miércoles, 1 de junio de 2011

¿Por qué no cambian los cambios?


Escrito por Paulino Alfonso Estévez


Lawton, La Habana


1 de junio de 2011


(PD) Estas preguntas están en la calle y me convierto a cada rato en intérprete de la sabiduría popular. Preguntas tales como ¿la vida sigue igual?, ¿todo esto es más de lo mismo?, ¿para qué hicieron un congreso?, se repiten a diario a lo largo y ancho de la Isla.

Los cambios que tanto anunció Raúl Modesto siguen paralizados, aunque solo se centran en una economía de supervivencia, ya que lo único que se regula o desregula es la inútil y exangüe agricultura que cual Prometeo, permanece atada a la roca caucásica mientras los buitres de la burocracia devoran sus entrañas .

Al principio se le achacaba no sin razón a la sombra del hermano, pero no quedan dudas de que este ya no influye en nada sobre el actual presidente.

Entonces ¿qué pasa? Me inclino a pensar que estos "cambios" no fueron meditados sino que salieron como remediales medidas a una situación abocada al colapso, de ahí que tengan una deficiente preparación, estrechas miras y una falta de visión colosal. Existen además contradicciones entre sus promotores y por último, un inexistente orden de prioridades referente a plazos de ejecución.

En fin que los cambios se limitaron a documentos explicados por un obeso ministro y aprobados por una masa indolente e iletrada en estos áridos asuntos y tan aburrida como aquellos oficiales filmados en un video dado a la publicidad por el régimen, donde un desafortunado profesor de cibernética infructuosamente trataba de explicar la cuadratura del círculo a una endurecida gendarmería entrenada para obtener confesiones y no para manejar las NTI.

El papel todo lo aguanta pero la vida no: destruye o hace progresar en la medida que se pruebe verdad o mentira.

Lo primero que hizo Raúl Modesto fue hablar ante los Jóvenes Comunistas a casi un año de distancia del tan esperado congresito de que había que licenciar y cito, "más de un millón de trabajadores"; después se redujo a medio millón y después se paralizaron los despidos. Es un verdadero intento por reorganizar la fuerza de trabajo (al menos en la agricultura). Sin esta medida sería imposible tan siquiera pensar en aumentar la actual pobre productividad y rescatar la disciplina laboral, pasos elementales para siquiera tratar de llevar el salario actual al 60 % del de 1988 no con su poder adquisitivo pero al menos en líquido y mejorar las condiciones laborales. Esto al menos traería en la masa campesina el interés por el trabajo, hoy en fase terminal para salir de la crisis

En cuanto a la desafortunada medida de los despidos, se hubiera podido llevar a cabo si se hubieran creado previamente las alternativas laborales que ahora a la carrera quieren resolver con el aumento de las capacidades de contratación en el sector "privado" sin prever que ningún "capitalista" va a aumentar su plantilla para pagar mas impuestos por la fuerza de trabajo, mientras no modifiquen el objeto social de su negocio o quiten las ridículas modificaciones de 12 sillas, 3 barberos, un payaso, etc. Nada más parecido a la fraseología del viejo líder

Al mantener y en otros casos endurecer el sistema tributario, las actuales restricciones legales no permiten que la empresa privada florezca y se convierta en una opción de trabajo para los más de 1 350 000 trabajadores que realmente sobran en el país. No es por obra y gracia del embargo, sino porque en primer lugar no se pueden importar las materias necesarias para llevar el parque industrial a los niveles de 1988 por la sencilla razón que Castrolandia debe de forma total (intereses incluidos) la astronómica cifra de US$30 bn.

Incluso por miedo a que se le aguara la fiesta del congresito, anunciaron que diferían los despidos hasta nueva orden. En realidad fue porque se dieron cuenta que no habían creado condiciones objetivas para que la emergente propiedad privada pudiera absorber ni siquiera 100 000 trabajadores Si esto no es improvisación, entonces me inscribo en el partido gay.

Por último, a tres años de la tremebunda y osada movida del modesto Raúl de entregar tierra en usufructo primero a cinco años y ahora a diez, de casi un millón de hectáreas, la producción agropecuaria alcanza un raquítico 2,8 % sin contar la cañera, que para qué hablar del fantasma de Elsinor en casa de Hamlet. Por tanto, seguiremos con la importación de más comida de los EE.UU y el índice Dow Jones cubano (la carne de puerco) seguirá en 25.00 cup.

paulino.alfonso@yahoo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario