Escrito por Primavera Digital
La Habana, 24 de febrero de 2011,
(PD) El 24 de febrero de 1895 cristalizó la guerra independentista fraguada por José Martí y su Partido Revolucionario Cubano. La guerra y su estallido de acuerdo al cronograma concebido por el apóstol y su selecto grupo de colaboradores, volvió a poner la isla en pie de guerra. La diferencia en relación con el esfuerzo anterior de la Guerra Grande, fue que al menos esta vez, el poderío de España fue colapsado y la Isla se separó de la soberanía española, finalmente.
Las figuras que descollaron en esta guerra, fueron básicamente José Martí, Antonio Maceo y el dominicano Máximo Gómez Báez. El papel protagónico en la gesta correspondió sin discusión a Martí. Los roles militares más destacados, al Generalísimo Máximo Gómez y al Lugarteniente general del Ejército Libertador, Antonio Maceo Grajales.
La guerra culminó con el establecimiento de la república el 20 de mayo de 1902. Pero sería una falsedad y un engaño desde el punto de vista histórico negar que todo esto fuera posible, gracias a la intervención de los Estados Unidos en la contienda.
Luego que el capitán general Valeriano Weyler estrenara en Cuba la reconcentración y con ella, los campos de concentración, que años más tarde, los nazis consagraron en los arcanos mundiales de la infamia, bendición mediática mediante. La situación de los mambises, era crítica.
Como España se ató a la política que se definió entonces como, “hasta el último hombre y hasta la última peseta”. El teatro de operaciones militares en la Isla, terminó por desfavorecer a los libertadores. España llegó a mantener casi entre 200 y 250 mil efectivos militares, en una Isla que contaba en aquel entonces con menos de un millón de habitantes.
En 1898, la situación militar en Cuba estaba empantanada. Ni España ni los mambises podían ganar. El impasse se quebró con la entrada de los Estados Unidos en la guerra y el aporte que inclinó la balanza a favor de la independencia fraguada y soñada por Martí desde su exilio en los Estados Unidos.
El 24 de febrero fue el resultado de la gestión y el laborantismo de Martí y sus fieles y eficientes colaboradores. Estos fueron Juan Gualberto Gómez, Enrique Collazo, Tomás Estrada Palma, Gonzalo de Quesada y otros imprescindibles. Carlos Baliño, fue uno más, que se beneficio de la vocación inclusiva de nuestro apóstol.
Los esfuerzos posteriores de la historiografía castrista, por magnificar el aporte de Baliño, dirigido más a promover el enfrentamiento clasista, que la construcción de una república afirmada en el derecho y la ley, no deben ocultar el hecho que los propósitos y fines independentistas iniciados este 24 de febrero de 1895, se concretaron felizmente el 20 de mayo de 1902.
Primavera Digital saluda al 24 de febrero, Grito de Baire, reafirmando el compromiso por restablecer la república democrática soñada por Martí y por aquellos padres fundadores que respetaron a Marx y rechazaron su ideología. Restablezcamos la democracia y la república de Martí, Agramonte, Gómez y Maceo.
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