martes, 6 de septiembre de 2011

El Jupiña no volvió



Escrito por Tania Díaz Castro


Santa Fe, La Habana


6 de septiembre de 2011


(PD) Ni el Jupiña, aquel refresco embotellado de la República, tan codiciado por su bajo precio por el cubano humilde ni otros muchos productos industriales han podido volver bajo el régimen castrista.

Hace más de once años, en agosto de 2000, la prensa castrista anunció que después de treinta y ocho años sin producirse el refresco Jupiña, se ponía de nuevo en funcionamiento su fábrica, en la provincia de Pinar del Río, tal como lo había hecho por primera vez en 1905.

Este refresco era, por ser tan cubano como su fruta lo indica, el preferido de la población.

En aquella fecha, cuando se anunció la reanudación de este producto, se aclaró que el mismo estaría limitado al turismo, pues sólo envasarían 20 000 cajas por mes.

Me dí a la tarea de investigar y ni siquiera para el turismo el Jupiña regresó a su escenario de origen.

Para beber un refresco de calidad, sobre todo tan necesario en estos meses de verano, producido en países latinoamericanos como Guatemala, Argentina, México y otros, el cubano tiene que disponer de un chavito, equivalente a un dólar, algo que representa varios días de jornada laboral para un trabajador que recibe un salario promedio.

Y para los más pobres, desempleados, mendigos, recogedores de materia prima, etc., el régimen brinda en unos extraños artefactos oxidados, viejos y deteriorados, una especie de agua con algún sabor extraño, a la que llaman: refresco a granel.

Los que pudimos disfrutar del magnífico desarrollo industrial en una Cuba libre de leyes draconianas, que no han hecho otra cosa que hacernos retroceder a niveles cada vez peores, recordamos perfectamente nuestros más gustados refrescos, desaparecidos de un plumazo ante la presencia del Comandante en Jefe, cuando llegó y mandó a parar.

Por ejemplo, nunca más pudimos beber una Materva, un Orange Cruz, un Cuquito, fabricado en el pueblo villaclareño de Camajuaní, un Cawi, un Nao Capitana, un Ironber, una Perla del Norte, o aquellos otros que contenían chocolate con leche y de muchos más que se vendían a precios módicos para toda la familia cubana, especialmente la Coca Cola, todos, por cierto, fabricados en el país.

vlamagre@yahoo.com

Foto: Marcelo López

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