martes, 6 de septiembre de 2011

Parques Martes




06 de Septiembre de 2011 00:00


Escrito por Rogelio Fabio Hurtado


Sitios del ocio bien -al hermoso decir de Lezama. Los de mi niñez fueron el Parque de Santa Amalia, en Arroyo Apolo y el De Córdoba, en la Víbora. Republicanos ambos, señorean toda una manzana.

Más elegante el viboreño, centralizado por la imagen sedente de Doña Emilia (la cubana que ganó para sus iguales el derecho a desempeñarse como taquígrafas-mecanógrafas en la naciente República), con su pérgola y su glorieta, sombreadas por melancólicos pinos.

Más plebeyo y populoso el de Santa Amalia, con almácigos y esbeltas palmas empinadas al cielo. Por sus hoy rotas aceras, Angelito Triana Travieso y yo hicimos rodar nuestras bicicletas Niágara wasp rojiblancas. Apenas quedan en pie los esqueletos de los bancos de madera.

El de Córdoba ha corrido mejor suerte, por más paradas de ómnibus que han clavado a sus flancos.

Después, debo mentar al muy habanero de San Juan de Dios, que me vio pasear con mi estrenada novia Rosarito, y el Parque Lapera, en cuya esquina de la calle Luaces vivió mi tío Roberto Hurtado Alba.

A veces pasan años sin que mis azarosos pasos los encuentren, pero cuando eso sucede, estos parques están, siguen allí, insobornables centinelas de lo vivido.

rhur46@yahoo.com

Fotos: Marcelo López

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