA HOY 28 DE AGOSTO


Por Juan Antonio Madrazo Luna






El Vedado, La Habana,(PD) Alexis Cardona Castillo y Andrés Puente Roca son de esa generación de artistas que nacen de la propia entraña de la tierra. Ambos tienen su propia carta de presentación. Los une el haber nacido en la ciudad de Santiago de Cuba. Los marca la hostilidad desde su condición racial y el desvelo por las artes plásticas.

Andrés Puentes Roca (1963) es un artista de formación autodidacta, el cual se ha desempeñado durante una parte de su vida en diversos oficios como albañil y pintor de brocha gorda. En 1986 se trasladó a la Habana donde comenzó a sistematizar sus trabajos plásticos y a explotar las posibilidades artísticas del paisaje inspirado en la obra de Tomas Sánchez.

Su niñez en Santiago de Cuba no fue muy feliz, la inestabilidad de los padres y la situación económica familiar lo marcaron ya a los 9 años de edad. El campo era su refugio, quizás porque era allí donde encontraba todo aquello que su yo demandaba: paz, armonía, belleza y tranquilidad.

A muchos que conocen su pasado, les viene a la mente un nombre y una leyenda: Ángel Acosta León, el novio de Cuba, un artista que hizo arte de los objetos antiestéticos que adornaban su entorno, los humanizó y animó. Puentes Roca, desde su voluntad y talento innato, responde en otra alternativa, evadiéndose del ambiente tan degradante en el cual aun vive. El amor al lienzo le permitió respirar y lo rescató de los vicios de las drogas y el alcohol. Su vida es todo un testimonio de angustias.

Su instinto plástico descubre en el paisaje cubano la razón de su propia existencia. Le interesa la dulzura que tiene el color. Es un enamorado del paisaje. Sus paisajes totalmente cubanos son un baño de luz. Es un pintor que busca el naturalismo en toda su expresión y lucha por conquistar una obra más semejante a la realidad. Bebe según sus necesidades expresivas del pasado y presente al manifestar en cada una de sus presentaciones un inobjetable acento poético.

La obra de Alexis Cardona Castillo (1965), también de formación autodidacta, por el contrario tiene una relación mas directa con la realidad inmediata y cercana. Particularmente es un arqueólogo en cuanto a la vida social, política y cultural del negro en Cuba. Cardona, como artista, pasa a ser un protagonista más entre los muchos personajes que pueblan su obra. Es impresionante su habilidad en cuanto al dominio de la anatomía humana. Maneja a su antojo el choteo y la ironía como elementos consustanciales en cada una de sus propuestas.

En su obra, su mirada al pasado no es nostálgica, se siente asaltado en la intención de contribuir a reescribir una historia que le ha llegado fragmentada e incompleta con innumerables espacios de silencios. Para él, es importante la restauración del protagonismo del negro como sujeto social y político en la cultura. Eso lo ha llevado a construir anécdotas que contribuyan a descifrar la psicología social del cubano. En su obra no está permitido el disfraz ni las mascaras tienen acceso libre: retrata con sinceridad y sin tibieza nuestras circunstancias. Es un comunicador que desnuda metáforas y pretextos, no celebra la realidad, la interroga. Establece vasos comunicantes entre la historia y la plástica. A la historia no la seduce, la viola, la interroga, traza rutas en el tiempo.

Muestras y exposiciones colectivas han dado a conocer la obra y el talento de estos artistas. Lamentablemente aun es débil la presencia de sus obras en el panorama nacional. Son protagonistas de los márgenes contra viento y marea. Mientras tanto, ambos trabajan sin reposo y logran desde la autonomía, la fundación de su propio discurso estético que les permite navegar sobre las aguas turbulentas.

cubainterracial.gl@gmail.com

1-Andrés Puente Roca

2-Alexis Cardona Castillo

3-Pequeña muestra de la obra de Alexis Cardona Castillo

Fotos: Juan A. Madrazo

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