jueves, 8 de septiembre de 2011

Memoria Histórica Jueves



Escrito por Wilfredo Vallín Almeida 0 Comentarios

La Víbora, La Habana

8 de septiembre de 2011

(PD) En una vista pública trascendente para los cubanos por las implicaciones posteriores que tendría sobre generaciones enteras en el país, alguien dijo textualmente: “Cuba podría albergar espléndidamente una población tres veces mayor, no hay razón para que exista miseria entre sus actuales habitantes. Los mercados debieran estar abarrotados de productos, las despensas de las casas debieran estar llenas; todos los brazos podrían estar produciendo laboriosamente. No, eso no es inconcebible.”

Cosas similares fueron dichas allí mismo con relación a otros aspectos de la vida nacional de entonces, a saber: la vivienda, los salarios, la educación, la tierra y muchas otras cosas.

A tono con esa perspectiva, se acudió a la violencia para sacudir del país a la dictadura batistiana. Por medio de la violencia se accedió al poder.

Cincuenta y dos años después, la esperanza de entonces se ha desvanecido. Cinco congresos del partido en ese tiempo no han cumplido en lo absoluto sus lineamientos. Varias generaciones han sido sometidas a penurias sin cuento.

Ya no existe la fe pública. Los revolucionarios y promisores de entonces han quedado en eso: promisores.
Al haberse agotado la paciencia de la espera, la sociedad civil comienza a moverse en protesta y los que una vez dijeron lo del párrafo en negrita ahora solo piensan en la gran responsabilidad contraída…y en mantenerse donde están, a como sea.

Y de nuevo se acude a la violencia, esta vez contra a los que un día se les dijo: “La primera ley revolucionaría devolvería al pueblo la soberanía y proclamaba la Constitución de 1940 como la verdadera ley suprema del Estado, en tanto el pueblo decidiese modificarla o cambiarla…”

Y se acude a la violencia lo mismo contra hombres que protestan que contra mujeres desarmadas allí donde se manifiesten, con especial virulencia en el interior del país.

Es evidente que los que esto hacen, probablemente no hayan leído nunca estas palabras: “En todo grupo humano hay hombres de bajos instintos, criminales natos, bestias portadores de todos los atavismos ancestrales revestidas de forma humana, monstruos refrenados por la disciplina y el hábito social, pero que si se les da a beber sangre en un río, no cesarán hasta que lo hayan secado”.

El subrayado en negrita corresponde a palabras de Fidel Castro en el discurso titulado: La Historia me Absolverá por los sucesos del asalto al cuartel Moncada en 1953).

Resulta especialmente indignante que personas que una vez supuestamente estuvieron muy identificados con este discurso, ahora acudan a actos de esa misma naturaleza para autoconservarse en sus posiciones.

Tampoco es extraño ver cómo, primero, guardan silencio ante los bombardeos de Gadafi contra su propio pueblo y, más tarde, condenan agriamente los bombardeos de la coalición internacional contra el sátrapa africano y en apoyo de los rebeldes.

Por suerte, hay quienes comienzan a desmarcarse de esa actitud execrable, como el cantautor Pablo Milanés.

No obstante, de lo que acontece, suele quedar, sobre todo en estos tiempos de avanzada tecnología, testimonios, fotos, documentos de tribunales, resoluciones de la vivienda y todo aquello que pudiera un día ser utilizado para reclamar actitudes y acciones actuales.

Y todo eso está ya conformando algo que quedará para siempre, algo que suele llamarse… Memoria Histórica.

vallinwilfredo@yahoo.com

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