lunes, 31 de diciembre de 2012


Emilio Carrillo González
Cuba actualidad, La Conchita, Pinar del Río, (PD) Es inconcebible que teniendo Cuba un exilio tan próspero y organizado, permita que luchadores por la democracia, ya ancianos, estén muriendo casi en la indigencia dentro de la isla.
Ese olvido ha servido para recordar a las nuevas generaciones de opositores que si no abandonan el país a la larga serán devorados por la miseria. Contribuye a que se haga realidad la repugnante consigna "con la revolución todo, sin la revolución nada".
Sé que esto pudiera mal interpretarse o entenderse como que persigue segundas intenciones. Es un tema muy sensible que pudiera ser manipulado por el gobierno, pero vale la pena correr el riesgo. Analicemos.
Está más que probado que con hambre y sin zapatos le resulta difícil a la oposición obtener el cambio deseado. Nuestro pueblo ha sido muy azotado por la escasez y teme a la miseria; es por eso que en la posición no contamos con el apoyo debido para promover el cambio. A las personas les aterra la idea de mezclarse con la disidencia, saben que pudieran ser tragados por la miseria, como les ha ocurrido a muchos disidentes.
El diablo sabe más por viejo que por diablo. De ahí la astucia de la dictadura, que conoce de sobra cómo sacar partido en beneficio de sus seguidores del dinero enviado los por cubanos residentes en los Estados Unidos. Son muchos los casos de personas que reciben dinero de sus familiares desde el imperio que tanto aborrecen y critican mientras son o por lo menos fingen ser incondicionales al régimen.
No se trata de estar en contra de que los simpatizantes de la dictadura reciban dinero de sus familiares que viven en los EE.UU., aunque la miseria que padecen sea producto de lo que defienden, por miedo, compromiso o ignorancia. Lo que molesta es que hombres que arriesgaron sus vidas en la lucha contra la dictadura que hoy nos oprime sean olvidados mientras que adulones, chivatos e incondicionales al régimen reciban dinero generado por el capitalismo que tanto odian y que quisieran destruir si pudieran.
Invito a los hermanos del exilio que se llenen de honra y sean como los tabaqueros de Tampa que se relacionaron con Martí. Los exhorto a que ayuden a los que en el pasado llevaron el peso de la lucha y que ahora que están olvidados y en la ultima etapa de sus vidas. Son pocos pero todavía, contra viento y marea, quedan verdaderos ejemplos de históricos luchadores por la democracia en Cuba.
No se puede querer la patria sin brindar ayuda a los compatriotas cuando lo necesitan. La hermandad y la solidaridad tienen principios que si se violan se apartan de la justicia.
Para Cuba actualidad: primaveradigital2011@gmail.com

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